—Bueno, ¿no eres la más primorosa maldita cosa?
Min Yoongi se volvió para ver sonriéndole al más grande y
hombre sexi que jamás había visto. No podía creer que un hombre tan guapo
estuviera hablándole, pero Yoongi no era estúpido. Sacudió la cadera y le dio
una de sus poses cuidadosamente practicadas y le hizo un guiño al hombre.
—Puedo
ser muy primoroso, pero tendrás que valer la pena mi tiempo. ¿Puedes hacer que
valga la pena? Yo puedo hacer que el tuyo valga la pena. Soy muy bueno en eso,
ya sabes, hacer que valga la pena. Puedo hacer eso.
Una ceja oscura se arqueó en la frente del hombre. Yoongi
sintió hormiguear su piel cuando una mano grande se enroscó alrededor de su
muñeca y tiró de él más cerca. De repente fue presionado contra una pared dura
de músculos masculinos. Los dedos de Yoongi se cerraron, su polla se endureció
detrás de la cremallera. Casi ronroneó. Quería ronronear, pero eso significaría
renunciar al juego antes de que la persecución comenzara.
Yoongi arrastró su dedo hacia los abdominales cubiertos de
algodón. Levantó la vista hacia el hombre a través de la impresionante caída
suave de su flequillo.
—¿Qué tan primoroso te gustaría que yo fuera? Porque puedo
ser muy primoroso cuando tengo que serlo. Apuesto a que puedo ser aún más
primoroso de lo que te puedas imaginar. —La cabeza de Yoongi se inclinó hacia
un lado—. Aunque sexi es mejor que primoroso, ¿no te parece?
No podía dejar su ronroneo en este momento. Se escapó de sus
labios, tirado por algo más allá de su control, lujuria, pura y simple lujuria.
—¿Te gustaría verme ser sexi? —preguntó mientras se acercó más al
hombre—. Creo que hacerme el sexi es mucho mejor que hacerme el primoroso,
aunque todavía puedo hacerme el primoroso si realmente quieres. Primoroso
es bueno. Primoroso es genial, de
hecho. —Yoongi
frunció el ceño mientras miraba al hombre guapo. Meneó la cabeza—. Tú no
podrías hacer de primoroso. Simplemente no serías capaz de llevarlo a cabo.
Eres demasiado sexi. Yo soy primoroso, pero tú francamente eres digno de
dejarse caer la baba. No, tú línea es más del tipo sexi. ¿Tal vez debería sólo
hacerme el primoroso?
La masa de cuerpo duro que se empujó contra Yoongi era
impresionante, pero no tanto como el árbol fuerte que podía sentir contra su
abdomen. El dedo que presionaba contra sus labios hizo que Yoongi dejara de
hablar, pero por poco. A Yoongi le gustaba hablar. Sabía eso, sobre todo cuando
estaba nervioso.
—¿Alguna
vez dejas de hablar?
Yoongi sacudió la cabeza, con los ojos muy abiertos.
Esperaba no espantar al hombre por hablar demasiado. Ya había ocurrido antes. Yoongi
siempre hablaba demasiado. Trataba de detenerlo, pero luego abría su boca y
todas las apuestas estaban perdidas.
—¿Y si
te doy algo más para hacer con tu boca? —Hizo una pausa, mirando a Yoongi
especulativamente—. ¿Querrías dejar de hablar entonces?
Yoongi parpadeó. Asintió con la cabeza rápidamente y luego
lo pensó. El permanecer tranquilo no era algo que pudiera hacer, no sin una
mordaza en la boca y no quería mentirle al magnífico hombre en frente de él. El
labio inferior de Yoongi salió en un puchero cuando negó con la cabeza.
El hombre se rio profundamente. Sus profundos y oscuros ojos
plateados brillaban mientras frotaba la yema del pulgar por el labio inferior
de Yoongi.
—Son los más llenos y más elegantes labios que he visto
alguna vez en un hombre, pero apuesto a que ya lo has escuchado mucho, ¿verdad?
Yoongi asintió. ¿Qué otra cosa podía hacer? Lo escuchaba muy
a menudo. Tenía los labios llenos, sexis, y pestañas tupidas y largas como las
chicas. Era referido a menudo como lindo, nunca como guapo. La estructura ósea
delicada y suaves curvas de su cuerpo no ayudaban en nada. Se veía como una
niña. Incluso tenía que escuchar que se refirieran a él como que tenía un
trasero de burbuja.
La sensación del hombre rozando su pulgar por sus labios
enviaba sacudidas de electricidad a través de su cuerpo. Incapaz de detenerse, Yoongi
sacó la lengua y lamió vacilante el pulgar del hombre. Sabor caliente y masculino
explotó a través de su lengua, ahogando sus sentidos.
Yoongi gimió. ¡Maldición! Realmente quería probar al hombre.
Quería dejar de pensar en él como “el hombre”. Quería un nombre, un estatus de
relación, y entonces quería una superficie plana... tal vez una pared.
Sí, una pared estaría bien, Yoongi pensó. El hombre grande
podría empujarlo contra la pared y... un apretón fuerte en la barbilla tuvo los
ojos de Yoongi levantándose para encontrarse con los del hombre.
—¿A
dónde te fuiste, lindo bebé?
Yoongi bajó los ojos mientras su rostro se calentaba, tanto
por haber tenido la maldita visión del hombre presionándolo contra la pared sin
siquiera saber su nombre, como por el hombre llamándolo lindo bebé. A Yoongi le
gustaba eso.
—Uh-uh.
—Una mano debajo de la barbilla de Yoongi hizo que mirara hacia arriba—. Quiero
ver esos hermosos ojos azules —dijo el hombre arrastrando las palabras. Yoongi
abrió su boca y mordió suavemente el pulgar presionado contra sus labios.
Observó al hombre para ver su reacción.
Los ojos del hombre se abrieron plenamente con diversión.
—Eres muy oral, ¿no es así?
Yoongi se sonrojó de nuevo, pero permaneció en silencio.
Casi lo estaba matando el no hablar. Tenía tanto que quería decir, tanto que
quería preguntar, pero el hombre parecía querer que se quedase en silencio, y Yoongi
no iba a hacer nada para joder esto.
No era frecuente que Yoongi tuviera la oportunidad de ser
sostenido contra el cuerpo de un hombre de este calibre. Los hombres como él no
iban tras hombres como Yoongi. Era demasiado bonito, demasiado femenino,
demasiado risueño. Si el mantener la boca cerrada le hacía conseguir retener al
hombre un poco más, se engramparía los labios.
—Mi
nombre es Kim, Kim Taehyung. La mayoría de la gente me llama Tae, pero me
puedes llamar amante. — Cuando Tae trató de sacar el dedo de la boca, Yoongi
protestó, negándose a dejarlo ir hasta que el hombre arqueó una ceja hacia él
de nuevo. Tae se rio entre dientes—.¿Cómo
te llamas, lindo bebé?
Yoongi abrió la boca para contestar pero se detuvo. Miró a Tae
hasta que el hombre asintió con la cabeza y sonrió.
—Mi
nombre es Yoongi, Min Yoongi, pero me gusta cuando me llamas lindo bebé así que
si sólo quieres llamarme así, bueno... —Yoongi se encogió de hombros—. Me gusta
mucho y estaría bien conmigo, quiero decir, si así es como te gustaría decirme.
Yoongi está muy bien también, o Yoon. Incluso Min, puedes llamarme Min, pero
eso suena demasiado parecido a un nombre, así que no parecería correcto, pero…
Labios duros de repente se estrellaron sobre Yoongi, robando
las palabras y cualquier aire que quedara en sus pulmones. Yoongi agarró la
camisa de Tae y se aferró como si sus
piernas se doblaran bajo su peso. Sus tripas sonaron con emoción al sentir la
boca de Tae.
Los labios de Tae eran duros, buscaban, metiendo su lengua
profundamente para explorar y entrar en conflicto con la de Yoongi. La caricia
de los labios de Tae se disparó a través de todo él, la sensación de la mano
del hombre por el costado de su cuerpo hizo que Yoongi hiciera combustión.
El tacto de Tae quemaba, la sensación de su cuerpo masculino
sólo hacía que quisiera más. Cuando Tae por fin levantó la cabeza, Yoongi sólo
podía mirar fijamente, aturdido. Tae se rio entre dientes y pasó el dorso de la
mano por los labios hinchados de Yoongi.
—Creo
que he encontrado una manera de mantenerte tranquilo, lindo bebé.
*******
El hombrecito que tenía en sus brazos tenía a Tae intrigado
al extremo. Lo decía en serio cuando le dijo a Yoongi que nunca había visto a
alguien tan lindo como él. Yoongi era adorable, especialmente la forma en que
hablaba tanto. Contrariamente a lo que creía Yoongi, a Tae le gustaba mucho su
tipo. Yoongi era una bola de energía. Tae sólo esperaba que la energía se
transfiriera a la habitación.
A pesar de lo que Yoongi pensaba, el hombre también era sexi
como el infierno. Cada centímetro de piel sedosa de Yoongi necesitaba ser
descubierta para ser lamida de un extremo al otro, y entonces el hombre
necesitaba ser muy bien follado hasta que se quedara sin habla. Tae sabía que
él era el hombre para el trabajo.
Tae cogió a Yoongi por la cintura y lo levantó en el
taburete de la barra detrás de él. Dio un paso más y empujó su cuerpo más
grande entre los muslos del hombre, abriéndolos de par en par.
Mirando hacia abajo, Tae pudo ver un bulto bastante
impresionante creciendo detrás de la cremallera de Yoongi. Se agachó y arrastró
su uña ligeramente a través de la
costura, sonriendo cuando la polla dura atrapada detrás de la tela de mezclilla
se sacudió en respuesta.
Tae oyó un pequeño gemido y miró al hombre en sus brazos. Yoongi
tenía los labios apretados como si el gemido escapara a pesar de estar tratando
de mantener la calma. Bueno, eso no lo haría. Tae se inclinó y lamió la piel
justo debajo de la oreja de Yoongi antes de murmurar.
—Uh-uh,
lindo bebé, eso no lo vas a hacer —dijo Tae—. Eso no lo vas a hacer para nada.
Quiero escuchar cada sonido que haces cuando te toco, cada gemido, cada
ronroneo, cada grito de mi nombre. Lo quiero todo, lindo bebé.
Tae alargó alrededor y agarró las nalgas de Yoongi con las
manos y apretó al hombre tan cerca que sus ingles estuvieron demasiado juntas.
Al mismo tiempo, Tae mordió la suave piel del cuello de Yoongi, con cuidado de
no romper la piel, entonces aspiró dejando un chupetón. Quería que todos vieran
su marca, para que supieran que este lindo bebé en particular había sido
reclamado.
La cabeza de Yoongi cayó hacia atrás. Sus caderas hacia
delante contra Tae. Las piernas de Yoongi estaban de repente envueltas
alrededor de su cintura. Las manos agarrando su camisa apretada. Un grito
ahogado de su nombre resonó en el oído de Tae.
Tae levantó la cabeza y miró a Yoongi en completo shock. Los
ojos azules del hombre se oscurecieron, sus largas pestañas revolotearon. El
pulso en el cuello se perdió de forma errática. Una rápida mirada hacia abajo
en la mancha de humedad que se extendía por la ingle de Yoongi le dijo a Tae
por qué el hombre parecía tan aturdido.
—Oh,
diablos, lindo bebé, yo voy a disfrutarte mucho. —Tae pasó la mano por el costado de la
cara roja de Yoongi y luego por el pecho a la mancha de humedad en sus jeans.
Tae agarró a Yoongi y volvió a sentarse en el taburete de
bar. Apoyó sus botas en la barra de metal que se encontraba empotrada en la
barra como una especie de escalón, para crear con su regazo una especie de
silla para que Yoongi pudiera volver a sentarse. La parte superior de la cabeza
del hombre apenas alcanzaba la barbilla de Tae.
Yoongi parecía fundirse de nuevo en el pecho de Tae. Tae podía sentir el corazón de Yoongi
latiendo rápidamente contra su pecho. Acarició suavemente con las manos la
espalda del hombre hasta que su respiración volvió a la normalidad antes de
levantar la cara de Yoongi a la suya.
—Hemos
tenido un poco de diversión esta noche, lindo bebé, ¿no te parece?
Yoongi asintió, pero no dijo nada. Todavía parecía demasiado
aturdido.
—Podemos
tener mucho más diversión, tú y yo, pero necesito algo de ti primero.
—Cualquier
cosa —dijo Yoongi—. Nunca he conocido a alguien como tú. He visto a hombres
como tú, pero nunca he estado con uno. —Yoongi se encogió de hombros—. Los
hombres como tú no me suelen dar la hora del día. Quiero decir, sé que no soy
un tipo feo, pero soy pequeño y un poco afeminado y a los chicos grandes como
que no parece que les gusta mucho eso. Yo sólo…
Tae resolvió el problema del parloteo de Yoongi al
inclinarse para besarlo. Cuando levantó la cabeza unos instantes más tarde, Yoongi
se quedó sin habla de nuevo. Tae sonrió. Le gustaba este pequeño juego entre
ellos.
—Ahora,
como estaba diciendo —dijo Tae—, si tú y yo vamos a hacer algo más que
divertirnos juntos, entonces espero ser la única persona en tu cama. No
comparto, Yoongi. Nunca. ¿Entendido?
Yoongi asintió con entusiasmo.
—Bien,
bien —contestó Tae—. Ahora, me gustaría llevarte a casa conmigo esta noche.
¿Tienes algún problema con eso? —Yoongi abrió la boca para hablar, pero Tae lo detuvo—.
Antes de responder, necesitas saber que tengo la intención de tener mi polla en
tu culo cinco minutos después de que logremos pasar mi puerta.
Yoongi frunció el ceño.
—¿Qué te llevará tanto tiempo? Tengo lubricante y condones
en mi bolsillo trasero. Podría empezar a prepararme antes de eso, y entonces no
tendríamos que esperar cinco minutos enteros porque eso es un montón de minutos
de espera, ya sabes, no soy muy bueno en
esperar. No tengo mucha paciencia y yo realmente, realmente quiero sentir tu
polla en mi culo y…
Tae se echó a reír y se puso en pie, lanzando a Yoongi por
encima del hombro mientras se dirigía hacia la puerta. Adoraba al hombre,
realmente lo hacía. Yoongi era perfecto. Entre su charla y el abandono de su
cuerpo sexi a sus caricias, Yoongi era la idea de Tae de un sueño húmedo
caminando. No podía esperar a llegar a su casa con este delicioso hombre y
averiguar si se veía tan hermoso desnudo como lo hacía en jeans ajustados y una
camisa.
—Oh,
espera, Tae —dijo Yoongi cuando llegaron a la puerta del bar—. Vine con amigos
y, aunque no me importaría salir contigo, si me voy y no les dejo saber dónde
estoy, podrían molestarse. Y no quiero que se molesten, por lo que sería más
fácil si…
—Yoongi,
¿dónde están? —Tae preguntó mientras interrumpió al hombre. Yoongi señaló a un
pequeño grupo de personas sentadas ante una mesa cerca de la puerta. Tae tomó
los pasos entre ellos y la puerta.
Deslizó a Yoongi hasta que estuvo sobre sus pies delante de
él y cubrió la boca del hombre con la mano. Pensó que sería más rápido de esa
manera.
—Mi nombre es Kim Tae —comenzó—. Trabajo aquí en el bar.
Pueden preguntarle a cualquiera sobre mí. Yoongi se va a casa conmigo y quería
que lo supieran para que no se preocupasen.
—Ah,
¿crees que puedes dejar que Yoongi hable? —uno de los hombres le preguntó,
mirando a Tae.
—¿De
verdad?— preguntó Tae—. Si saco mi mano de su boca nunca podría salir por la
puerta.
El hombre se puso de pie. No era tan alto como Tae, pero
estaba sin duda bien construido.
—Esto es algo que me gustaría escuchar de los propios labios
de Yoongi.
—Muy
bien —respondió Tae. Antes de que liberara la boca de Yoongi, giró en torno al
hombre. Los ojos de Yoongi estaban enormemente abiertos. Tae sonrió, otra idea
le golpeó. Se inclinó y reemplazó rápidamente su mano con su boca, besando a Yoongi
hasta que sintió al hombre derretirse contra él.
Levantando la cabeza un momento después, se volvió para que Yoongi
pudiera mirar a sus amigos.
—¿No tienes algo que quieres decir a tus amigos, lindo bebé,
algo acerca de ir a mi casa?
—Sí —se
quejó Yoongi. Se refirió a Tae—. ¡Con él, a su casa, joooooodeeeeeeeeggggg! —La
última palabra fue sacada de tal manera que Tae no creía que eso significara algo literalmente, a pesar de
que estaba esperando hacerlo. Al menos Yoongi mantuvo sus palabras al mínimo.
—¿Cómo
demonios hiciste eso? —preguntó el hombre— . Nunca hemos sido capaces de
mantener a Yoongi callado.
—No hay
nada malo en que Yoongi hable. Obviamente, cuando lo hace, tiene algo en su
mente. —Tae se rio entre dientes—. Sólo tienes que darle algo más en qué
pensar. — Su humor huyó un momento después, cuando el hombre miró a Yoongi de
arriba abajo de una manera que le dijo a
Tae que no le iba a gustar lo que el hombre tenía que decir.
—He
besado a Yoongi antes y tengo que decir, no sólo no era tan bueno, sino que
nunca lo mantenía tranquilo. Demonios, si alguno de nosotros hubiera sabido que
todo lo que se necesitaba para mantenerlo ocupado sería eso, tendríamos que…
Tae no dejó que el hombre terminase su declaración. No iba a
permitir que hablasen de su lindo bebé de esa manera. Tae cogió a Yoongi con
una mano del brazo y golpeó al hombre justo en la boca con la otra en un puño.
El hombre voló y aterrizó en otro de sus amigos. Su boca se
abrió y luego empezó a levantarse. Tae se acercó a él y levantó el puño otra
vez.
—¿Realmente quieres levantarte de nuevo? Porque voy a
romperte la mandíbula la próxima vez.
—No
puedes golpearme —dijo el hombre mientras caía hacia atrás contra su amigo—.
Esto es un asalto. Voy a llamar a la policía.
—Si has
eso —rio Tae—. El nombre del sheriff local es Kim Namjoon. Es mi hermano. Él
sabrá dónde encontrarme cuando intentes presentar cargos. —Tae comenzó a girar
para irse cuando el hombre volvió a hablar.
—Yoongi,
¿realmente vas a salir con este pedazo de paleto de mierda? —le espetó—. No es
más que musculosa basura blanca en un bonito paquete.
Tae estableció a Yoongi en el suelo. Esta vez no lo besó. Se
limitó a asentir a Yoongi.
—Adelante, lindo bebé, contesta al hombre. La decisión es
tuya. Puedes venir a casa conmigo o puedes quedarte aquí con tus amigos.
Yoongi miró fijamente entre los dos. Parecía sin palabras
sin la necesidad de un beso por primera vez desde que Tae había puesto los ojos
en él. Le tomó todo el control a Tae no gruñir y exigir que Yoongi lo eligiera.
Eso llegó a Tae, y con tanta fuerza que casi se tambaleó
bajo el impacto. La razón por la que estaba tan intrigado por Yoongi, la razón
por la que sentía una necesidad imperiosa de follarlo, la razón por la que
quería destrozar al hombre que detenía a Yoongi de que se fuera con él era…
¡Min Yoongi
era el compañero de Tae!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario