martes, 26 de abril de 2022

CAPITULO 4

La mano de Yoongi temblaba cuando le entregó la botella de lubricante a Tae. No podía creer que realmente estaba haciendo esto. En realidad iba a comprometerse con Tae, otro hombre. Su compañero. Se mordió el labio inferior  y le robó una mirada a Tae.

 

Su corazón empezó a latir más rápido cuando vio la mirada de incertidumbre en el rostro de Tae. No porque lo pusiera nervioso, sino porque eso le decía que Tae estaba tan asustado como él lo estaba. De alguna manera, eso hizo sentir a Yoongi más confiado.

 

—¿Por qué no empezar con algo pequeño? —preguntó mientras le daba a Tae una pequeña sonrisa.

 

—¿Cómo qué?

 

—Podrías darme un beso —respondió Yoongi. Todo su ser parecía llenarse con la espera mientras veía la reacción de Tae. Su corazón empezó a latir más rápido, cuando lentamente una sonrisa cruzó por los labios  sensuales de Tae.

 

—Podría hacer eso. —Tae se echó a reír—. Me parece recordar que eres un gran besador.

 

Yoongi sentía como si hubiera muerto e ido al cielo en el instante en que los labios de Tae se presionaron contra los suyos. Sabían tan bien como Yoongi recordaba, tal vez incluso mejor ahora que sabía que Tae estaba de acuerdo en ser su compañero.

 

Escalofríos de deseo corrieron a través de Yoongi por el toque de la lengua de Tae contra la suya. Sus manos se deslizaron de la cintura de Tae a su pecho, tirando de él más cerca hasta que sus cuerpos se tocaron. El cuerpo de Yoongi se estremeció ante el contacto. Quería más.

 

Necesitaba más.

 

—Camisa, Tae —susurró Yoongi contra los labios de Tae cuando sus dedos fueron a los botones de la camisa de Tae. Sus dedos temblaban mientras trataba de desabrochar cada botón sin arrancarlos cuando eso era todo lo que realmente quería hacer. Iba a tener que convencer a Tae para que invirtiera en camisas más sencillas, unas que él pudiera arrancarle cuando el ánimo lo golpeara, al igual que ahora.

 

—A la mierda la camisa —gruñó Tae cuando agarró los bordes de su camisa y tiró, los botones salieron volando por todas partes—. Me puedes comprar otra.

 

«¡Sí!»

 

Los labios de Yoongi se torcieron en una sonrisa satisfecha mientras sus ojos viajaron desde el más jodidamente hermoso musculoso pecho y apretado abdomen hasta los jeans de Tae, ansiosamente observando el gran bulto tratando de romper la cremallera de Tae.

 

—¿Cuánto costaron tus pantalones?

 

—Te propongo un trato —dijo Tae dando un paso para atrás de Yoongi, mientras sus manos fueron hacia el botón de sus pantalones—. Rasgaré mis pantalones si también lo haces con los tuyos.

 

Yoongi estaba más que dispuesto a hacerlo. Rápidamente se puso de pie y tiró de su camisa por sobre su cabeza, dejándola caer en el suelo antes de llegar por sus jeans. Mientras lo hacía, sus ojos aterrizaron en el cuerpo masculino más perfectamente formado en el universo.

 

¡Tae era glorioso! Cada jodido centímetro de él, desde la parte superior de su cabello negro largo hasta el cuello que parecía encresparse ligeramente alrededor de la cincelada cara de Tae, hasta su duro y musculoso pecho y abdomen. La lengua de Yoongi se pegó al techo de su boca cuando miró hacia la parte inferior y vio la gruesa polla de Tae que sobresalía de las pequeñas salpicaduras de vello negro.

 

«Oh... ¡Maldita sea!»

 

—¿Yoongi?

 

Los ojos de Yoongi volaron hacia arriba para encontrarse con los desconcertados de Tae, su rostro rojo de vergüenza al ser sorprendido mirando.

 

—¿Si me niego a darte  a  cambio  una  camisa  y  unos   jeans,   irías  desnudo? —Yoongi le preguntó en un jadeante susurro.

 

Tae parecía un poco desconcertado, negando con la cabeza.

 

—No, tengo más ropa en casa.

 

—Eso es muy lamentable —dijo Yoongi cuando sus ojos volvieron de nuevo al delicioso cuerpo de Tae—. Es una maldita lástima cubrir algo así de sexy.

 

—¿Crees que soy sexy?

 

Yoongi podía oír la vacilación en la voz de Tae. Él le envió una sonrisa tranquilizadora.

 

—No, creo  que  eres  letal. También creo que una vez que nos instalemos en la casa en la que decidamos estar, la ropa será opcional y muy mal vista.

 

Yoongi casi se atragantó con su lengua cuando Tae se agachó para acariciar su pene, haciéndolo un par de  veces. Sus ojos estaban clavados en el movimiento lento de la mano de Tae. Él no quería quitar su atención del hombre, pero lo necesitaba para quitarse los jeans  y conseguir llevar a Tae a la cama. ¡Ahora mismo!

 

—¿Te gusta lo que ves, entonces?

 

—No tienes idea. —Yoongi tragó saliva.

 

Sus ojos nunca dejaron el cuerpo de Tae cuando rápidamente se desabrochó los pantalones y los empujó hacia abajo por sus piernas antes de patearlos lejos. Mientras estaba ahí de pie en toda su altura, dejando que Tae le echara un vistazo a su cuerpo desnudo por primera vez, Yoongi se preguntó si Tae sentiría lo mismo por él.

 

—¡Joder! —Tae susurró. La mano sobre su pene erecto mientras la boca de Tae se abría. Yoongi oyó atónito el asombro en la voz de Tae y confiaba en que fuera una buena cosa.

 

—Soy hombre muerto —se quejó Tae mientras dejaba caer la polla de su mano y extendió la mano hacia el cuerpo de Yoongi.

 

—¿Qu…? —Yoongi empezó a preguntar confundido, y sólo con un poco de aprensión. ¿No le gustaba a Tae lo que estaba viendo? Yoongi nunca había estado desnudo delante de otro hombre al que quisiera impresionar. Se sentía... torpe.

 

—Si no hubiera sido un hombre gay antes, sin duda me hubiera convertido en uno en este momento —gimió Tae.

 

Yoongi se sorprendió cuando Tae lo miró. Su rostro lleno con sólo un poco de admiración, y  un  montón  de deseo. La piel oscuramente bronceada de Tae se inundó con su hambre. ¿Podría verse alguna vez un hombre aún más deseable?

 

—¿Cómo demonios pudiste mantenerte soltero? —Tae le preguntó con asombro— ¿Todas las mujeres de tu manada son ciegas?

 

Yoongi se echó a reír, sintiendo un gran alivio.

 

—No, simplemente nunca estuve realmente interesado. Entonces, ahora que hemos pasado más allá de la exasperante parte de mostrar y contar cosas,  ¿nos  movemos  a  la  parte  práctica? Porque me gustaría tener mis manos sobre tus partes.

 

Yoongi sabía que sus palabras eran cursis, pero estaba tan nervioso que tenía el estómago en un puño.

 

Tae extendió las manos a los lados.

 

—Considérame todo tuyo.

 

«¡Jodidamente caliente!»

 

—Lo hago —dijo Yoongi. Dio un paso adelante y estrechó el cuerpo de Tae firmemente contra el suyo, sus brazos alrededor del diafragma de Tae, sus manos explorando las depresiones de la espalda de Tae. Yoongi no pudo contener un pequeño gemido cuando sus cuerpos se juntaron.

 

—Se siente bien, ¿no es cierto? —Tae le preguntó, dándole voz a los pensamientos de Yoongi.

 

Yoongi levantó la mano y ahuecó un lado de la cara de Tae inclinándola hacia atrás, mirando hacia abajo en sus ojos profundamente grises.

 

—Sí, Tae, lo hace. —Yoongi le susurró antes de que bajara su boca a la de Tae.

 

Sus labios eran duros y buscadores mientras exploraban los recovecos de la boca de Tae, su lengua en conflicto con la de Tae, ya que ambos luchaban para estar más cerca, para sentir más, para dar rienda suelta a la imperiosa necesidad que ambos tenían.

 

Yoongi volteó sus cuerpos y suavemente llevó a Tae hacia abajo sobre la cama, siguiéndolo, acomodó su cuerpo entre las piernas de Tae. Su aliento se movió con dureza en su pecho mientras él se inclinaba para lamer el pezón de Tae, su lengua atormentando un tenso y oscuro pezón.

 

Podía oír a Tae gemir suavemente, sintiendo las manos de Tae apretando su cabello. Él se movió al otro pezón, dándole la misma atención. A medida que despertó la pasión de Tae, la suya se hizo más fuerte. El placer llenándolo irradiaba hacia afuera a medida que comenzó a presionar su dolorido pene contra Tae, necesitando la fricción.

 

La boca de Yoongi recorrió desde las costillas de Tae a su estómago. Su lengua se sumergió y lamió alrededor del ombligo de Tae. Si los suaves gemidos provenientes de la garganta de Tae no hubieran sido un indicio de su excitación, la dura polla que surgió frente a Yoongi a medida que avanzaba hacia abajo se lo habría gritado.

 

Los ojos de Yoongi se lanzaron brevemente a la cara de Tae, mientras trataba de decidir a dónde ir desde aquí. El suave resplandor en el rostro de Tae, el labio inferior atrapado entre los dientes, los ojos grises entrecerrados, todo se combinó para darle su respuesta a Yoongi.

 

Con la esperanza de no hacer el ridículo por su falta de experiencia, Yoongi bajó sus labios a la cabeza de la polla de Tae, lamiendo las pequeñas gotas de líquido pre-seminal que se encontraban allí. Yoongi estaba ligeramente sorprendido por el sabor.

 

Se había preparado para que fuera amargo, incluso repugnante. No fue así. Tae sabía dulce y picante, incluso mejor para lo que Yoongi se había preparado. Quería más. Inclinándose, Yoongi pasó la lengua alrededor de la cabeza varias veces antes de moverse hacia abajo por la gruesa longitud de Tae.

 

—Joder, Yoongi —gimió Tae—. Eso se siente tan bien.

 

Yoongi sonrió cuando él se movió de nuevo a la parte superior de la polla de Tae. Abrió la boca y tragó tanto de la polla de Tae como pudo antes de sentir arcadas ligeramente. Se movió un poco hacia atrás, tomando un poco de la polla de Tae en la boca a la vez hasta que se sintió más cómodo. Luego, lentamente, comenzó a mover su boca arriba y abajo por la dura carne de Tae.

 

Sus manos exploraron las líneas duras de la cintura de Tae, sus caderas, mientras se movía. Sintiendo un movimiento a los lados de su cabeza, Yoongi volvió la cabeza para ver a Tae plantar sus pies en el colchón junto a él antes de comenzar a levantar sus caderas, empujándose en la boca de Yoongi.

 

—Yoon… Yoongi, por favor —declaró Tae mientras jalaba del cabello de Yoongi—. No puedo… voy a…

 

Yoongi llegó hasta arriba y agarró las manos de Tae y las mantuvo contra el colchón. Empezó a mover la boca más rápido, lamiendo y chupando la polla a Tae mientras oía los quejidos de Tae convertirse en un largo y continuo gemido.

 

—¡Síííí! —Tae siseó.

 

Un súbito empuje de las caderas de Tae, y explotó en la boca de Yoongi. Yoongi tragó todo lo que pudo mientras seguía chupando la polla de Tae. El aroma de la liberación de su compañero abrumó a Yoongi.

 

Tenía que estar en el interior de Tae, ahora, muy dentro de él. Con una última lamida en la gastada polla de Tae, Yoongi levantó la cabeza y buscó alrededor por el lubricante. Una sonrisa se abrió paso a través de su cara cuando una mano que sostenía la botella de lubricante de repente apareció frente a él.

 

Yoongi tomó el lubricante y se deslizó hasta sus rodillas entre las piernas de Tae. Abrió la tapa y vertió un poco sobre sus dedos, frotando al mismo tiempo  para calentar el frío líquido incluso hasta cuando se le cayó la botella sobre el colchón.

 

Sus ojos se agrandaron cuando miró hacia abajo a Tae y lo encontró con las piernas dobladas hasta el pecho, exponiéndose a sí mismo ante Yoongi. Levantó la vista y miró a Tae, con una ceja levantada.

 

—¿Supongo que sabes qué hacer en esta parte? —Tae le preguntó echándose a reír.

 

—Creo que puedo entenderlo. —Yoongi movió su mano hacia abajo para extender el lubricante en sus dedos alrededor del sensible pequeño agujero de Tae. Se detuvo al instante, sus ojos fueron hasta la cara de Tae cuando oyó un suave gemido.

 

—No te detengas. Se siente bien —susurró Tae en respuesta.

 

—¿Me dirás si te duele? —Yoongi le preguntó con cautela.

 

En el momento en que Tae asintió con la cabeza, Yoongi volvió a concentrarse en el tesoro esperando por él. Preocupado, cogió la botella de lubricante y roció más en sus dedos. Cuando Yoongi empezó a empujar su dedo en Tae, sintió un escalofrío pasar a través de su cuerpo. En pocos minutos, ese pequeño y apretado agujero se envolvería alrededor de su polla. Yoongi no sabía si podía esperar tanto tiempo. Sus bolas ya estaban preparadas apretadas contra su cuerpo, y sentía tan cerca su clímax que tuvo que agarrar su polla en la base para evitar explotar.

 

Yoongi rápidamente presionó un segundo dedo y comenzó a moverlos alrededor, estirando a Tae. Sus ojos ocasionalmente miraban a Tae a la cara, sorprendido al ver la expresión de intenso deseo que encontró allí. ¿Tae estaba realmente disfrutando esto? ¿Lo haría?

 

—Tae  —Yoongi  le  susurró—,  dime  lo  que  sientes. ¿Te gusta esto? —Yoongi movió sus dedos más, adicionando otro cuando Tae parecía estar suficientemente estirado. Se sorprendió al ver la polla de Tae levantarse completamente de nuevo.

 

—¿Se siente bien? —Yoongi le preguntó mientras movía los dedos más rápido.

 

—Oh mierda, Yoon… justo ahí. ¡Ahí! —Tae gritó mientras su cabeza comenzó a agitarse en la almohada. Sus manos se apretaron alrededor de sus piernas hasta que sus nudillos se pusieron blancos.

 

—¿Ahí? —Yoongi le preguntó mientras movía los dedos en el contorno de nuevo.

 

—¡Sí!

 

Yoongi rápidamente anotó en dónde sus dedos habían estado antes de sacarlos. Aplicó un poco más de lubricante en sus manos y luego dejó caer la botella sobre la cama, esparciendo el líquido sobre su dolorida polla.

 

Con una mano en el muslo de Tae, Yoongi utilizó la otra para agarrar su polla y colocarla sobre la apretada entrada de Tae. Cuando comenzó a empujarse dentro de Tae, los ojos de Yoongi se movieron hasta encontrarse con los de su compañero, la realidad del momento se hundió en él.

Por un momento, el tiempo se detuvo mientras compartían una intensa conciencia uno del otro, de lo que estaban a punto de hacer. Había una red invisible construyéndose entre ellos, su enlace de apareamiento.

 

Yoongi podía sentirlo, podía sentir a Tae, hasta en las profundidades de su alma. La respiración de Yoongi era superficial, sus sentidos drogados por el olor de excitación y alegría de Tae mientras se hundía hasta el último centímetro en el estrecho agujero de Tae. Yoongi fue incapaz de resistirse a la invitación en los ojos de Tae para reclamarlo.

 

—Mío —dijo Yoongi posesivamente cuando comenzó a moverse, empujándose lentamente en el acogedor cuerpo de Tae. Yoongi no estaba completamente preparado para la intensidad de las emociones hundiéndose en él.

 

De repente supo que esto era lo que estaba destinado a ser, y nunca quería dejarlo. Ya no había ninguna duda sobre la aceptación de Tae. Ahora era una realidad, que sólo emocionaba a Yoongi mientras preveía todas las noches que pasaría en los brazos de Tae.

 

Tae era su compañero.

 

—Yoongi —susurró Tae en voz baja.

 

Yoongi miró a Tae, gruñendo bajo en su garganta cuando vio a Tae mirándolo fijamente y luego, deliberadamente, inclinando la cabeza hacia un  lado, dejando al descubierto el cuello sumisamente ante él. Yoongi dudaba que Tae tuviera un hueso sumiso en su cuerpo, pero ahora era exactamente lo que él necesitaba, lo que anhelaba.

 

Yoongi se inclinó sobre el cuerpo de Tae. Lamió los labios de Tae, besándolo rápidamente antes de bajar a lamer la salada piel debajo de la oreja de Tae. Podía sentir el palpitar del rápido latido del corazón de Tae debajo de su lengua, el flujo de su sangre.

 

—Mi compañero —susurró Yoongi contra la caliente piel de Tae antes de hundir sus colmillos profundamente en la suave carne. Inmediatamente, Yoongi fue abrumado por el intenso sabor fluyendo hacia su boca —tierra y hombre y algo tan dulce como la miel que era doloroso.

 

El férreo control de Tae en los brazos de Yoongi era el reflejo del férreo control que su cuerpo tenía en la polla de Yoongi. Un hormigueo en la columna vertebral de Yoongi anunció su inminente liberación. Pero, Yoongi quería a Tae con él cuando se viniera.

 

Retrayendo los dientes del cuello de Tae, lamió el pequeño sendero de sangre allí, y luego volvió la cabeza, dejando al descubierto su cuello ante la inquisitiva boca de Tae. Un largo e interminable gemido salió de los labios de Yoongi cuando Tae lo reclamó, mordiéndolo en el cuello.

 

El enlace de apareamiento entre ellos encajó en su lugar tan duro y tan rápido que Yoongi se estremeció por la fuerza del mismo. Yoongi gruñó cuando las emociones de Tae se estrellaron contra él. La necesidad de su compañero, el dolor de pertenecer sólo a Yoongi, era casi más de lo que Yoongi podía manejar. Todo esto paralelo a su propia necesidad, tanto, que podrían haber sido la misma persona.

 

Las caderas de Yoongi se movieron más rápido, más duro. Agarró las caderas de Tae, deslizando la mano hacia abajo para agarrar el culo de Tae y jalarlo más cerca de él, inclinando el cuerpo de Tae mientras trataba de encontrar ese punto de nuevo. Cuando la cabeza de Tae, de repente se echó hacia atrás y gritó, Yoongi sabía que estaba allí.

 

El corazón le latía con un ritmo errático mientras golpeaba en el apretado culo de Tae. Reclamando los labios de Tae, Yoongi aplastó a Tae contra él. Su lengua invadió la boca de Tae, aun cuando su polla conquistaba el cuerpo de Tae.

 

Electricidad parecía recorrer a través de Yoongi mientras se entregaba por completo a su compañero, llenándolo con su esencia. Sus sentidos en llamas, Yoongi reconoció el lejano grito debajo de él, sintiendo el caliente líquido a través de su abdomen cuando Tae llegó a su clímax.

 

El cuerpo de Yoongi se estremeció cuando el nudo en el extremo de su pene se extendió y se anudó en su lugar en el interior del cuerpo de su compañero. Sintió que los músculos internos de Tae lo apretaron con fuerza, casi como si el hombre no quisiera que se fuera, no era que eso fuera un problema con el nudo en su lugar. Yoongi no podía salir del fuerte agarre de Tae hasta que su cuerpo lo decidiera.

 

Yoongi dejó caer la cabeza apoyándola contra el cuello de Tae. Sintió que las manos de Tae se envolvían en torno a él, acariciando lentamente su sudada y resbaladiza espalda. Yoongi suspiró profundamente y dejó que todas sus dudas y temores fueran drenados. Tae era suyo, su compañero, su amor, su todo.

 

Los problemas que tenían entre ellos palidecían en comparación con el placer en aumento dentro de él. Nada valía la pena como para renunciar a este profundo sentimiento de satisfacción, de saber que había alguien que pertenecía sólo a él.

 

—¿Estás bien, bebé? —Tae le preguntó a través de su vínculo de apareamiento.

 

Alegría burbujeaba en su risa al oír a Tae en su cabeza. Yoongi levantó la cabeza para mirar hacia abajo a su compañero.

 

—No, y nunca podré estar bien  de  nuevo. —Yoongi le hizo un guiño a Tae—. ¡Gracias a los dioses!

 

Los ojos de Tae resplandecieron cuando le sonrió a Yoongi.

 

—Debiste haber sentido las cosas desde mi lado.

 

—Ah. ¿Quieres decir que lo has disfrutado?

 

—Estoy diciendo que definitivamente tenemos que decidir dónde vamos a vivir, porque ahora que me perteneces, me niego a prescindir de esto de nuevo —dijo Tae en voz alta.

 

—¿Eso significa que solo estás detrás de mí por mi cuerpo? —Yoongi le preguntó, medio en broma. Tan bueno como se había sentido, y se había sentido jodidamente fantástico, Yoongi no quería que esto sólo fuera por  el sexo. Dolía por construir una vida con su compañero —con un montón de buen sexo incluido en ella.

 

—Infiernos, sí, y todo lo que va de la mano con tener a un compañero. —Tae se echó a reír—. Eso incluye que todavía tienes que comprarme una camisa nueva. Y la próxima vez, seré el de arriba.

 

Yoongi se levantó en sus brazos y rodó a su lado, gimiendo en voz baja mientras se empujaba del cuerpo de Tae. Se acomodó atrás, apoyándose en los codos dándole un guiño a Tae cuando lo miró.

 

—Algo como montarme, ¿verdad?

 

Tae, a medio sentarse, se volvió rápidamente para mirar atrás a Yoongi, un gesto un poco preocupado en su rostro.

 

—Yoongi, tú no… tú no vas a…

 

—Relájate, cariño, sólo me estaba divirtiendo contigo. Sé que esto es una relación de dar y recibir. Confío plenamente en que me joderás tanto como yo te joderé —dijo Yoongi con rapidez mientras se sentaba acariciando a Tae en la espalda—. Además, me pareció que lo disfrutaste. Espero hacerlo, también.

 

Tae se echó a reír.

 

—Bueno...

 

—Vamos, vayamos a limpiarnos. Estoy seguro de que todo el mundo está comenzando a preguntarse dónde estamos para este momento —dijo Yoongi cuando se deslizó hasta el borde de la cama y se puso de pie. Se estiró hacia atrás, agarró la mano de Tae y lo levantó llevándolo a sus brazos—. Pero, primero, quiero otro beso.

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CAPITULO 8

Amanecía. Jin y Namjoon se despedían de Taehyung Y Yoongi.   El destino los separaba una vez más.   Yoongi y Taehyung se quedaron en...