domingo, 24 de abril de 2022

CAPITULO 31

 

—¿Quieres algo de leche?

 

Café, Má, por favor. —Taehyung le sonrió. Había estado completamente en crisis desde que habían llegado la pasada noche. Primero sobre Gray, entonces Marina y sus cicatrices, entonces él.

 

Había enviado a Yoongi a la cama horas atrás, hablando con ella a través de todas las cosas, tratando de calmarla, lo que fue bien, había conseguido levantarse y caminar alrededor. Eso era un poco desastroso.

 

Necesitas dormir, la leche lo hará. —Era una mujer testaruda.

 

Ma, café. Pon leche en él, pero necesito café. —Trató de no gruñir pero no debería haber funcionado porque su madre le gruñó suavemente, desnudando sus dientes. Joder.

 

Hey, hombre. —La puerta de atrás se abrió y el hermano de Yoongi, Hoseok, entró luciendo como si se hubiera levantado recién.

 

Hoseok, ¿cómo estás? ¿Cómo es tu vida? Conseguí emparejarme, fui secuestrado, golpeado, rescatado por los pelos y formado una manada desde que hablamos por última vez.

 

Mejor de lo que luces tú. —Hoseok asintió a la mamá de Taehyung, agarrando una taza de café.

 

Jódete, imbécil.

 

Cuidado con el lenguaje, chicos.

 

Ambos agacharon sus cabezas.

 

—Si, señora.

 

Hoseok sonrió.

 

—Mi esposa dice hola.

 

—¿Sep? —Sonrió, burlándose—. ¿Para quién?

 

Para mí. —Hoseok rodó sus ojos—. Eres un idiota. Está esperando cachorros de nuevo. Grandioso, ¿huh?

 

Sep, habías estado enfocado en ello tratando por años.

 

Su mamá asintió.

 

—Es una buena pareja. Es una buena chica.

 

Es la mejor.

 

Hoseok sonrió con alegría y Taehyung tenía la terrible urgencia de decir: “Soy el compañero de tu hermano”. En su lugar se conformó con decir.

 

—Felicidades.

 

—¡Gracias! Entonces, ¿estás en casa para quedarte?

 

Taehyung vio que la mirada de su madre se agudizó, su cabeza se inclinó.

 

Tenemos que hablarlo con Yoongi. —Ahí. Les dejó que masticaran eso.

 

Oh. —Hoseok se encogió de hombros, no tan cerca de investigar en la respuesta como su madre.

 

Yoongi, ¿por qué deberíamos tener que hablar con él?

 

Taehyung se encogió de hombros.

 

—Porque quiero.

 

El hombre en cuestión vino de la habitación de atrás, un par de pantalones de mezclilla demasiado grandes colgaban bajando sus caderas, se rascaba su estómago con una mano.

 

—¿Oí a Hoseok?

 

—¡Amigo! ¡Hombre! ¿Por qué no fuiste a casa?

 

 

Taehyung no podía parar de mirar el estómago de Yoongi. Él. Eso. Wow… Ese estómago era la cosa más hermosa y sabía que estaba bien tonificado por años de excavaciones, no de abdominales.

 

Yoongi parpadeó.

 

—Mi lugar está con Taehyung ahora, hermano. Somos compañeros.

 

Todo el mundo lo miró. Todos menos él.

 

Fue a tocarlo como dándole a Má una manera de jadear, era probable que no lo supiera, pero ocurrió. No podía evitarlo, el estómago estaba ahí y las suaves palabras de Yoongi encendieron una hoguera en la parte inferior de Taehyung

 

El brazo de Yoongi se envolvió alrededor de su cintura, y repentinamente estaba cansado hasta los huesos, la falta de sueño, el conducir y la necesidad de ser tocado lo atrapó.

 

Dio un leve apretón.

 

—Gusto de verte, Hoseok. Señora. Taehyung necesita algo de descanso. Pueden ustedes dos hablar cuando se despierte.

 

Hoseok hizo ese sonido… algo como cuando un cachorro muerde papel de aluminio. Yoongi solo le dio al hombre una mirada y sacó a Taehyung de la habitación. Ninguna de sus usuales jaquecas venía con el trato con la familia y amigos ahí.

 

Estaba acostado en su antigua habitación. La esencia de Yoongi era fuerte ahí. Embriagadora. Ronroneó con todo lo que era, gimiendo con todo.

 

Shh, te tengo, bebé. Te prometo desde ahora en adelante que te tengo. —Yoongi le quitó la camisa y lo empujó abajo sosteniéndolo cerca. Era todo calidez y perfección.

 

 

Se inclinó, la boca en la piel de Yoongi, oliéndolo y probándolo.

 

— Te necesito.

 

Todo lo que necesitaba eran esas manos, la atención de Yoongi.

 

Mmmm me tienes. —Ese bajo sonido, la luz en los ojos de Yoongi le decía que podía tener todo lo que quisiera.

 

Llevó las manos de Yoongi a sus piernas, mientras su boca se deslizaba bajando el peludo pecho de Yoongi hacia sus pezones. El sentimiento de la piel de Yoongi era tan maravilloso y el sabor era todo salvaje, salado y caliente. Yoongi empujó sus piernas arriba, abriéndolo, frotándose juntos. Los músculos de sus piernas le daban unas pequeñas punzadas, pero realmente solo eran un fantasma de dolor. En todos los sitios que Yoongi lo tocaba se sentía mejor, entonces se giró, ronroneando, rogando por más con todo lo que era.

 

 

Taehyung consiguió lo que quería. Yoongi lo acarició y lo acarició, arrodillándose en sus muslos, sus caderas.

 

Se revolvió, sus caderas levantándose, frotándose con esa peluda barriga con sus caderas. —Caliente.

 

Estás un poco frío, bebé. —Yoongi frotó su vientre. Entonces llevó su mano bajo sus pantalones hacia su polla, bombeándola bien y fuerte. Los ojos de Taehyung rodaron, y sus labios se separaron. Oh, joder, si. Si. Había algo acerca del toque de Yoongi que iba más allá del placer físico. Iba todo el camino más profundo, dándole un placer que nunca sintió antes. Este era su compañero.

 

Sus labios se envolvieron alrededor de un pezón, empujándolo fuerte, succionándolo ferozmente, sumergiéndose en el sabor de Yoongi.

 

Yoongi se frotó más con él, gruñendo un poco, manos fueron a descansar en sus hombros.

 

—Taehyung… gatito, Dios.

 

Necesito… —Se mantuvo moviéndose más al sur, mordisqueando y succionando todo el camino, la esencia de Yoongi hacía que sus ojos se cruzaran, era todo macho, el olor lleno de un poco a perro, solo un pequeño perro. No es que no fuera agradable. Bueno… excepto el atún.

 

Se rio de sus pensamientos. La risa rompió mientras encontraba la polla de Yoongi.

 

—¡Joder! Estoy supuesto a cuidar de ti. —Yoongi palmeó sus hombros, sus manos, dedos enterándose un poco.

 

Mmmmmm. —Sus labios se envolvieron alrededor de la cabeza. La lengua trazando la punta.

 

Yoongi gimió, el sonido parecía que correspondía con la pérdida de control de Yoongi. El hombre solo se relajó y empezó a joder su cara. Esa polla gruesa ampliaba sus labios, la tomaba sin ninguna vacilación. Eso era como Yoongi sabía solo que él era capaz de hacer y estaba ansioso de dárselo. Todo.

 

Tragó duro, empujándose a cada empuje, dejando que Yoongi sintiera sus dientes.

 

—¡Cristo! —Yoongi espetó, gimiendo, su cuerpo cayendo todo en una onda.

 

Sus manos se arrastraron sobre el vientre de Yoongi, acariciando a lo largo de los fuertes músculos. Quería todo lo que Yoongi tenía para darle, y no estaba por encima de conseguirlo haciendo trampas. Como pellizcar los pezones de Yoongi y darle a esa hermosa polla un poco de mordida de sus dientes de nuevo…

 

Fue perfecto cuando Yoongi se arqueó, empujando la punta de esa pesada polla dentro de su garganta y ronroneó alrededor.

 

Oh. —El sonido era de una respiración trabajosa, un gemido que hizo que su espalda se arqueara mientras Yoongi estaba rascando la base de su cola. Entonces Yoongi se corrió en él, disparando justo en su boca.

 

Salado, caliente, un perfecto delicioso amargor. Su compañero. Ronroneó feliz, lamiendo cada gota.

 

Yoongi le dejó que tuviera su diversión, pero esas manos estaban en su piel, frotando y acariciando, entonces tiró para arriba cuando los temblores de Yoongi se detuvieron.

 

—Pienso que deberías ser el demonio o algo.

 

Mi cola es definitivamente más atractiva. —Su polla se deslizó en el vientre de Yoongi.

 

Eso es. No piensas que puedes hacer esto siendo peludo. — Yoongi sonaba como si se estuviera riendo. Era duro de decir.

 

No hagas que te muerda de nuevo, estoy ocupado.

 

Ocupado bajando, ¿huh? —Yoongi consiguió sostener su polla y empezó a bombearla.

 

Uh, Uh-huh —Sus ojos rodaron—. Más.

 

Joder. Si. —Yoongi raspó la punta de su polla con la yema de su áspero pulgar—. Más.

 

Yoongi lo hacía sentir completo, hacía cosas para que sintiera que podían estar bien de nuevo, y esa sensación era más que bienvenida y más que necesaria, cada vez que Yoongi lo tocaba. Esas manos hacían que todas las cosas tuvieran sentido.

 

Y esa boca… bueno, Yoongi podía irse y ser completamente un lobo malo y comérselo en cualquier momento.

 

Como Yoongi lo oyó, esa boca aterrizó en su cuello. Dientes amenazando su piel, burlándose. Arqueó su cabeza atrás, su pecho se levantó. Yoongi se mantuvo bombeándolo con una mano la otra subió hacia su pecho, dedos pellizcando sus pezones.

 

Duro, joder, Yoongi. —Estaba tan jodidamente cansado, tan caliente, tan repentinamente frustrado.

 

Pronto. —Eso debería ser demasiado para la casa de su mamá. Yoongi lo mordisqueo de nuevo, los dientes hundiéndose profundamente.

 

Sus ojos rodaron, sus dientes chasqueando hacia el aire. Si su cola estuviera ahí, podría azotarlo.

 

Yoongi sacudió su cabeza, balanceándose de lado a lado, la picadura enviándolo sobre el borde. Se corrió sobre el puño de Yoongi, su esencia se mezcló con la de Yoongi.

 

Su cuerpo entero se onduló, las olas de placer como la mejor clase de morfina. Excepto que no estaba tan dormido como relajado. Y saciado.

 

Acarició la mandíbula de Yoongi perezosamente, ronroneó vibrando en él. Tan bueno.

 

Demasiado bueno. Pareja.

 

Mucho mejor que pelear con su madre.

 

Mierda. Eso era mejor que cualquier cosa.

 

Yoongi se desperezó duro, sudor bajando por su espalda. Su mamá estaba pidiéndole hacer cosas con su jardín. Como no lo conseguía con Hoseok estando ahí todo el tiempo… pero se imaginaba que era una clase de castigo. Todo el mundo en la manada sabían de él y Taehyung, ahora, después de tres días en casa. Si no fuera por Marina estarían en la carretera, pero ella necesitaba tiempo para ajustarse.

 

No estaba seguro si era más un problema por emparejarse con un felino o lo que hicieron en Maine.

 

—¿Donde vas a ir? —La voz de James era profunda, baja, cortaba justo a través del aire.

 

—¿Huh? —Giró el rostro hacia el Alpha que siempre conseguía llevarlo bien—. ¿Por qué?

 

Las cejas de James se arquearon.

 

—No hay habitación para dos Alphas, Yoongi. No incluso cerca y no me voy a desplazar. Mi pareja está teniendo nuestros bebés.

 

Su boca cayó abierta, y antes de que incluso pensara duro acerca de comenzar a reírse, su estómago dolió se agrietó demasiado fuerte. ¿Él? ¿Un Alpha?

 

Jame lo miró, esperando pacientemente mientras él estaba histérico.

 

—¿Cuándo hablas de tu manada?

 

Serio le devolvió la mirada, sin querer bajarla.

 

—Eso depende como tú cualifiques a mi manada y cuán lejos esperes que vaya. Tenemos familia aquí.

 

Taehyung, la nueva chica, Gray. Puedes tomar a tu familia, si quieres. Esta tierra es mía, todavía. —El hombre estaba serio.

 

Un gruñido se construyó en su pecho.

 

—Esta tierra ha sido de mi familia por tres generaciones. Si Hoseok la quiere, es suya. Esta puede ser tu manada pero esta granja es nuestra.

 

El Alpha gruñó más profundo.

 

—Esta granja es de tu familia, tanto como el Alpha lo permita. Conoces las leyes de la manada.

 

Yoongi se erizó, el pelo en su cuello se levantó.

 

—No jodas gruñéndome a mi, James. No pedí por esto.

 

Yo tampoco. No me des una jodida. No puedes quedarte.

 

Todas las cosas en él salieron a la superficie, su lobo se asomó. Esperando pelear con James por el territorio. Su lado humano estaba un poco horrorizado ante la idea.

 

—¿Cuánto tiempo tengo?

 

Tenía una mierda que arreglar, personas con quien hablar también. Infiernos, había pensado marcharse de todas maneras. Solo que no con una pequeña tienda en el remolque.

 

La luna llena es en cuatro días. —James asintió a él—. Podría ser tu aliado. Esto no es personal.

 

No. No lo era, eso era quienes eran.

 

Suspiró y sacudió su cabeza.

 

—De acuerdo. Tienes que darme un día para hablar con Má y todos.

 

Tienes cuatro. —Una gran mano se extendió.

 

Gracias hombre. —Tuvo que pelear con la urgencia de morder esa mano, pero eso podría ser estúpido. En su lugar, la estrechó.

 

James le ofreció una media sonrisa.

 

—Felicidades por tu emparejamiento.

 

Es algo extraño, ¿huh?

 

Lo es. Siempre pensé que serías un Alpha, también.

 

—¿No jodas? —Era un solitario. Siempre pensé que moriría solo—. Bien, creo que es bueno.

 

Lo es. —James le ofreció un asentimiento más, entonces se marchó como un lobo grande que no había solo amenazado su vida.

 

Mirando detrás de él, Yoongi se quedó de pie ahí, sosteniendo la pala. Entonces maldijo y la dejó caer dirigiéndose adentro. Tiempo para confrontar a su madre.

 

Mamá lo recibió en la puerta con una taza de café.

 

—¿Qué fue eso?

 

James quiere que yo y Taehyung nos mudemos. —Con el resto de su manada. Dios.

 

—¿Qué? ¿Por qué? ¿Dónde?

 

Dice que no puede haber dos Alphas, mamá. —Esperó por una respuesta, solo viendo si ella encontraba esto tan histérico como él lo hacía.

 

Parpadeó, inclinando su cabeza, entonces sonrió, lucía increíblemente orgullosa, complacida.

 

—¿A quién vas a llevar contigo? Un Alpha necesita una manada.

 

Yoongi parpadeó de vuelta, pero no podía compartir una sonrisa.

 

Taehyung, Gray, Marina. Dijo que tú y Hoseok pueden quedarse.

 

Lo imagino. Hoseok y Lizzie podrían querer ir contigo. Mona, también. —No estaba ni de cerca suficientemente asombrada. Claramente no iba a irse con él, de todas maneras.

 

No tú, ¿huh?

 

Yo... Bueno, tengo un amigo. Un buen amigo. Un… —Se ruborizó—. Un amigo hombre.

 

Oh. —Sopesó eso—. Bueno, bien por ti, mamá. —Se echó a reír—. Mejor que James me deje venir para la boda.

 

Lo hará. Tenemos las reuniones. —Le dio un guiño—. Tu compañero… es todo tan diferente.

 

Sep. —Él y su mamá no habían hablado demasiado acerca de Taehyung, siempre había sido agradable con él y todo, pero ¿emparejarse con su hijo gay? Wow tenía que haber sido duro—. Me aseguré que permanezcas en contacto.

 

Vendrás a visitarme. Debería odiar a la manada por girarse en contra de ti.

 

Gracias mamá. —Impulsivo, llegó a ella y la abrazó, necesitaba los cuidados de su madre por un momento.

 

Sus brazos lo envolvieron alrededor y ella suspiró, dejando escapar un suave sonido.

 

—Estoy tan orgullosa de ti, siempre lo he estado.

 

Te amo. —Eso parecía importante decirlo.

 

Lo sé, te amo, mi niño, no te mudes muy lejos.

 

Trataré de permanecer lo suficientemente cerca, ¿huh? — Quizás Nevada. Tenía que hacer algunas investigaciones, ver dónde estarían seguros.

 

Asintió y lo dejó ir.

 

—Entonces, ¿qué necesitas de mí?

 

No tengo idea, ¿ropa limpia? — Compartieron una sonrisa ante el viejo chiste—. Quizás puedas hablar con Mona.

 

Su mirada se agudizó.

 

—¿Quieres que la empuje para que se quede o se vaya?

 

Maldita sea, su madre era una dama inteligente.

 

—James no dijo nada acerca de ella, pero quiere que Gray se vaya y Taehyung, e imagino que estará feliz de ver a Lizzie irse, también. Debería venir con nosotros, Mona, quiero decir.

 

Su mamá asintió.

 

—Es una buena madre, un infierno de guardiana y eso acerca del tiempo que todo el mundo en la manada estaba del lado de Taehyung.

 

Sobrepesó eso y maldita sea si no estaba en lo cierto. Taehyung merecía una casa. Algún lugar que pudiera estar seguro después de todo este tiempo. Yoongi iba a dárselo.

 

Déjame saber lo que necesites, cuando lo sepas. —Tomó su brazo—. De hecho, déjame empezar una lista.

 

Yoongi asintió, siguiendo a su eminentemente práctica madre hacia la cocina, dejándole ayudarla a sacar toda esta mierda fuera.

 

Nunca había sido un Alpha de una manada antes.

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CAPITULO 8

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