martes, 31 de mayo de 2022

CAPITULO 11

Tae se quedó helado. Seguro que no había oído lo que acababa de oír. Sacó sus dientes de la garganta de Yoongi. Lamió las gotas que se derramaban antes de que pudieran bajar por la garganta de Yoongi, gimiendo ante el sabor intenso de su compañero.

 

Levantó la cabeza y Tae miró fijamente hacia abajo a Yoongi.

 

—¿Yoongi? —susurró en su cabeza, cruzando los dedos mentalmente y orando más duro de lo que nunca lo había hecho antes.

 

Yoongi ni siquiera abrió los ojos y sonrió.

 

—¿Sí? — preguntó en voz alta.

 

—¿Puedes oírme?

 

Los ojos de Yoongi se abrieron y levantó la mirada hacia Tae con un ceño confundido en su rostro.

 

—Claro que puedo oírte. Estás hablando conmigo.

 

Yoongi. —El corazón de Tae retumbó en su pecho mientras hablaba en silencio otra vez—. No estoy hablando con mi boca.

 

Los ojos de Yoongi se abrieron como platos y luego bajaron hasta que Tae supo que su compañero estaba mirando sus labios.

 

—Mira mis labios, lindo bebé. Estoy hablando contigo, pero mis labios no se están moviendo.

 

Yoongi tragó saliva y sus ojos se movieron de nuevo para encontrar los de Tae.

 

—Cómo…

 

No lo sé, Yoongi. —Tae sonrió al darse cuenta del regalo que habían recibido—. Pero creo que es algo muy pero muy bueno.

 

—¿Puedes oírme también?

 

Tae asintió con la cabeza.

 

—Puedo escuchar cada maldita cosa que digas.

 

—¿Puedes leer mi mente?

 

Tae pensó por un momento y luego negó con la cabeza.

 

—No —dijo en voz alta—, sólo puedo escuchar lo que me dices. No puedo oír nada de lo que pasa en tu cabeza.

 

Tae estaba un poco confundido y desalentado por el profundo y aliviado suspiro que salió de la boca de Yoongi. Empezó a abrir la boca para decir algo, y más que probable para meterse en problemas, cuando Yoongi sonrió y colocó un dedo sobre sus labios.

 

Nadie quiere que todos sus pensamientos sean legibles, Tae, ni siquiera yo. Eso no quiere decir que sean malos, sólo que son privados.

 

Tae frunció el ceño. No le gustaba la idea de Yoongi tratando de ocultar nada de él, pero suponía que el hombre podría tener razón. Nadie quería que cada pensamiento que tenía estuviera al descubierto para todo el mundo, o incluso un amante. Aun así, tenía que preguntar.

 

Entonces, ¿por qué deberías tener pensamientos privados? —preguntó Tae—. Somos compañeros, debemos compartirlo todo.

 

—¿De verdad debería decirte todo lo que pienso? Porque, créeme, si piensas que antes hablaba... —La ceja levantada de Yoongi divirtió tanto a Tae que no podía dejar de reír.

 

De acuerdo, está bien, lo entiendo, sientes que hay cosas que necesitas mantener para ti mismo, pero no tiene que gustarme. Preferiría que compartieras todo conmigo, pero entiendo que pueden haber algunas cosas que no quieras compartir.

 

Tae, no es que no quiera compartir cosas contigo. Yoongi se echó a reír y negó con la cabeza—. Pero hay cosas que necesito procesar a mi manera. Si vas a tratar de seguir el proceso de mi pensamiento, tu cabeza podría explotar.

 

Tae estalló en carcajadas ante el raciocinio de Yoongi. Se inclinó y besó la punta de la nariz de Yoongi.

 

— Bueno, lindo bebé, mantén tus pensamientos privados en privado. Eso sí, no dejes de hablar conmigo de esta manera, ¿de acuerdo? Es muy especial. No conozco a muchas personas que pueden hablar el uno al otro mentalmente.

 

—¿En serio? ¿No es normal para los compañeros?

 

No. —Tae frunció el ceño—. ¿Qué te hace pensar eso?

 

No lo sé. —Yoongi se encogió de hombros—. Jin y Namjoon, e incluso tus padres, parecen tan cercanos. Sólo pensé que era algo normal para todos ustedes.

 

—¿Todos ustedes? Yoongi, eres uno de nosotros. —Yoongi comenzó a sacudir la cabeza así que Tae lo agarró, manteniéndolo quieto y mirando fijamente a los ojos de su pareja—. Yoongi, eres un cambiaforma al igual que yo. No sé cómo y no sé por qué, pero estoy agradecido por ello. Te hubiera tomado de cualquier manera en que podría haberte conseguido, lindo bebé, pero de esta manera, hay mucho más que puedo compartir contigo.

 

—¿Cómo qué? —Yoongi preguntó en un entrecortado susurro.

 

En primer lugar podemos correr juntos. La Luna Llena es un momento especial para nosotros y ahora puedo compartir eso contigo. En segundo lugar, creo que el vínculo entre nosotros es aún más fuerte con ambos siendo lobos. Tu lobo reconoce al mío como su compañero. ¿Recuerdas el olor cuando oliste mi cuello?

 

Yoongi asintió con la cabeza, mirando con los ojos abiertos y aturdidos.

 

—¿Crees que te habría afectado de la manera en que lo hizo si no hubieras sido un lobo?

 

Realmente crees que nuestro vínculo es más fuerte porque soy... soy un…

 

Está bien, Yoongi, lo puedes decir. Eres un cambiaforma lobo igual que yo.

 

La expresión en el rostro de Yoongi cambió y se convirtió en casi sombrío.

 

—¿Pero cómo? Nunca antes he cambiado. Nunca he hecho nada parecido a un lobo antes.

¿No debería haber mostrado algún signo de ser un cambiaforma?

 

Tal vez lo hiciste y simplemente no lo sabes —dijo Tae—. Dijiste que estuviste enfermo cuando crecías, ¿no? Tal vez era tu lobo tratando de salir y algo se lo impedía.

 

Sí, puede ser pero… —Los ojos de Yoongi de repente se abrieron mientras inhalaba profundamente y agarraba los hombros de Tae—. Tae,               ¿y si mi padre es un cambiaforma como yo? ¿Eso no hace una diferencia?

 

Tae deseaba más que cualquier otra cosa en la tierra poder decirle a Yoongi que podía ser, pero aún no le había mentido al hombre, y no iba a empezar ahora. Negó con la cabeza con tristeza.

 

—No, Yoongi, no creo que lo sea. Si tu padre fuera un cambiaforma, no se habría hecho tan conocido públicamente. Tratamos de mantenernos en secreto, no de exponernos al mundo.

 

Entonces, ¿mi madre era una cambiaforma?

 

Esa sería mi apuesta. ¿Qué recuerdas sobre ella?

 

No mucho, la verdad, yo… —Tae fue sorprendido con la guardia baja cuando Yoongi de repente dejó de hablar, arrugó la nariz y se movió un poco—. ¿Podemos limpiarnos antes de seguir hablando de esto? Es un poco difícil concentrarse con el olor a sexo en el aire.

 

Tae se rio y suavemente se apartó de Yoongi, rodando a un lado de la cama. Se estiró hacia atrás y le tendió la mano.

 

—Vamos a ducharnos muy rápido, y luego podemos vestirnos y hablar. Creo que los dos podríamos conseguir algo de comida para nuestros sistemas.

 

Oh Dios, una ducha suena maravilloso —dijo Yoongi mientras ansiosamente tomaba la mano de Tae y salía de la cama—. Siento que tengo una semana de suciedad en mi piel.

 

No lo sé. Yo diría que tu piel es casi perfecta. — Tae pasó un dedo por el pecho de Yoongi, sonriendo cuando Yoongi se estremeció—. De hecho, creo que he dicho eso.

 

Yoongi rodó sus ojos.

 

—Voy a pasar mucho tiempo en tu cama, ¿verdad?

 

—¿Tienes algún problema con eso?

 

No. —Yoongi se rio mientras caminaba hacia el baño—. Sólo estaba preguntando.

 

Los compañeros tienen la necesidad de estar juntos, y a menudo, Yoongi, sobre todo al principio de su acoplamiento. —Tae se sentía indeciso. No sabía cuánto decirle a Yoongi sobre el vínculo que tenían—. ¿Es algo que va a ser un problema para ti?

 

Yoongi miró por encima del hombro luciendo sorprendido.

 

—No, ¿debería?

 

Sólo quería asegurarme. No quiero forzar nada en ti, Yoongi. Esto tiene que ser tu elección.

 

Yoongi sonrió y retrocedió para acariciar la mejilla de Tae.

 

—Lo es, amante.

 

Tae no pudo evitar la sonrisa en su cara mientras seguía a Yoongi a la ducha. No importaba cómo podrían ser las cosas de confusas en este momento, Yoongi parecía estar aceptando su acoplamiento con una mente abierta.

 

Tae sólo podía esperar que Yoongi también lo aceptara con un corazón abierto. Tenía toda la intención de que ellos fueran la pareja perfecta. Tae ya estaba obsesionado con el magnífico hombre, y eso sucedió antes de que incluso se convirtieran en pareja. Sólo podía imaginar lo mucho que su obsesión crecería en los años por venir.

 

Realmente prefiero quedarme aquí, Tae.

 

Tae suspiró mientras se abrochaba los pantalones y miraba hacia donde Yoongi estaba sentado en el borde de la cama.

 

—Lo sé, Yoongi, pero vas a tener que enfrentarte a mi familia en algún momento. ¿Por qué no acabar con eso de una vez? Te prometo que las cosas han cambiado.

 

Qué pasa si ellos tratan de encerrarme de nuevo o…

 

Tae se acercó y se acuclilló frente a Yoongi, sosteniendo la cara del hombre entre sus manos.

 

—Yoongi, eso no va a suceder. No lo permitiré. Si las cosas van mal, sólo tendremos que irnos, pero no creo que pase eso. Han pasado muchas cosas mientras estabas en forma de lobo.

 

Recuerdo como fueron. —Yoongi resopló mientras se alejaba de Tae—. No puede haber cambiado tanto.

 

Te lo juro, Yoongi, las cosas son diferentes ahora. Mi familia te acepta. Por favor, ven abajo conmigo y compruébalo.

 

Yoongi atrapó su labio inferior entre los dientes. Tae contuvo el aliento mientras esperaba que Yoongi decidiera lo que quería hacer. Mientras él realmente quería que Yoongi bajara las escaleras y viera cuánto habían cambiado las cosas con su familia, haría lo que su pareja quisiera.

 

—¿Te quedarás conmigo?

 

Tae sonrió.

 

—No me apartaré de tu lado.

 

Yoongi dudó por un momento y luego asintió lentamente. Todavía no lucía como si estuviera a favor de bajar las escaleras, pero Tae tuvo que admitir para sí mismo que estaba contento de que Yoongi lo aceptara. Necesitaba la ayuda de su familia para averiguar lo que estaba pasando con Yoongi y mantenerlo a salvo. Estaba bastante seguro que las cosas eran más grandes de lo que podía manejar por su cuenta.

 

Tae se levantó y le tendió la mano a Yoongi.

 

— Vamos, lindo bebé, vamos a comer algo y ver cómo van las cosas.

 

Sé que me van a hacer un montón de preguntas.

 

Tae trató de ocultar su mueca mientras veía a Yoongi tomar su mano y levantarse, caminando con él a la puerta del dormitorio.

 

—Estoy seguro de que habrá un montón de preguntas, y tienes que estar preparado para eso. Sólo sé honesto y diles todo lo que quieran saber. Todo el mundo está tratando de ayudarnos.

 

—¿Qué pasa si no quiero contestar?

 

Entonces diles eso. Puede que no les guste, pero ellos no pueden obligarte. Sin embargo, creo que cuanto más sepamos, podremos hacer frente a esta situación de mejor manera.

 

Yoongi frunció el ceño.

 

—¿Qué es exactamente esta situación?

 

Bueno. —Tae se rio entre dientes ligeramente—. Yo diría que lo primero es que puedes cambiar. Eso es bastante grande. La segunda situación es lidiar con tu padre. Ahora que sabemos que puedes cambiar, eso cambia un poco las cosas.

 

—¿Por qué?

 

Eres un cambiaforma, Yoongi. Tienes que venir de alguna parte. Los cambiaformas no aparecen de la nada. Nacemos así. Por supuesto, no tenemos que tener dos padres cambiaformas, sólo se necesita que uno de los padres sea un cambiaforma, ¿pero cuál de los tuyos era el cambiaforma? Eso podría cambiar un poco las cosas.

 

—¿Cómo?

 

Tae apretó la mano de Yoongi cuando escuchó el temblor en la voz del hombre.

 

—No cómo estás pensando, lindo bebé. Nada cambiará entre nosotros, nunca. Somos compañeros y eso significa para siempre.

 

Entonces, ¿qué quieres decir? —Yoongi preguntó, inclinando la cara hacia arriba.

 

Saber que uno de tus padres es un cambiaforma significa que tenemos que ir a esta situación con tu padre de una manera completamente diferente. Pensaría que él sabe de ti, por lo tanto sabe sobre nosotros. Tenemos que ser más precavidos.

 

Oh, tu familia de seguro ahora me odia —se quejó Yoongi.

 

Oh no, Yoongi, para nada, te lo prometo. —Tae se detuvo al pie de la escalera para inclinar la cabeza de Yoongi hacia atrás—. No, lindo bebé, ellos no te odian. De hecho, están emocionados por nosotros. Sólo tenemos que hacer las cosas de manera diferente ahora.

 

El corazón de Tae se compadeció por su pequeño compañero cuando sintió la cabeza del hombre caer contra su pecho. No podía esperar el momento en que no hubiera ningún drama en sus vidas. Yoongi merecía ser feliz, y Tae esperaba que pudiera proveer eso para él.

 

Todo va a estar bien, lindo bebé —susurró Tae contra la parte superior de la cabeza de Yoongi—. Lo prometo.

 

Dijiste eso antes, Tae. —El pequeño sollozo que venía de Yoongi apuñaló el corazón de Tae—. Y estabas equivocado. Todo no está bien.

 

Está bien, puede que no todo esté bien... de momento. Pero eso no quiere decir que no lo estará en el futuro. —Tae agarró la cabeza de Yoongi y la inclinó de nuevo—. Y esta vez, estamos juntos. No estamos tratando de hacer esto solos, lindo bebé. Nos tenemos el uno al otro. Eso tiene que hacer una diferencia.

 

Así es. —Yoongi se rio nerviosamente. Empuñó su mano y golpeándolo ligeramente contra el pecho de Tae— . Sólo desearía que no tuviéramos que pasar por toda esta mierda. Sólo quiero que nos vayamos a algún lugar seguro donde nadie nos moleste.

 

Empezaré a hacer planes de inmediato. —Tae se rio entre dientes—. ¿Quieres playas soleadas o arroyos de montaña?

 

Yoongi resopló y volvió a caminar hacia la cocina.

 

¿Qué tal algún lugar con una isla desierta donde nadie pueda encontrarnos?

 

Hecho. —Aunque Tae no tenía ni idea de dónde empezar a buscar esa isla desierta. Pero si eso es lo que su bebé quería, él no se detendría hasta encontrar una.

 

Justo cuando pasó por delante del arco de la sala de estar, Tae oyó la puerta delantera abrirse. Echó un vistazo para ver a su hermano, Jimin, entrando con su compañero, Jungkook. Justo detrás de Jungkook estaba su hermano, Wondin.

 

Oye, Yoongi, hay un par de personas que me gustaría presentarte. Espera un minuto.

 

Yoongi se detuvo y miró por encima del hombro. Tae podía ver la ansiedad del hombre en la palidez de su rostro y la fuerte contracción en sus rasgos. Sin embargo, Yoongi se volvió y se acercó más, su cuerpo prácticamente se empujaba contra el de Tae.

 

Tae pasó un brazo por los hombros de Yoongi y tiró de él hacia la sala de estar. La gente en la sala se volvió como una ola y los miró a los dos. Tae aumentó la presión sobre Yoongi cuando sintió que el hombre se estremeció y presionó más cerca de él.

 

Jimin, Jungkook, Wondin, me gustaría presentarles a mi compañero, Yoongi.

 

Jimin dio un paso hacia delante, con la mano extendida hacia Yoongi, con una sonrisa de bienvenida en su rostro.

 

— Yoongi, es un placer conocerte al fin. Creí que mi hermano nunca encontraría a alguien que pudiera aguantarlo.

 

Yoongi se echó atrás, sobresaliendo ligeramente detrás de Tae. Cuando las manos de Yoongi agarraron su camisa, Tae pensó que la tela podría rasgarse. Yoongi estaba temblando. Tae estiró un brazo hacia atrás y agarró a Yoongi, sonriéndole a su hermano a modo de disculpa ante el ceño confundido en el rostro de Jimin.

 

Yoongi, bebé, Jimin no va a lastimarte —dijo Tae mientras tiraba de su compañero detrás de él. Yoongi todavía estaba indeciso pero no luchó con Tae—. Este es mi hermano, Jimin. Está bien para ser un hermano mayor.

 

—¡Hey!

 

Tae se rio ante la indignación fingida de Jimin. Sintió que la tensión empezaba a relajarse en el cuerpo de Yoongi y apretó al hombre más cerca de su pecho.

 

—Él es Jungkook, el compañero de Jimin, y su hermano, Wondin.

 

Jimin sonrió y dio un paso atrás cuando Jungkook y Wondin se acercaron. Jungkook empezó a tender la mano y luego se detuvo, con una expresión perpleja sobre su rostro cuando de repente comenzó a olfatear el aire.

 

Wondin, tú… —Jungkook comenzó sólo para ser interrumpido por un gruñido amenazador de Wondin.  Antes de que Tae pudiera detenerlo, Wondin extendió la mano y agarró a Yoongi. Él se dio la vuelta y clavó a Yoongi por la garganta en la pared.

 

—¿Por qué hueles como mi madre? —espetó Jungkook, a pulgadas de la cara de Yoongi. Yoongi parecía petrificado, con los ojos tan grandes como platos. Agarró la mano alrededor de su garganta, su rostro se volvía más pálido con cada momento que pasaba.

 

Wondin, ¿qué diablos crees que estás haciendo? Suelta a mi compañero —gritó Tae. Trató de saltar sobre el hombre, apartarlo de Yoongi, pero otro par de fuertes brazos se lo impidieron. Tae se volvió, gruñéndole a Jungkook—. ¡Suéltame, maldición!

 

—¡No! —le gritó de inmediato Jungkook—. Quiero saber por qué tu compañero huele como mi madre.

 

Tae ignoró la pregunta y comenzó a luchar contra el dominio que Jungkook tenía sobre él. Podía ver el pánico en los ojos de Yoongi y sabía que acababa de retroceder un paso en su progreso juntos. No sabía lo que estaba pasando con Wondin y Jungkook, pero sabía muy bien que no estaba dispuesto a responder cualquier pregunta mientras Wondin tuviera a su compañero clavado en la pared.

 

 Tae comenzó a gruñir, chasqueando sus dientes a Jungkook. Sintió que le dieron un golpe a un lado de la cabeza y sacudió la cabeza para aclarar las estrellas que repentinamente brillaban en sus ojos. Se volvió a gritarle a Jungkook cuando un bajo gruñido repentinamente llenó la habitación. Era tan siniestro que hizo que se le erizaran los pelos de sus brazos.

 

Tae se volvió justo a tiempo para ver a Yoongi cambiar casi instantáneamente y alejarse de Wondin justo antes de abalanzarse sobre el hombre. Wondin gruñó y saltó hacia atrás. Comenzó a cambiar, su transformación fue más lenta que la de Yoongi. Un grito fuerte desde el otro lado de la sala se lo impidió.

 

—¡Es suficiente!

 

Yoongi fue el único en la habitación que no se congeló en el lugar ante las fuertes palabras de Dowoo. Se apartó de Wondin y corrió para intentar morder y gruñirle a Jungkook, quien rápidamente soltó a Tae y se apartó para pararse junto a su compañero.

 

Yoongi gruñó bajo en su garganta, parándose entre Tae y todos los demás en la habitación. Los pelos de la espalda estaban levantados, con la cola erizada. Tae estaba bastante seguro de que su lobo blanco atacaría a cualquiera que se les acercara.

 

Taehyung, restringe a tu compañero —espetó Dowoo.

 

Taehyung se dejó caer de rodillas y envolvió sus brazos alrededor del cuello de Yoongi. Podía sentir el pecho de Yoongi moverse con cada pesada respiración que tomaba, Yoongi estaba aterrorizado, furioso. Tae tiró de él hacia atrás.

 

Yoongi, tienes que calmarte. —Yoongi gimió, sus músculos se contrajeron—. Por favor, lindo bebé, vamos a resolver esto, pero tienes que calmarte y cambiar.

 

El cambio de Yoongi de regreso a su forma humana fue tan rápido como su cambio a lobo, tan rápido que incluso Dowoo parpadeó sorprendido.

 

—No estoy seguro de haber visto a alguien cambiar tan rápido, Yoongi.

 

Yoongi apartó la cara de los de la habitación y la enterró en el pecho de Tae mientras se presionaba así mismo en los brazos de Tae. Tae pensó que podría sentirse avergonzado por la forma en que parecía intentar acurrucarse. No le importaba el porqué, siempre y cuando Yoongi se volviera hacia él para buscar confort.

 

—¿Quieres decirme por qué atacaste a mi compañero, Wondin? —dijo Tae al levantar la vista para mirar al hombre.

 

Quiero saber por qué demonios tu pareja huele como mi madre —espetó Wondin. Jungkook estaba detrás de Wondin, asintiendo con la cabeza en acuerdo.

 

—¿De qué me estás hablando? Yoongi huele a Yoongi.

 

—¡Él huele como nuestra madre! —Jungkook gritó, dando un paso hacia adelante—. Nuestra madre murió hace más de veinte años.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

CAPITULO 8

Amanecía. Jin y Namjoon se despedían de Taehyung Y Yoongi.   El destino los separaba una vez más.   Yoongi y Taehyung se quedaron en...