domingo, 1 de mayo de 2022

CAPITULO 11

Taehyung estaba sentado en su silla, mientras miraba pasearse a Yoongi por toda la habitación. Se detenía aquí y allá para hablar con la gente, pero sobre todo mezclándose con todos. Le había preocupado que la gente de su aquelarre, no fuera capaz de aceptar a su pareja. A excepción de un pequeño grupo que se mantenía alejado, la mayoría parecía darle la bienvenida.

 

No había sido fácil. Yoongi había recibido un montón de basura de la gente en el aquelarre. Parecía que se lo tomaba con calma, pero Taehyung tenía sus dudas.

 

Nadie querría vivir en un lugar donde todo el mundo lo hace a uno sentir no bienvenido.

Taehyung trataría de llenar los vacíos, asegurándose de que Yoongi supiera que le quería, pero un hombre necesita amigos además de su compañero. La amistad de Yoongi con Jin parecía ir bastante bien. Parecían tener mucho de qué hablar. Ahora que habían enviado a casa al hermano de Jin, Desmond, Taehyung esperaba que Yoongi hiciera amigos.

 

Su vino, Príncipe Taehyung

 

Taehyung se volvió y le sonrió a Albert, tomando la copa de vino. Empezó a llevarla a sus labios cuando una mirada desde el otro lado de la habitación le llamó la atención. Taehyung soltó un suspiró y dejó la copa sobre la mesa junto a él.

 

Yoongi insistió en inspeccionar todo lo que comiera o bebiera antes de que pasara por sus labios. Era cierto que alguien había tratado de envenenarlo, pero Taehyung aún no había sido capaz de averiguar quién lo había hecho. Confiaba en la gente de su aquelarre. Al menos, él quería hacerlo.

Estas personas eran su familia. Había crecido con ellos. Los había visto crecer. Celebró con ellos cuando un niño nacía, lloró con ellos cuando un ser querido se iba. Los protegió y fue protegido por ellos a cambio.

 

No quería pensar en la posibilidad de que uno de ellos pudiera querer matarlo. Simplemente no quería exponerse a ese crudo pensamiento. Hacía que su corazón le doliera, no porque alguien lo quisiera muerto. Eso sólo le molestaba.

 

Sino porque alguien en el que él pensó como si fuera de la familia, lo quería muerto.

 

Ausente, Taehyung tomó su copa de vino de nuevo, saltando un poco cuando le fue arrebatada de su mano. Inclinó la cabeza hacia atrás para encontrar a Yoongi de pie detrás de él, tomando un pequeño sorbo de vino.

 

Yoongi hizo una mueca y se lo devolvió. Taehyung sonrió mientras tomaba un sorbo. Yoongi odiaba el vino, pero él insistió, en que cada vez que Taehyung bebiera un poco, lo saborearía él primero. Se sentía bastante seguro de que Yoongi lamentaba que él no prefiriera beber cerveza.

 

―¿Disfrutando, mi amor?― preguntó Taehyung mientras observaba a Yoongi moverse a su alrededor hasta sentarse en el brazo de su silla.

 

―¿Sabes que me rasco las bolas y bebo cerveza, verdad?

 

Uh, sí ―respondió Taehyung, no muy seguro de hacia dónde lo iba a llevar esa pregunta.

Yoongi se rió y asintió con la cabeza hacia el público.

 

Ellos también.

 

Taehyung dejó caer su cabeza en una mano.

 

Oh, maldita sea, ¿qué hiciste?

 

Nada, te lo juro.

 

Taehyung no estaba seguro de creerle a su compañero. Parecía haber demasiada diversión en su voz. Estaba a punto de profundizar en ese misterio cuando uno de los miembros del aquelarre se adelantó.

 

Alteza ―dijo el hombre, asintiendo con la cabeza respetuosamente. Yoongi miró a Taehyung y rodó los ojos―. ¿Podría pedirle prestado a su consorte real por un momento?

 

Creo que eso depende de él ―respondió Taehyung―. Tal vez deberías abordar la cuestión con Yoongi.

 

Sí, por supuesto ―dijo el hombre rápidamente―. Pido disculpas.

 

Taehyung asintió con la cabeza, agitando la mano.

 

Alteza ―dijo el hombre, dirigiéndose a Yoongi esta vez―. Me preguntaba si...

 

Marcus, ¿Qué te dije acerca de eso de Alteza?

 

Uh, sí, Yoongi. ―La cara de Marcus enrojeció. Taehyung se preguntó si podría caerse redondo allí donde estaba―. Me preguntaba si nos podrías mostrar esas cosas de los chupitos que mencionaste antes.

 

Me encantaría, Marcus. ―Taehyung le echó un vistazo a su compañero cuando Yoongi se inclinó hacia él. Recibió un pequeño beso en los labios antes de que Yoongi saltara y se fuera con Marcus―. Ahora, ¿Tiene una botella de buen whisky?

 

Taehyung frunció el ceño, confundido por lo que acababa de suceder hasta que asimiló las palabras de Yoongi ¿cosas de copas? ¿Whisky? ¡Oh diablos! Se puso de pie y corrió detrás de su compañero, encontrándolo en la cocina rodeado por vampiros. Sentado en el mostrador, en donde frente a él, había varios pequeños vasos llenos de un líquido de color ámbar oscuro.

Cuando Taehyung lo vio, Yoongi cogió uno de los vasos y se lo puso en los labios, moviendo la cabeza hacia atrás. Se tragó todo el líquido de una sola vez antes de golpear el vaso sobre la mesa.

Tosió varias veces, golpeándose en el pecho.

 

Maldita sea, tenía buen sabor. Aunque quema un poco. ―Yoongi sonrió mientras miraba a Marcus―. Ahora, inténtalo.

 

Taehyung miraba, aturdido, como Marcus repetía las acciones de Yoongi, hasta llegar a la tos y golpear el vaso de cristal sobre la encimera.

 

¡Mierda! Yoongi les estaba enseñando a sus vampiros a beber chupitos. El aquelarre no sería el mismo otra vez.

 

Sabes, Yoongi ―dijo, mientras se adelantaba―, se necesita mucho alcohol para tener a un vampiro borracho. Nuestro metabolismo lo quema demasiado rápido. ―Taehyung fue a la nevera y sacó una bolsa de sangre―. Pero, si añadieras un poco de esto al whisky...

 

Los ojos de Yoongi brillaron mientras abría la punta de la bolsa, vertía un poco de la sangre en un vaso y añadía un poco de whisky. Le dio el vaso de vuelta.

 

Por favor, continúa.

 

Taehyung sonrió, aceptando el desafío de su compañero. Se puso el vaso en los labios y rápidamente inclinó la cabeza hacia atrás, tragando hasta la última gota del líquido. Sus ojos se humedecieron mientras colocaba el vaso sobre el mostrador en vez de golpearlo contra él.  La sala quedó en silencio a su alrededor cuando Taehyung miró a su compañero. Sabía que todo el mundo esperaba su reacción a lo que Yoongi había hecho. Taehyung sonrió.

 

Sabría mucho mejor si esto fuera tu sangre, pero no me gusta mi sangre de lobo mezclada con whisky. Prefiero un buen escocés.

 

Pues demonios, dame la botella de whisky, cariño, y voy a ver qué puedo hacer por ti ―rió Yoongi.

 

Taehyung se apuró en coger la botella de whisky que alguien le entregó para luego dársela a Yoongi. Sabía que su compañero estaba tramando algo. Había demasiado brillo en sus ojos color cobre como para que estuviera pensando en cosas inocentes.

 

Vio que Yoongi se sirvió un gran vaso de whisky. Esperó a que Yoongi añadiera un poco de la sangre en el vaso, por lo que se sorprendió cuando su compañero bebió todo el contenido del vaso de un solo trago.

 

Un momento después todo quedó claro cuando Yoongi se hizo un pequeño corte en la muñeca y luego extendió el brazo. Había definitivamente una sonrisa sobre la cara del hombre mientras hablaba.

 

―¿Qué decías?

 

Taehyung se negó a ser superado por su compañero, sobre todo delante de su aquelarre. Agarró la muñeca de Yoongi y se la llevó a la boca, lamiendo lentamente la sangre. Una mezcla de sabores explotó en su lengua y Taehyung decidió que éste era el único camino verdadero para emborracharse.

 

Echó un vistazo a Yoongi, notando la excitación que quemaba en la cara del hombre.

 

―¿Estás seguro de que no quieres beber vino?― Yoongi tragó con tanta fuerza que Taehyung estaba seguro de que todos en la sala lo escucharon.

 

Quizá puedas convencerme.

 

La cabeza de Taehyung iba a explotar. Estaba seguro de ello. Su visión estaba enturbiada y su cabeza palpitaba. La boca le sabía a cenicero sucio. Gimió y se agarró la cabeza cuando el sonido vibró en su cabeza como una sierra eléctrica.

 

Oh, no, espera, ese era Yoongi que roncaba a su lado. Taehyung salió de la cama y se dirigió al cuarto de baño lo mejor que pudo con sus temblorosas piernas y pies, que parecían no querer cooperar.

 

Fue al baño, luego se lavó las manos. Salpicar agua sobre su rostro parecía ayudar a revivirlo un poco. La cabeza aún le dolía, pero había dejado al menos de darle punzadas. Por supuesto, una vez que se miró en el espejo Taehyung deseó que volvieran. Se veía como el infierno.

 

Taehyung no podía recordar haber logrado alguna vez estar tan borracho como lo había estado ayer en la noche. Simplemente no había sido capaz de resistirse al sabor de la sangre de Yoongi mezclada con el whisky, el whisky o el vino que había conseguido que Yoongi bebiera. El hombre sabía realmente bien.

 

Taehyung sólo esperaba que la cabeza de su compañero estuviera tan dolorida como la suya.

No era agradable pensarlo, pero Yoongi se lo merecía. El hombre sabía exactamente lo que sucedería cuando bebió el whisky y se ofreció a sí mismo como un mezclador.

 

Y Taehyung había sido lo suficientemente estúpido como para caer, y bastante afortunado también. Tenía que admitir que toda la experiencia había sido una explosión. Por primera vez desde que podía recordar, los miembros de su aquelarre parecían relajados y amistosos en lugar de tratarlo como al intocable real.

 

Sacudiendo la cabeza, Taehyung regresó a la habitación donde dormía Yoongi. Incluso después de una borrachera y de ser un mezclador de alcohol y sangre, Yoongi todavía se veía precioso. Su mano doblada bajo sus mejillas, sus piernas abiertas.

 

Taehyung deseaba poder tomarlo como una invitación, pero sabía que Yoongi sólo dormía como alguien que hubiera bebido hasta caer. Tal vez, si consiguiera un poco de comida y café, litros y litros de café, las cosas empezarían a mejorar.

 

Con ese pensamiento en mente, Taehyung llamó a la cocina y ordenó una jarra grande de café y el desayuno para él y Yoongi. Mientras esperaba a que la comida llegara saltó en la ducha y se limpió.

Veinte minutos más tarde Taehyung abrió la puerta, recién lavado, vestido, y sintiéndose malditamente mejor. Pidió que colocaran la comida sobre la mesa y a continuación fue a despertar a su compañero dormido.

 

Yoongi, mi amor ―cantó Taehyung mientras se sentaba en el lado de la cama y lo sacudía―. Es hora de despertar, Yoongi, mi amor.

 

Mmm ―dijo Yoongi cuando extendió la mano y acarició el lado vacío de la cama donde solía dormir Taehyung. Levantó la cabeza con los ojos desorbitados mientras buscaba alrededor a Taehyung.

 

Por aquí, querido ―rió Taehyung.

 

La cabeza de Yoongi se dio la vuelta, una sonrisa grande cubriendo sus labios.

 

Taehyung gruñó. Tenía la sensación de que su compañero no estaba sufriendo de la misma forma que él. Parecía estar tan contento.

 

Buenos días, mi Príncipe ―dijo Yoongi cuando su mano se acercó al muslo de Taehyung. Podía ver el brillo de deseo despertando en sus ojos de color cobre.

 

Taehyung frunció el ceño.

 

Te odio.

 

Que…

 

La mirada de sorpresa en el rostro de Yoongi no tenía precio. Taehyung se inclinó y besó a su pareja. A pesar del dolor de cabeza, aun así disfrutaba de la sensación de sus labios contra Yoongi, del suave toque de la lengua del hombre.

 

Me emborrachaste deliberadamente anoche ―se quejó Taehyung después de levantar la cabeza. Entrecerrando los ojos―. Sabías que no podía resistirme a probarte.

 

Yoongi sonrió, viéndose totalmente arrepentido.

 

Sí, pero el sexo fue grandioso ―Yoongi rozó su mano contra la dureza cada vez mayor en los pantalones de Taehyung―. Tú, mi Príncipe, te vuelves un pervertido cuanto tus inhibiciones se reducen.

 

Taehyung rápidamente se devanó los sesos tratando de averiguar de lo que Yoongi estaba hablando. Sintió que su cara cambió de color cuando vio las esposas sujetas alrededor de la cabecera de la cama y recordó exactamente cómo se sentían en sus muñecas, mientras que Yoongi lo ataba a la cama.

 

Yoongi estaba en lo cierto, sin embargo el sexo había sido fenomenal. Taehyung pasó la mano por su pezón al recordar algo acerca de cera caliente. Dudaba que aun tuviera alguna marca física porque sanaba muy rápido, pero estaba seguro de que la imagen de Yoongi goteando pequeñas gotas de cera de una vela en su piel, nunca se desvanecería.

 

No soy un pervertido. Estaba atado a la cama ―dijo Taehyung cuando se puso de pie. Le dio a Yoongi su mirada más seria―. No tenía control sobre lo que me hiciste después de eso.

 

Oh, por favor ―resopló Yoongi, sacudiendo las mantas hacia atrás y sentándose a un lado de la cama―. Tú me rogaste anoche.

 

Yo nunca ruego.

 

Yoongi se rió entre dientes.

 

Solo sigue diciéndotelo, mi Príncipe.

 

Taehyung rodó los ojos, pero no pudo evitar que una sonrisa cruzara sus labios. No tenía duda alguna de que Yoongi podría hacerlo rogar otra vez. Lo único que le impidió quejarse demasiado era el conocimiento de que él podía hacer lo mismo con Yoongi.

 

Ve a tomar una ducha rápida y vístete, cariño ―le dijo Taehyung cuando se dirigía a la puerta del dormitorio―. He pedido el desayuno y un montón de café negro, caliente. Voy a estar esperándote en la otra habitación.

 

Yoongi le sacó la lengua antes de entrar en el cuarto de baño.

 

Taehyung rió y entró en la habitación principal. Vio que el desayuno estaba servido en la mesa junto a la ventana y fue a sentarse. Levantó una de las tapas abovedadas, frunciendo el ceño cuando no encontró nada bajo ella. Encontró lo mismo en las otras tres cúpulas.

 

¿Qué demonios estaba pasando? Taehyung recordaba claramente haber pedido el desayuno. ¿Por qué alguien le traería un montón de platos sin comida? Levantó la tapa de la jarra de café y la encontró también vacía al igual que las tapas de los alimentos.

 

Taehyung trataba de no ser demasiado exigente con su personal, pero esperaba un mejor servicio que éste. Poniéndose de pie, caminó hacia el teléfono y llamó a la cocina. Una voz desconocida respondió al otro lado.

 

―¿Quién eres?― exigió Taehyung.

 

Estás en peligro, Príncipe Taehyung ―advirtió la voz―. Vienen a por ti.

 

―¿Qué?― exclamó Taehyung―. ¿Quién? ¿De qué estás hablando? ¿Quién eres?

 

Jin ―la voz gritó desesperadamente―. No pude detenerlos, Príncipe Taehyung. Lo siento. Lo intenté.

 

―¿Detener qué?

 

Antes de que Jin pudiera responderle, la puerta detrás de Taehyung se abrió y se estrelló contra la pared. Se dio media vuelta, sorprendido al ver a varios hombres armados llenar su habitación hasta que el miedo y la ira se hicieron cargo.

 

Taehyung dejó caer el teléfono y saltó a través de la habitación hacia la habitación donde su compañero inconscientemente aún se duchaba, su único pensamiento era mantener seguro a Yoongi. Antes de que pudiera llegar a la puerta, ellos saltaron hacia él. Taehyung gruñó mientras lo obligaban a echarse al suelo, sus brazos fueron sujetos detrás de él.

 

Yoongi ―Taehyung gritó tan alto como se lo permitieron sus pulmones. El dolor atravesó su rostro cuando un golpe muy fuerte cayó en su mejilla. Taehyung se sacudió y miró al hombre que lo había golpeado. Lo reconoció como uno de los vampiros que se le acercó en Wolf Creek.

 

Vas a morir ―gruñó Taehyung―. ¿Lo sabes, verdad?

 

El hombre retorció el brazo de Taehyung, hasta que obtuvo una mueca de dolor y luego se echó a reír.

 

No estás en posición de amenazar, Príncipe

 

Aún así vas a morir ―prometió Taehyung―. Si no por mi mano entonces por la de mi compañero.

 

Ah, sí, tu pareja ―dijo una voz detrás de él―. ¿Exactamente dónde está el consorte real?

 

Taehyung saltó a sus pies y se dio la vuelta para hacerle frente a esa voz. Su mandíbula cayó cuando se encontró frente a frente a Desmond Von Byrne, su ex amante. El ex amante de Taehyung estaba vestido como de costumbre, llamativo como el infierno cuando se sentó en una silla cerca de la chimenea. Pareció contemplar sus uñas, con aspecto aburrido.

 

―¿Desmond?― preguntó Taehyung―. ¿Qué significa esto? Desátame inmediatamente.

 

En un abrir y cerrar de ojos, Desmond se levantó de su asiento y corrió a través del espacio entre ellos, golpeando con la mano la cara de Taehyung con la fuerza suficiente como para que sus oídos zumbaran. Taehyung volvió su mirada hacia él, su lengua lamió una gota de sangre en la comisura de la boca.

 

Desmond apuntó un dedo en dirección a él, su rostro estaba rojo y arrugado cuando él gruñó:

 

Ya no tienes derecho a decirme qué hacer, Taehyung.

 

Yo soy el Príncipe de este aquelarre, Desmond ―le recordó Taehyung al hombre.

 

Y podrías haber gobernado a mi lado si no hubieras traído a ese perro pulgoso a este aquelarre ―dijo Desmond. Se dio vuelta y comenzó a caminar furioso a través de la habitación, murmurando en voz baja. Fue en ese preciso momento que Taehyung comenzó a sospechar que Desmond probablemente estaba loco.

 

Desmond se paseaba de acá para allá, deteniéndose para fulminar con la mirada a través de la habitación a Taehyung.

 

Yo te habría dado todo a ti. Podrías incluso haber conservado a ese mestizo como mascota si hubieras querido. ¡Pero, no! Tú me traicionaste.

 

―¡Yo no te traicioné!― gritó Taehyung―. Él es mi compañero.

 

―¡Yo soy tu compañero!

 

Taehyung quedó boquiabierto y en estado de shock mientras miraba a Desmond.

 

Siempre he sido tu compañero. Yo estaba allí el día en que naciste. Ellos dijeron que serías mío, que gobernaríamos juntos. Salvé tu cuello cuando ejecutaron a tu padre. Querían matarte junto con él, pero le rogué a mi padre por tu vida. ¡Yo! Te salvé, no ese maldito lobo. ―Desmond agitó su mano violentamente en el aire, su agitación evidentemente era para que todos la vieran― ¿Y así es como me pagas? ¿Trayendo a un perro al aquelarre?

 

Yo no te debo nada, Desmond.

 

―¡Me debes tu lealtad!― gritó Desmond.

 

Pues Jódete ―dijo Taehyung al sentir su ira anular a su instinto de conservación. Supo al instante que decir eso había sido un error. La rabia que vio sobre la cara de Desmond lo hizo lamentar no poder retractarse de sus palabras.

 

Desmond cruzó la habitación y se apoderó de la cara de Taehyung con su mano, apretándola lo suficiente para que Taehyung hiciera una mueca de dolor.

 

Taehyung apretó los puños para no ceder a su necesidad de gritar. No le iba a dar a Desmond esa satisfacción.

 

Oh, eso haremos, y mucho ―se burló Desmond―. Te voy a joder y haré que tu precioso hombre lobo nos vea. ―Los ojos de Desmond brillaron con una luz misteriosa―. Después le arrancaré la piel mientras aún respira y haré una alfombra para el frente de mi chimenea.

 

No vas a tocar ni un pelo de su cabeza ―espetó Taehyung. El latido de su corazón aumentó a un ritmo rápido cuando verdadero miedo lo llenó por primera vez desde que Desmond y sus hombres entraron en su habitación―. Te mataré primero.

 

No gobiernas más aquí, Príncipe ―Desmond rió con aspereza―. Yo lo hago.

 

Este es mi aquelarre, y no puedes quitármelo, no importa cuánta mierda escupas por tu boca.

 

―¿Tu aquelarre?― se rió de nuevo Desmond―. ¿Cómo crees que llegué aquí con tanta facilidad? Tu aquelarre me dejó entrar. Me dieron la bienvenida. Ellos quieren a ese maldito perro aquí, tanto como yo.

 

―¡No es un perro!

 

Es un mestizo ―gruñó Desmond. Soltó la mandíbula de Taehyung para poder pasearse por la habitación―. Mi padre tenía razón cuando dijo que los hombres lobo debían ser erradicados de la tierra. No son más que monstruos pulgosos que caminan sobre dos piernas, bueno, parte del tiempo de todos modos. El resto del tiempo están regidos por la Luna.

 

―¡Tu padre era un idiota!― lo interrumpió Taehyung de nuevo―. Los hombres lobo tienen tanto derecho a estar aquí como nosotros. No somos mejores que ellos, ni ellos son mejores que nosotros. Al menos ellos no tratan de derrocar a sus líderes sin un desafío justo y honesto. Ellos no tratan de apuñalarlos por la espalda o…

 

―¿O envenenarlos?― preguntó Desmond―. Oh sí, querido, he oído acerca de eso. Lamentablemente, eso no vino de mi mano. Ojalá lo hubiera pensado, pero no fui yo.

 

Si no fuiste tú, ¿quién fue?

 

Me temo que fue mi pobre hermanastro, culpa de Jin.

 

Desmond se encogió de hombros.

 

El chico realmente nunca fue bueno en nada, pero podría haber acertado en esto si aquel maldito hombre lobo hubiese bebido el vino. Estoy seguro de que nunca quiso hacerte daño. Sólo quería borrar al lobo del cuadro.

 

Taehyung pensó en la amistad que Yoongi y Jin tenían, la que parecía haber aumentado a lo largo de las últimas dos semanas y de inmediato dudó de las palabras de Desmond. Así mismo, no creía que Jin tuviera las pelotas para tratar de envenenar a alguien.

 

Estás mintiendo.

 

―¿Lo estoy?― se rió entre dientes Desmond. Agitó la mano hacia uno de los hombres en la habitación―. Trae a mi pequeño hermanastro aquí. Vamos a dejar que Taehyung lo escuche de su boca.

 

Uno de los hombres en el cuarto salió corriendo, la puerta se cerró de golpe detrás de él. Taehyung miró a Desmond. El hombre realmente había perdido el juicio. Taehyung no veía como pensaba que asumiría el mando del aquelarre aun si él muriera. Esperaba que su aquelarre, no lo tolerara, pero empezó a preguntárselo.

 

No serás capaz de hacerte cargo de este aquelarre, incluso si me matases.

 

Oh, no tengo ninguna intención de matarte, querido ―sonrió Desmond―. Eso sería quitarle toda la diversión a hacerte pagar por lo que has hecho. No, vas a vivir un tiempo muy, muy largo para que pueda disfrutar de lo que he preparado para ti.

 

A Taehyung realmente no le gustaba la forma en que sonaba eso. Empezó a luchar, extendiendo sus garras y tratando de cortar a través de las cuerdas que ataban sus manos a la espalda. Al mismo tiempo, que pateaba a los hombres que lo sostenían en su lugar.

 

Unas manos lo sujetaron. Taehyung alcanzó a morderlas un poco, hundiendo sus dientes en la carne blanda. Un duro golpe en la parte posterior de su cabeza le envió un dolor punzante.

Taehyung cayó de rodillas, incapaz de sostenerse.

 

Sintió que sus brazos fueron mantenidos con fuerza a los lados. Alguien agarró su cabello largo y tiró de él, inclinando su cabeza hacia atrás. Taehyung abrió los ojos para ver a Desmond de pie sobre él, mirándole con veneno en sus ojos.

 

Pagarás sin cesar por esto y por cada una de las transgresiones que cometas, Taehyung ―le espetó Desmond apretando los dientes. Taehyung sonrió cuando vio la marca de color purpura oscura en la mandíbula de Desmond. Por lo menos había dado en un buen golpe.

 

Como te he dicho, Desmond, jódete.

 

―¿Qué tal si mejor vamos a buscar a tu pequeño consorte y vemos cómo le gusta cuando te esté jodiendo? ¿O quizás debería joderlo a él en tu lugar? Pareces estar dispuesto a hacer cualquier cosa para mantenerlo a salvo. ¿Puede ser tan bueno?

 

Desmond apuntó hacia las puertas del dormitorio.

 

Ve a buscar al perro.

 

Taehyung entró en pánico, el miedo por su pareja predominaba y anulaba cualquier sensatez que pudiera haber tenido. Trató de luchar, pero los hombres que lo sostenían en el lugar le impedían moverse. Las lágrimas se agolparon en la esquina de sus ojos cuando se dio cuenta de que no podía salvar a Yoongi.

 

Tendría que ver a Desmond atacar a su compañero, probablemente lo mataría. O Yoongi tendría que ver a Desmond atacarlo a él.

 

De cualquier manera, algo precioso y especial sería destruido.

 

Fue en ese desgarrador momento que Taehyung se dio cuenta que sus sentimientos por Yoongi, iban más allá de su acoplamiento. Había sabido demasiado pronto cuanto se preocupaba por el lobo, pero no se había dado cuenta, sino hasta ahora, que lo amaba.

 

Y que nunca tendría la oportunidad de decírselo. Algo dentro de Taehyung se rompió en ese instante. Algo más comenzó a crecer, una rabia tan ardiente que casi bloqueaba la luz, casi. Un rayo de su amor por Yoongi aún permanecía en su corazón.

 

Yoongi ―Taehyung rugió mientras trataba de levantarse, su rabia espoleándole. Los hombres gritaron de dolor mientras Taehyung luchaba por su supervivencia y la de Yoongi con la última gota de energía que tenía.

 

Taehyung se puso de pie y jaló de sus brazos liberándolos cuando escuchó un fuerte ruido detrás de él. Se dio la vuelta, momentáneamente sorprendido de ver correr a Yoongi dentro de la habitación en su forma de hombre lobo.

 

Su mandíbula alargada, de sus colmillos goteaba la sangre del hombre que Desmond había enviado a buscarlo. Sus garras se extendieron, asestando un golpe en cualquiera que se le acercara lo suficiente como para que él lo alcanzara. Feroces gruñidos salían de la boca de Yoongi.

 

Taehyung no estaba seguro de que alguna vez hubiera visto algo tan magnífico en toda su vida. ¡Yoongi se veía glorioso! Viendo luchar a Yoongi, Taehyung de repente sintió que podrían tener una oportunidad. Se llenó de alegría cuando renovó su lucha, atacando a los vampiros más cercanos a él.

 

Hombre tras hombre cayeron a los pies de Taehyung en montones de sangre y cuerpos destrozados. Aun luchando, se abrió camino hacia su compañero. Cuando una mano se posó en su hombro, se dio vuelta, mostrando los dientes y las garras listas para atacar hasta que vio a Yoongi mirándolo.

 

Taehyung se tomó un momento para alcanzar y limpiar una mancha de sangre de la mejilla de Yoongi antes de volverse para hacer frente a los que quedaban en la habitación. El corazón se le quedó atrapado en la garganta cuando se encontró mirando por el cañón de una pistola muy grande en la mano de Desmond.

 

No creerías que iba a ser tan fácil ¿verdad? ―Desmond se burló―. Voy a tener mi aquelarre.

 

No es tu aquelarre, Desmond ―dijo Taehyung―. Nunca ha sido tu aquelarre.

 

Es mi aquelarre. ―Desmond sonrió y agitó un poco su pistola―. Bueno, lo va a ser tan pronto como me deshaga de los dos.

 

Taehyung sintió que Yoongi le agarraba por la cintura, poco a poco lo empujaba detrás de su cuerpo más grande. Taehyung clavó los pies en el suelo. Se negaba a esconderse detrás de su compañero, mientras que sus vidas estaban en peligro. No se mantendría a salvo a costa de la vida de su compañero.

 

Nunca te librarás de mí o de mi clase, Desmond ―dijo Taehyung―. Hay muchos de nosotros que creen que la Gran Guerra fue una equivocación. El apareamiento entre hombres lobo y vampiros no está mal. Es tan natural como la unión entre los vampiros y los humanos o cualquier otra persona.

 

―¡Es un error!― sonrió Desmond―. Los vampiros solo deben aparearse con los vampiros. Tenemos que mantener nuestro linaje de sangre pura.

 

―¿Pura?― se burló Taehyung―. No creo que haya uno solo de nosotros que sea puro. Nos hemos acoplado con hombres lobo y seres humanos durante siglos. Ninguno de nosotros es puro ya.

 

―¡Yo soy puro!― gritó Desmond, levantando el brazo en el aire como si tratara de hacer una demostración―. Nunca me he manchado con criaturas inferiores a mí, no como tú. Estás sucio y hay que eliminar tu existencia antes de que otros se corrompan.

 

Así que ¿me vas a matar por el bien del aquelarre, o porque te desprecié y volví mi afecto hacia un hombre lobo?

 

―¡Todavía estaríamos juntos de no ser por esta... esta cosa!

 

Te acuerdas de que nos separamos hace más de cien años, ¿verdad?

 

La cara de Desmond se volvió roja.

 

―¡Tú eres mío!

 

Yo nunca fui tuyo. Jodimos durante un tiempo, pero ambos sabemos que no habría durado. Nunca podría estar con alguien que cree que todos son inferiores a él sólo porque son diferentes. Tu padre era un idiota.

 

Taehyung se empujó delante de Yoongi cuando Desmond niveló el arma hacia él. Agarró la mano de su compañero y le dio un apretón, tratando de expresar sus sentimientos a través de ese pequeño toque mientras cerraba los ojos y se preparó para sentir una bala entrando en su cuerpo.

La fuerte réplica de un disparo hizo eco en la habitación. Hubo un grito de dolor y angustia. Cuando Taehyung se dio cuenta de que el grito no había venido de él, abrió los ojos.

 

Su primera preocupación fue que la bala hubiese impactado en Yoongi, pero él no se había movido de su ubicación detrás de Taehyung. En todo caso, se acercó, envolviendo sus brazos alrededor de la cintura de Taehyung.

 

Taehyung hundió los dedos en el brazo que estaba alrededor de su cintura. Se tomó un segundo para saborear el conocimiento de que ambos aún vivían, antes de mirar a través de la habitación donde Desmond ahora yacía en el suelo, con un enorme cuchillo de cocina sobresaliendo de su espalda ensangrentada.

 

Jin se cernía sobre él, la sangre cubría la mano sobre su boca.

 

Miró hacia arriba, con los ojos afectados cuando levantó la mano.

 

No quise… no quise, quiero decir… no podía dejar que…

 

Taehyung rápidamente se alejó de Yoongi, fue hacia Jin y envolvió un brazo sobre los hombros del agitado hombre. Con suavidad, le acarició la cabeza.

 

Shhh, Jin. Está bien. Hiciste lo correcto. Nos habría matado a mí y a Yoongi.

 

Lo sé ―le susurró Jin―. Intenté advertirle sobre él al teléfono, pero...

 

Antes de que Jin pudiera terminar su declaración la puerta de la habitación se abrió y Albert entró corriendo, varios hombres venían detrás de él. Pareció disfrutar de la escena por una fracción de segundo, emitiendo órdenes por la habitación para que fuese limpiada y los cadáveres eliminados.

Taehyung caminó junto con Jin hacia el sofá y se sentó a su lado. Le tendió la mano a su compañero, rogando para que Yoongi se uniera a ellos.

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