sábado, 23 de abril de 2022

CAPÍTULO 6

 

El día lo pasaron en sus formas animales, ya que parecía que estos estaban seguros de que de darle alguna oportunidad a la naturaleza humana, esta echaría a perder la noche de luna, la noche de apareamiento.

 

Taehyung camino justo detrás del enorme lobo, el que en las últimas horas parecía haber aumentado su tamaño. El felino amaba la manera en que el animal más grande se movía, como si fuera el rey de los patea traseros. El sol comenzaba a bajar lentamente cuando se detuvieron a la orilla del río, la corriente se volvía lenta en ese parte, formando un pequeño lago de aguas tranquilas. Las ramas de los árboles se extendían dándole una acogedora sombra, los troncos conformaban una muralla natural, dándole al lugar una atmosfera intima.

 

El joven gatito dio pasitos dudosos, los rayos de sol que se filtraban a través de las hojas chocaban contra las aguas tranquilas, era demasiado hermoso, era mágico. Un aullido de lobo saco a Taehyung de sus ensoñaciones, hinchando el pecho orgulloso, vio al macho con el que se aparearía parado en sus cuatro patas sobre una roca, al lado contrario del río.

 

—¡Miau! — Se quedo allí de pie en la rivera, él no se mojaría sus patitas peludas, pudiendo evitarlo. La parte felina de Taehyung no era muy amante de ese líquido, de allí que en su forma humana no hubiera aprendido a nadar, era un trabajo imposible. Apenas la parte animal sentía que no pegaba los pies al fondo, entraba en pánico llevándose consigo el raciocinio humano, por dos veces lo habían salvado de ahogarse.

 

El lobo bajo la cabeza, prestándole toda su atención al felino melindroso que se lamia las patitas como si no tuviera ningún apuro capaz de hacerlo moverse de allí. Yoongi comenzó a gruñir, tratando de obligar a que el felino cruzara el río y se le uniera. Él era el Alfa y ese consentido debía obedecer.

 

Taehyung levanto la cabecita, dedicándole una mirada de fastidio al chucho exigente, luego como si tal cosa, continuo arreglando el cabello del dorso, ignorando por completo las advertencias del lobo. Si fuera por el felino ese lobo podía seguir con sus berrinches, él jamás cruzaría el maldito río.

 

El macho Alfa gruño más fuerte, pero esta vez el gatito ni siquiera movió las orejas, continuó con su acicalamiento dejando claro que le valía una mierda los apuros del lobo. El hasta ahora tranquilo, ecuánime y supremamente paciente lobo, se había ido al diablo, ese pequeño malcriado iba a probar lo que era desobedecer a un perro grande como él. Bajando las orejas las pego al cráneo, puso la cola en alerta y flexiono las patas, listo para saltar.

 

El minino ni se molestó en ver lo que hacía el pulgoso mandón. Estaba terminando de peinarse la cola cuando sintió el cuerpo grande del lobo sobre él. Lo aterro darse cuenta que no logró escuchar las pisadas hasta que el maldito arrogante lo tenía prensado contra el suelo arenisco de la rivera. Echando a perder todo su trabajo de acicalamiento.

 

De pansa al suelo y con el peso del lobo sobre su espalda, Taehyung trato de ponerse de pie, sin lograr apartarse ni un centímetro del suelo. El carácter del gato comenzó a calentarse, y a calentarse, hasta casi llegar al punto de combustión. Furioso se revolcó, podía ser más pequeño, pero tenía la ventaja de ser liviano, su cuerpo flexible le permitió clavarle los colmillos en una de su patas. El lobo gruño furioso, el felino aprovecho la sorpresa inicial para girarse y salir de debajo del animal más grande.

 

Yoongi tenía que estar muerto para permitir que esa pequeña mierda, por muy sexy que fuera, se saliera con la suya. El gatito saco las garras, levanto los pelos de la nuca y arqueo la espalda, era una cosita temible. El maullido felino prometía mucha sangre si Yoongi se le ocurría invadir su espacio vital nuevamente.

 

El lobo comenzó a rodear a Taehyung, asechando a su presa, buscando hacerlo correr. El felino observo con el rabillo del ojo cada movimiento de su adversario, encontrándolo más deseable cada vez, jamás se entregaría a un macho débil, que ni siquiera pudiera ganarse su derecho a aparearse por sus propios medios. Gruñendo, retador, espero molestar lo suficiente al lobo para ver de qué estaban hechos esos sólidos músculos enfundados en un pelaje corto y suave.

 

Yoongi gruño, abriendo las fauces trato de sostener al gatito por el cuello, para retenerlo contra el suelo, obligándolo a mostrar la pansa en un gesto de sumisión. Lástima que el malcriado tuviera otros planes, en un rápido movimiento rodo sobre su cuerpo, parándose en sus cuatro patitas, comenzó la carrera que probaría si él lobo merecía sus atenciones.

 

El sol ya estaba en el ocaso, dejando ver su crisol de colores, rojo, anaranjado, amarillo, todo entremezclado tiñendo las nubes. Una pena que ninguno de los animales estuviera en condiciones para admirar la belleza del cielo, Taehyung corría entre los árboles, Yoongi lo perseguía cada segundo más desesperado. El felino se estaba comenzando a cansar mientras el lobo se veía fresco, como si a propósito estuviera esperando el desgaste de su presa.

 

Al llegar a un pequeño claro, Taehyung decidió parar un momento para tomar aire. Levantando la naricita chata al viento, trato de olfatear la presencia de su perseguidor, el olor a macho era fuerte, una mescla entre el olor de la madera recién cortada, a hierba al caer la lluvia y a sol, a radiante sol, todo en él gritaba virilidad. Lamiéndose los labios al pensar en la noche que pasaría con el macho alfa, el minino comenzó a maullar sin importarle que con esto delatara su posición.

 

Contrario al viento pudo ver una sombra moverse entre los matones de hierba, allí estaba el dueño de sus fantasías. El muy listillo sabía cómo emboscar a una inocente presa, una suerte que sus hermanos le habían enseñado una o dos cosas a ese respecto. Chillando comenzó su carrera de nuevo, el lobo sabiéndose descubierto comenzó a perseguirlo.

 

Taehyung estaba cansado, comenzaba a sentirse algo mareado, fuera de eso, su terquedad seguía intacta. Al percatarse de que ya no escuchaba los pasos del lobo, se detuvo para estudiar el bosque a su espalda, estaba por comenzar a correr de nuevo cuando sintió el peso del enorme animal sobre él. Iba a entrar en pánico cuando el olor característico de Yoongi sedujo sus sentidos. Esperaba la mordida en el cuello, la que lo obligaría a someterse al macho alfa, pero no fue eso lo que sintió.

 

La lengua del lobo comenzó a recorrer su pancita hasta llegar a su quijada, repitiendo el gesto varias veces. Luego la gran cabeza lobuna comenzó a restregarse sobre él, dejando su olor impregnado en cada parte de su delicado cuerpo. Sintiéndose lapso, cerró sus ojos, dejándose llevar por el cansancio.

 

En algún momento sintió las fauces del lobo que rodeaban su cuello, pero estaba demasiado cansado para oponerse. Como si todavía fuera un cachorro, el enorme animal lo tomo por la piel del cuello y lo llevo de nuevo al pequeño lago que formaba el río bajo el hermoso techo de árboles, allí sería donde ambos dejarían de ser inocentes.

 

La luz de la luna, como antes había hecho el sol, se filtraba por entre las hojas de los árboles, zambulléndose en la corriente tranquila del río. El lobo dejo su preciada carga a la orilla del agua. Sentándose a su lado espero que el delicado felino despertara de su sueñito de belleza. Él lo necesitaba despierto, con la fortaleza suficiente para soportar los embates de su sexo en el canal íntimo, dejándose llevar por la sabiduría de sus propios instintos.

 

Unas manos grandes acariciaban su espalda llegando justo a donde la curva del trasero comenzaba. Taehyung abrió los ojos lentamente, encontrándose acostado de pansa sobre un lecho de flores y hierba. Se sorprendió al darse cuenta de que había cambiado mientras dormía, tal vez habían sido las manos grandes que ahora apretaban los globos de su trasero los que habían obligado a la transformación en humano.

 

—¿Qué haces? — Pregunto dejando salir un gemido —¿Deberías preguntarme primero si quiero? — Tentó a su suerte, dejando salir una sonrisa traviesa.

 

Una lengua libia comenzó a torturar su oreja, Taehyung se volvió quedando con su espalda contra el suelo, quería ver los ojos dorados del hombre que ahora lo miraba como si se lo quisiera comer.

 

— La luna brilla sobre nosotros— susurro Yoongi contra la oreja tierna de Taehyung— dime si me aceptas como compañero durante esta noche de luna.

 

El felino, en su piel de hombre, abrió la boca para protestar, para decirle la larga lista de razones por las que esto no podía ocurrir, pero el fuego que vio arder, el deseo tras los ojos dorados del cambia-formas lobo, lo hizo enviar al diablo el poco sentido común que le quedaba.

 

—Soy tuyo por esta noche— acepto recibiendo el peso de Yoongi sobre su cuerpo. Abriendo las piernas disfruto de sentir el sexo desnudo, duro y hambriento de Yoongi contra el suyo. Por mucho que deseara pasar tiempo con su lobo, sabía que una vez llegados a sus manadas las cosas no serían fáciles.

 

Los machos con olor a hembra, como él, nacían para formar pareja de vida con Alfas fuertes, cuya fuerza no podría ser soportada por hembras. Una vez se corriera la noticia, muchos alfa felinos vendrían con sus hijos en edad reproductiva para que él escogiera con cual se marcharía a comenzar una nueva vida. Una vida donde Yoongi no tendría cabida.

 

—¡Mío! — gruño el lobo, asomándose tras los ojos humanos.

 

La luna gobernaba en lo alto del cielo, llamando a lo más elemental de las criaturas, afectando sobre todo a los cambia formas, hijos predilectos de la diosa. Por las venas de Yoongi corría su sangre tan caliente que quemaba, su sexo duro parecía capaz de perforar rocas, su piel suplicando sentir al pequeño hombre que yacía bajo suyo.

 

El felino dentro de Taehyung exigió ser penetrado por el macho indeciso, podía notarse como el lobo quería tomar a su compañero rápido y sucio, mientras el humano no estaba seguro de cómo proceder. El felino debía de dejar de ser quién era si dejaba las cosas en tela de juicio por más tiempo, era el momento en que los niños se separaban de los hombres, esa sería la noche en que tomaría a su primer amante. Abriendo la boca y arqueando la espalda, el gatito montés restregó su hombría contra la de Yoongi.

 

—Duele si no me tocas— se quejó Taehyung de un modo tan triste que acabo por minar las pocas reservas de autocontrol del lobo. La boca de Yoongi se acercó despacio sobre la del felino, con gran cuidado los labios se rozaron, un beso inocente sello el destino de ambos.

 

Nada más probar la dulzura de Taehyung, Yoongi sintió como su lobo tomaba el control. De la manera más desesperada que un ser vivo podía llegar a sentir, tomo la boca del hombre más pequeño, penetrando con la lengua evoco como su pene entraría en la parte más íntima del chico que se retorcía bajo él.

 

El lobo estaba desesperado, el felino desprendía un olor a vainilla y a pasteles, el olor característico de una hembra, pero a la vez podía sentir el sexo del hombre golpeándose contra su propia dureza. Ambas características tan distintas fusionadas en un solo ser, solo hacía que el macho tuviera ganas de aullarle a la luna, eso si no temiera que se escapara su amante si se ponía en ello. Con ese caprichoso felino nunca se sabía, y esa era otra cosa que enloquecía al lobo, la extraña mescla entre sumiso y rebelde. Nada en esa cosita sexy era fácil de entender o de manejar.

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