sábado, 28 de mayo de 2022

CAPITULO 1

Bueno, ¿no eres la más primorosa maldita cosa?

 

Min Yoongi se volvió para ver sonriéndole al más grande y hombre sexi que jamás había visto. No podía creer que un hombre tan guapo estuviera hablándole, pero Yoongi no era estúpido. Sacudió la cadera y le dio una de sus poses cuidadosamente practicadas y le hizo un guiño al hombre.

 

Puedo ser muy primoroso, pero tendrás que valer la pena mi tiempo. ¿Puedes hacer que valga la pena? Yo puedo hacer que el tuyo valga la pena. Soy muy bueno en eso, ya sabes, hacer que valga la pena. Puedo hacer eso.

 

Una ceja oscura se arqueó en la frente del hombre. Yoongi sintió hormiguear su piel cuando una mano grande se enroscó alrededor de su muñeca y tiró de él más cerca. De repente fue presionado contra una pared dura de músculos masculinos. Los dedos de Yoongi se cerraron, su polla se endureció detrás de la cremallera. Casi ronroneó. Quería ronronear, pero eso significaría renunciar al juego antes de que la persecución comenzara.

 

Yoongi arrastró su dedo hacia los abdominales cubiertos de algodón. Levantó la vista hacia el hombre a través de la impresionante caída suave de su flequillo.

 

—¿Qué tan primoroso te gustaría que yo fuera? Porque puedo ser muy primoroso cuando tengo que serlo. Apuesto a que puedo ser aún más primoroso de lo que te puedas imaginar. —La cabeza de Yoongi se inclinó hacia un lado—. Aunque sexi es mejor que primoroso, ¿no te parece?

 

No podía dejar su ronroneo en este momento. Se escapó de sus labios, tirado por algo más allá de su control, lujuria, pura y simple lujuria.

 

—¿Te gustaría verme ser sexi? preguntó mientras se acercó más al hombre—. Creo que hacerme el sexi es mucho mejor que hacerme el primoroso, aunque todavía puedo hacerme el primoroso si realmente quieres.  Primoroso  es bueno. Primoroso  es genial, de hecho. Yoongi frunció el ceño mientras miraba al hombre guapo. Meneó la cabeza—. Tú no podrías hacer de primoroso. Simplemente no serías capaz de llevarlo a cabo. Eres demasiado sexi. Yo soy primoroso, pero tú francamente eres digno de dejarse caer la baba. No, tú línea es más del tipo sexi. ¿Tal vez debería sólo hacerme el primoroso?

 

La masa de cuerpo duro que se empujó contra Yoongi era impresionante, pero no tanto como el árbol fuerte que podía sentir contra su abdomen. El dedo que presionaba contra sus labios hizo que Yoongi dejara de hablar, pero por poco. A Yoongi le gustaba hablar. Sabía eso, sobre todo cuando estaba nervioso.

 

—¿Alguna vez dejas de hablar?

 

Yoongi sacudió la cabeza, con los ojos muy abiertos. Esperaba no espantar al hombre por hablar demasiado. Ya había ocurrido antes. Yoongi siempre hablaba demasiado. Trataba de detenerlo, pero luego abría su boca y todas las apuestas estaban perdidas.

 

—¿Y si te doy algo más para hacer con tu boca? —Hizo una pausa, mirando a Yoongi especulativamente—. ¿Querrías dejar de hablar entonces?

 

Yoongi parpadeó. Asintió con la cabeza rápidamente y luego lo pensó. El permanecer tranquilo no era algo que pudiera hacer, no sin una mordaza en la boca y no quería mentirle al magnífico hombre en frente de él. El labio inferior de Yoongi salió en un puchero cuando negó con la cabeza.

El hombre se rio profundamente. Sus profundos y oscuros ojos plateados brillaban mientras frotaba la yema del pulgar por el labio inferior de Yoongi.

 

—Son los más llenos y más elegantes labios que he visto alguna vez en un hombre, pero apuesto a que ya lo has escuchado mucho, ¿verdad?

 

Yoongi asintió. ¿Qué otra cosa podía hacer? Lo escuchaba muy a menudo. Tenía los labios llenos, sexis, y pestañas tupidas y largas como las chicas. Era referido a menudo como lindo, nunca como guapo. La estructura ósea delicada y suaves curvas de su cuerpo no ayudaban en nada. Se veía como una niña. Incluso tenía que escuchar que se refirieran a él como que tenía un trasero de burbuja.

 

La sensación del hombre rozando su pulgar por sus labios enviaba sacudidas de electricidad a través de su cuerpo. Incapaz de detenerse, Yoongi sacó la lengua y lamió vacilante el pulgar del hombre. Sabor caliente y masculino explotó a través de su lengua, ahogando sus sentidos.

Yoongi gimió. ¡Maldición! Realmente quería probar al hombre. Quería dejar de pensar en él como “el hombre”. Quería un nombre, un estatus de relación, y entonces quería una superficie plana... tal vez una pared.

 

Sí, una pared estaría bien, Yoongi pensó. El hombre grande podría empujarlo contra la pared y... un apretón fuerte en la barbilla tuvo los ojos de Yoongi levantándose para encontrarse con los del hombre.

 

—¿A dónde te fuiste, lindo bebé?

 

Yoongi bajó los ojos mientras su rostro se calentaba, tanto por haber tenido la maldita visión del hombre presionándolo contra la pared sin siquiera saber su nombre, como por el hombre llamándolo lindo bebé. A Yoongi le gustaba eso.

 

Uh-uh. —Una mano debajo de la barbilla de Yoongi hizo que mirara hacia arriba—. Quiero ver esos hermosos ojos azules —dijo el hombre arrastrando las palabras. Yoongi abrió su boca y mordió suavemente el pulgar presionado contra sus labios. Observó al hombre para ver su reacción.

 

Los ojos del hombre se abrieron plenamente con diversión.

 

—Eres muy oral, ¿no es así?

 

Yoongi se sonrojó de nuevo, pero permaneció en silencio. Casi lo estaba matando el no hablar. Tenía tanto que quería decir, tanto que quería preguntar, pero el hombre parecía querer que se quedase en silencio, y Yoongi no iba a hacer nada para joder esto.

 

No era frecuente que Yoongi tuviera la oportunidad de ser sostenido contra el cuerpo de un hombre de este calibre. Los hombres como él no iban tras hombres como Yoongi. Era demasiado bonito, demasiado femenino, demasiado risueño. Si el mantener la boca cerrada le hacía conseguir retener al hombre un poco más, se engramparía los labios.

 

Mi nombre es Kim, Kim Taehyung. La mayoría de la gente me llama Tae, pero me puedes llamar amante. — Cuando Tae trató de sacar el dedo de la boca, Yoongi protestó, negándose a dejarlo ir hasta que el hombre arqueó una ceja hacia él de nuevo. Tae se rio entre dientes—.¿Cómo te llamas, lindo bebé?

 

Yoongi abrió la boca para contestar pero se detuvo. Miró a Tae hasta que el hombre asintió con la cabeza y sonrió.

 

Mi nombre es Yoongi, Min Yoongi, pero me gusta cuando me llamas lindo bebé así que si sólo quieres llamarme así, bueno... —Yoongi se encogió de hombros—. Me gusta mucho y estaría bien conmigo, quiero decir, si así es como te gustaría decirme. Yoongi está muy bien también, o Yoon. Incluso Min, puedes llamarme Min, pero eso suena demasiado parecido a un nombre, así que no parecería correcto, pero…

 

Labios duros de repente se estrellaron sobre Yoongi, robando las palabras y cualquier aire que quedara en sus pulmones. Yoongi agarró la camisa de Tae y se  aferró como si sus piernas se doblaran bajo su peso. Sus tripas sonaron con emoción al sentir la boca de Tae.

 

Los labios de Tae eran duros, buscaban, metiendo su lengua profundamente para explorar y entrar en conflicto con la de Yoongi. La caricia de los labios de Tae se disparó a través de todo él, la sensación de la mano del hombre por el costado de su cuerpo hizo que Yoongi hiciera combustión.

 

El tacto de Tae quemaba, la sensación de su cuerpo masculino sólo hacía que quisiera más. Cuando Tae por fin levantó la cabeza, Yoongi sólo podía mirar fijamente, aturdido. Tae se rio entre dientes y pasó el dorso de la mano por los labios hinchados de Yoongi.

 

Creo que he encontrado una manera de mantenerte tranquilo, lindo bebé.

 

*******

 

El hombrecito que tenía en sus brazos tenía a Tae intrigado al extremo. Lo decía en serio cuando le dijo a Yoongi que nunca había visto a alguien tan lindo como él. Yoongi era adorable, especialmente la forma en que hablaba tanto. Contrariamente a lo que creía Yoongi, a Tae le gustaba mucho su tipo. Yoongi era una bola de energía. Tae sólo esperaba que la energía se transfiriera a la habitación.

 

A pesar de lo que Yoongi pensaba, el hombre también era sexi como el infierno. Cada centímetro de piel sedosa de Yoongi necesitaba ser descubierta para ser lamida de un extremo al otro, y entonces el hombre necesitaba ser muy bien follado hasta que se quedara sin habla. Tae sabía que él era el hombre para el trabajo.

 

Tae cogió a Yoongi por la cintura y lo levantó en el taburete de la barra detrás de él. Dio un paso más y empujó su cuerpo más grande entre los muslos del hombre, abriéndolos de par en par.

Mirando hacia abajo, Tae pudo ver un bulto bastante impresionante creciendo detrás de la cremallera de Yoongi. Se agachó y arrastró su uña ligeramente a través de  la costura, sonriendo cuando la polla dura atrapada detrás de la tela de mezclilla se sacudió en respuesta.

 

Tae oyó un pequeño gemido y miró al hombre en sus brazos. Yoongi tenía los labios apretados como si el gemido escapara a pesar de estar tratando de mantener la calma. Bueno, eso no lo haría. Tae se inclinó y lamió la piel justo debajo de la oreja de Yoongi antes de murmurar.

 

Uh-uh, lindo bebé, eso no lo vas a hacer —dijo Tae—. Eso no lo vas a hacer para nada. Quiero escuchar cada sonido que haces cuando te toco, cada gemido, cada ronroneo, cada grito de mi nombre. Lo quiero todo, lindo bebé.

 

Tae alargó alrededor y agarró las nalgas de Yoongi con las manos y apretó al hombre tan cerca que sus ingles estuvieron demasiado juntas. Al mismo tiempo, Tae mordió la suave piel del cuello de Yoongi, con cuidado de no romper la piel, entonces aspiró dejando un chupetón. Quería que todos vieran su marca, para que supieran que este lindo bebé en particular había sido reclamado.

 

La cabeza de Yoongi cayó hacia atrás. Sus caderas hacia delante contra Tae. Las piernas de Yoongi estaban de repente envueltas alrededor de su cintura. Las manos agarrando su camisa apretada. Un grito ahogado de su nombre resonó en el oído de Tae.

 

Tae levantó la cabeza y miró a Yoongi en completo shock. Los ojos azules del hombre se oscurecieron, sus largas pestañas revolotearon. El pulso en el cuello se perdió de forma errática. Una rápida mirada hacia abajo en la mancha de humedad que se extendía por la ingle de Yoongi le dijo a Tae por qué el hombre parecía tan aturdido.

 

Oh, diablos, lindo bebé, yo voy a disfrutarte mucho. Tae pasó la mano por el costado de la cara roja de Yoongi y luego por el pecho a la mancha de humedad en sus jeans.

 

Tae agarró a Yoongi y volvió a sentarse en el taburete de bar. Apoyó sus botas en la barra de metal que se encontraba empotrada en la barra como una especie de escalón, para crear con su regazo una especie de silla para que Yoongi pudiera volver a sentarse. La parte superior de la cabeza del hombre apenas alcanzaba la barbilla de Tae.

 

Yoongi parecía fundirse de nuevo en el pecho de  Tae. Tae podía sentir el corazón de Yoongi latiendo rápidamente contra su pecho. Acarició suavemente con las manos la espalda del hombre hasta que su respiración volvió a la normalidad antes de levantar la cara de Yoongi a la suya.

 

Hemos tenido un poco de diversión esta noche, lindo bebé, ¿no te parece?

 

Yoongi asintió, pero no dijo nada. Todavía parecía demasiado aturdido.

 

Podemos tener mucho más diversión, tú y yo, pero necesito algo de ti primero.

 

Cualquier cosa —dijo Yoongi—. Nunca he conocido a alguien como tú. He visto a hombres como tú, pero nunca he estado con uno. —Yoongi se encogió de hombros—. Los hombres como tú no me suelen dar la hora del día. Quiero decir, sé que no soy un tipo feo, pero soy pequeño y un poco afeminado y a los chicos grandes como que no parece que les gusta mucho eso. Yo sólo…

 

Tae resolvió el problema del parloteo de Yoongi al inclinarse para besarlo. Cuando levantó la cabeza unos instantes más tarde, Yoongi se quedó sin habla de nuevo. Tae sonrió. Le gustaba este pequeño juego entre ellos.

 

Ahora, como estaba diciendo —dijo Tae—, si tú y yo vamos a hacer algo más que divertirnos juntos, entonces espero ser la única persona en tu cama. No comparto, Yoongi. Nunca. ¿Entendido?

 

Yoongi asintió con entusiasmo.

 

Bien, bien —contestó Tae—. Ahora, me gustaría llevarte a casa conmigo esta noche. ¿Tienes algún problema con eso? —Yoongi abrió la boca para hablar, pero Tae lo detuvo—. Antes de responder, necesitas saber que tengo la intención de tener mi polla en tu culo cinco minutos después de que logremos pasar mi puerta.

 

Yoongi frunció el ceño.

 

—¿Qué te llevará tanto tiempo? Tengo lubricante y condones en mi bolsillo trasero. Podría empezar a prepararme antes de eso, y entonces no tendríamos que esperar cinco minutos enteros porque eso es un montón de minutos de espera, ya sabes, no soy  muy bueno en esperar. No tengo mucha paciencia y yo realmente, realmente quiero sentir tu polla en mi culo y…

 

Tae se echó a reír y se puso en pie, lanzando a Yoongi por encima del hombro mientras se dirigía hacia la puerta. Adoraba al hombre, realmente lo hacía. Yoongi era perfecto. Entre su charla y el abandono de su cuerpo sexi a sus caricias, Yoongi era la idea de Tae de un sueño húmedo caminando. No podía esperar a llegar a su casa con este delicioso hombre y averiguar si se veía tan hermoso desnudo como lo hacía en jeans ajustados y una camisa.

 

Oh, espera, Tae —dijo Yoongi cuando llegaron a la puerta del bar—. Vine con amigos y, aunque no me importaría salir contigo, si me voy y no les dejo saber dónde estoy, podrían molestarse. Y no quiero que se molesten, por lo que sería más fácil si…

 

Yoongi, ¿dónde están? —Tae preguntó mientras interrumpió al hombre. Yoongi señaló a un pequeño grupo de personas sentadas ante una mesa cerca de la puerta. Tae tomó los pasos entre ellos y la puerta.

 

Deslizó a Yoongi hasta que estuvo sobre sus pies delante de él y cubrió la boca del hombre con la mano. Pensó que sería más rápido de esa manera.

 

—Mi nombre es Kim Tae —comenzó—. Trabajo aquí en el bar. Pueden preguntarle a cualquiera sobre mí. Yoongi se va a casa conmigo y quería que lo supieran para que no se preocupasen.

 

Ah, ¿crees que puedes dejar que Yoongi hable? —uno de los hombres le preguntó, mirando a Tae.

 

—¿De verdad?— preguntó Tae—. Si saco mi mano de su boca nunca podría salir por la puerta.

 

El hombre se puso de pie. No era tan alto como Tae, pero estaba sin duda bien construido.

 

—Esto es algo que me gustaría escuchar de los propios labios de Yoongi.

 

Muy bien —respondió Tae. Antes de que liberara la boca de Yoongi, giró en torno al hombre. Los ojos de Yoongi estaban enormemente abiertos. Tae sonrió, otra idea le golpeó. Se inclinó y reemplazó rápidamente su mano con su boca, besando a Yoongi hasta que sintió al hombre derretirse contra él.

 

Levantando la cabeza un momento después, se volvió para que Yoongi pudiera mirar a sus amigos.

 

—¿No tienes algo que quieres decir a tus amigos, lindo bebé, algo acerca de ir a mi casa?

 

Sí —se quejó Yoongi. Se refirió a Tae—. ¡Con él, a su casa, joooooodeeeeeeeeggggg! —La última palabra fue sacada de tal manera que Tae no creía que  eso significara algo literalmente, a pesar de que estaba esperando hacerlo. Al menos Yoongi mantuvo sus palabras al mínimo.

 

—¿Cómo demonios hiciste eso? —preguntó el hombre— . Nunca hemos sido capaces de mantener a Yoongi callado.

 

No hay nada malo en que Yoongi hable. Obviamente, cuando lo hace, tiene algo en su mente. —Tae se rio entre dientes—. Sólo tienes que darle algo más en qué pensar. — Su humor huyó un momento después, cuando el hombre miró a Yoongi de arriba abajo de una manera que le dijo a

Tae que no le iba a gustar lo que el hombre tenía que decir.

 

He besado a Yoongi antes y tengo que decir, no sólo no era tan bueno, sino que nunca lo mantenía tranquilo. Demonios, si alguno de nosotros hubiera sabido que todo lo que se necesitaba para mantenerlo ocupado sería eso, tendríamos que…

 

Tae no dejó que el hombre terminase su declaración. No iba a permitir que hablasen de su lindo bebé de esa manera. Tae cogió a Yoongi con una mano del brazo y golpeó al hombre justo en la boca con la otra en un puño.

 

El hombre voló y aterrizó en otro de sus amigos. Su boca se abrió y luego empezó a levantarse. Tae se acercó a él y levantó el puño otra vez.

 

—¿Realmente quieres levantarte de nuevo? Porque voy a romperte la mandíbula la próxima vez.

 

No puedes golpearme —dijo el hombre mientras caía hacia atrás contra su amigo—. Esto es un asalto. Voy a llamar a la policía.

 

Si has eso —rio Tae—. El nombre del sheriff local es Kim Namjoon. Es mi hermano. Él sabrá dónde encontrarme cuando intentes presentar cargos. —Tae comenzó a girar para irse cuando el hombre volvió a hablar.

 

Yoongi, ¿realmente vas a salir con este pedazo de paleto de mierda? —le espetó—. No es más que musculosa basura blanca en un bonito paquete.

 

Tae estableció a Yoongi en el suelo. Esta vez no lo besó. Se limitó a asentir a Yoongi.

 

—Adelante, lindo bebé, contesta al hombre. La decisión es tuya. Puedes venir a casa conmigo o puedes quedarte aquí con tus amigos.

 

Yoongi miró fijamente entre los dos. Parecía sin palabras sin la necesidad de un beso por primera vez desde que Tae había puesto los ojos en él. Le tomó todo el control a Tae no gruñir y exigir que Yoongi lo eligiera.

 

Eso llegó a Tae, y con tanta fuerza que casi se tambaleó bajo el impacto. La razón por la que estaba tan intrigado por Yoongi, la razón por la que sentía una necesidad imperiosa de follarlo, la razón por la que quería destrozar al hombre que detenía a Yoongi de que se fuera con él era…

 

¡Min Yoongi era el compañero de Tae!

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