—Tae, es Namjoon.
Tae gimió y apoyó la cabeza contra la de Yoongi cuando escuchó la voz de su hermano y los duros golpes en la puerta. Su hermano no podría haber sido más inoportuno. Yoongi estaba preparado y listo para continuar, otra vez, y Tae literalmente tenía su polla en la mano.
—Tae, sé que estás ahí —dijo más fuerte la voz—. Tu coche está en la entrada y el motor aún está caliente. Abre la puerta.
Namjoon sonaba muy solemne, no como un hermano llamando a la puerta. Tae supo de repente que el puñetazo que había lanzado en el bar había regresado a morderle el culo. Lentamente bajó las piernas de Yoongi al suelo, sonriendo de felicidad al oír a Yoongi gritar en señal de protesta.
—Lo siento, lindo bebé, pero ese es mi hermano en la puerta.
—Déjalo conseguir su propia cita.
Tae se rio y se inclinó para plantar un pequeño beso en los suaves labios de Yoongi.
—Él ya tiene una cita, pero dudo que esté aquí por eso. ¿Recuerdas ese empujoncito que le di a tu amigo allá en el bar? Creo que mi hermano está aquí para arrestarme.
—Pero... —Los ojos de Yoongi se ampliaron hasta que las profundidades celestes dominaron su delicado rostro.
—No te preocupes, lindo bebé, no sería la primera vez que Namjoon me arresta y dudo que sea la última. —Tae le dio golpecitos a la punta de la nariz de Yoongi con su dedo—. Soy el chico malo de la familia, ¿recuerdas?
—¡Tae! —Namjoon gritó más fuerte, golpeando esta vez la puerta.
—¡Ya voy! —Tae le devolvió el grito—. Dame un minuto.
Tae le dio otro beso a Yoongi antes de soltar al hombre. Yoongi pareció tambalearse por un momento, como si no tuviera equilibrio y luego se estabilizó apoyando una mano en la pared. Tae tomó un momento para disfrutar de lo sexi que lucía Yoongi allí de pie.
Estaba desnudo de la cintura para abajo, su polla destacando orgullosamente en su cuerpo. Su pecho estaba desnudo, con los bordes de la camisa colgando a su alrededor. Todo lo que Tae miraba le gritaba puro sexo y no quería nada más que tomar al hombre contra la pared y hacer realidad su fantasía.
Sin embargo, fue la lujuria que ardía en los aturdidos ojos de Yoongi a lo que Tae encontró más difícil darle la espalda. Era una mirada que Tae esperaba poner en el rostro de Yoongi todos los días por el resto de sus vidas.
Sin embargo, su hermano no iba a esperar por siempre. Tae señaló con el dedo a Yoongi.
—Quédate justo ahí, lindo bebé. Voy a ir a buscarte algo para que te vistas y luego vamos a lidiar con mi hermano. Después de eso…
—¿Vas a follarme contra la pared? —Yoongi lucía tan esperanzado que Tae casi le dijo a su hermano que se fuera para tomar a Yoongi de nuevo en sus brazos.
—Maldita sea, Tae, no tengo toda la noche —gritó Namjoon tras la puerta.
—¡Mantén tus putas pantimedias puestas!
Tae se apartó del seductor cuerpo de Yoongi y corrió a su habitación. Dudaba que a Yoongi le quedara ninguno de sus jeans así que cogió un par de pantalones de chándal y los llevó de regreso al hombre.
Cuando Yoongi de mala gana subió los pantalones por las piernas, Tae lamentó la pérdida de toda la hermosa piel desnuda del hombre. Esperaba poder lidiar con Namjoon y regresar con Yoongi antes de que el hombre cambiara de opinión.
Tae hizo una mueca cuando se dio cuenta de que aún tenía muchas cosas que explicarle a Yoongi. No estaba seguro de que el hombre entendiera que había sido reclamado. Los pequeños mordiscos que le había dado a Yoongi en su cuello no eran la gran mordida de acoplamiento que habitualmente un cambiaforma le daba a su compañero, pero era suficiente para crear el vínculo entre ellos.
Lo único que quedaba por hacer era hacer al hombre suyo. Tae se estremeció al pensar en cómo se sentiría el cuerpo de Yoongi envuelto alrededor de su polla cuando se extendiera su nudo y se asentara en el interior del cuerpo del hombre más pequeño.
Tae sabía que la experiencia sería alucinante. Puede que aún no lo hubiese experimentado porque no había conocido a su compañero hasta esta noche, pero había oído suficientes historias para saber que no había nada en la tierra que se sintiera mejor. Él no podía esperar.
—¿Estás listo para conocer a mi hermano, lindo bebé?
—¿Tenemos que hacerlo? No puedes sencillamente saludarlo y decirle que se vaya porque yo estaba teniendo un momento muy bueno y tú parecías estar pasando un momento muy bueno, así que si los dos lo estábamos pasándolo muy bien y tu hermano está aquí para arruinarlo, él simplemente debería irse.
Tae parpadeó. No estaba seguro de que Yoongi respirara a través de toda la frase, pero le encantaba la idea de Yoongi. Sin embargo, no pensaba que fuera a salirse con la suya diciéndole hola a Namjoon. Después de todo, el hombre era el sheriff.
—Vamos, lindo bebé —dijo Tae mientras envolvía un brazo alrededor de los hombros de Yoongi y lo conducía hacia la puerta principal—, vamos a ver si somos capaces de ahuyentar a mi hermano.
—Sí, eso me gustaría mucho porque ibas a follarme contra la pared. Sé que lo harías. Podía sentirlo y eso habría sido grandioso, ¿sabes?
Tae se rio suavemente mientras Yoongi asintió con la cabeza y siguió hablando. Cuanto más hablaba el hombre, más intrigado estaba con él. Tae no podía esperar a ver cómo lidiaba su hermano con el constante parloteo de Yoongi.
—Y realmente siento haberme corrido tres veces y que tú no te hayas corrido ni una sola vez. Eso fue muy egoísta de mi parte y te prometo que no volverá a suceder. Me aseguraré de que te corras también, lo prometo. Eso sí, no te enojes conmigo antes de que pueda probártelo, ¿de acuerdo? Yo nunca rompo una promesa y…
—Espera, Yoongi —dijo Tae mientras se detenía y agarraba los hombros de Yoongi, girando al hombre hacia él—. No estoy enojado contigo, lindo bebé. Me encanta el hecho de que te hayas corrido tantas veces. Me dice que has disfrutado lo que hemos hecho juntos.
—¿Sí? —Yoongi lucía asombrado. Abrió mucho los ojos un momento antes de que una pequeña sonrisa empezara a estirar su boca—. Porque disfruté lo que estábamos haciendo, y mucho. Eres muy sexi, quiero decir realmente sexi. Y…
—Si sientes la necesidad de correrte cuando estamos juntos, entonces córrete. No te retengas por mí.
—No pude evitarlo, ya sabes. Me tocas y simplemente me enciendes en llamas. —Yoongi se rio nerviosamente—. Diablos, me miras y me enciendes en llamas. Eres tan guapísimo y nunca he tenido a alguien que luciese como tú que quiera estar conmigo, bueno, a menos que quieran llegar a mi padre, pero tú no conoces a mi padre y…
—Maldita sea, Tae —gritó Namjoon desde el exterior—, si no abres esta maldita puerta voy a romper la maldita cosa.
Yoongi se rio cuando Tae rodó los ojos. El pequeño sonido feliz hizo sonreír a Tae. Plantó un último beso en los labios de Yoongi y luego se inclinó para abrir la puerta mientras el hombre estaba inhalando. Quería que Yoongi se quedara tranquilo sólo por un momento, mientras trataba con Namjoon.
—¿Qué es lo que quieres, Namjoon? —preguntó Tae mientras se volvía para mirar a su hermano, ni en lo más mínimo sorprendido de ver a Namjoon de pie completamente uniformado, con un juego de esposas en la mano—. ¿No ves que estoy ocupado?
—Te he traído algo de joyería. —Namjoon arqueó una ceja y levantó las esposas colgando de sus dedos.
—Lo siento, no necesito ninguna. En realidad estaba pensando en quedarme aquí el resto de la noche.
Namjoon hizo rodar los ojos.
—Tae, maldita sea, no puedes seguir yendo por los alrededores dando puñetazos a quien quieras. Este tipo tiene ciertas influencias detrás de él y está presentando cargos. Esta vez no puedo mirar hacia otro lado.
Tae abrió la boca para decirle a su hermano dónde podía meter sus esposas cuando Yoongi se adelantó y empezó a hablar.
—Ahora, sólo espera. Hoseok se lo merecía. Él estaba siendo muy grosero y Tae sólo estaba tratando de hacerlo callar. Estoy seguro de que Tae no tenía la intención de lastimar a Hoseok, pero Hoseok a veces puede ser un verdadero gilipollas y se merecía exactamente lo que obtuvo.
Tae sonrió cuando Namjoon simplemente parpadeó sorprendido.
—Y esa influencia de la que estás hablando viene de mi padre. Hoseok en realidad sólo es el chico de los recados de mi padre, enviado para mantener un ojo en mí, pero soy un adulto y no necesito una niñera. —Yoongi hizo un gesto de despedida con la mano—. Entonces, ¿por qué simplemente no regresas y le dices a Hoseok que se le acabó la suerte? No vas a arrestar a Tae, y Hoseok no presentará cargos. Si a Hoseok no le gusta eso, entonces puede tomarla conmigo porque yo no voy a dejar que suceda.
—¿Quién eres tú? —preguntó Namjoon cuando Yoongi finalmente pareció perder su energía.
Yoongi cruzó los brazos sobre el pecho y miró hacia Namjoon.
—Yo soy lindo bebé.
Tae tenía ganas de bailar alrededor de la habitación ante las palabras de Yoongi. Tenía ganas de bailar con Yoongi alrededor de la habitación. Sin embargo, eso no le haría nada bien a su reputación de chico malo. En cambio, Tae se acercó para pararse detrás de Yoongi, tirando del hombre contra su cuerpo.
Apoyó las manos sobre los hombros de Yoongi y cuidadosamente acarició con sus dedos todo el largo de las pequeñas marcas de mordiscos en el cuello de Yoongi, arrastrando a propósito la atención de Namjoon a la marca de reclamo.
—Este es Yoongi, mi lindo bebé.
—¡Ah, diablos! —exclamó Namjoon mientras sus ojos se abrían. Namjoon metió nuevamente las esposas en el bolsillo y luego se pasó la mano por la cara. Sus labios se presionaban mientras miraba a Tae y luego de regreso al cuello de Yoongi—. ¿Desde hace cuánto tiempo lo sabes?
—Alrededor de una hora —dijo Tae—. ¿Pero eso importa?
—No, supongo que no, pero sabes que papá va a cagar gatitos por esto, Tae, ¿verdad?
—¿Por qué? —espetó Tae—. Él no se molestó cuando tú encontraste a Jin o cuando Jimin encontró a Jungkook. ¿Por qué yo debería ser diferente?
Tae sabía que no siempre caía en la línea de lo que su familia quería. Había causado más de una discusión con su padre. Sabía cómo quería que su vida siguiera y eso no incluía seguir los pasos de su padre. Tenía que seguir sus propios pasos.
—Exactamente no estoy diciendo que sea diferente, Tae, pero… —Namjoon hizo una pausa por un momento, como si buscara las palabras y luego sacudió un poco la cabeza—. ¿Sabes realmente quién es este tipo? Dijiste que sólo lo encontraste hace una hora y…
—¡Él es mío! —gruñó Tae.
—Ahora, Tae —dijo Namjoon mientras sostenía las manos en alto—, no estoy diciendo que... mira, no estoy seguro de si entiendes con quién estás tratando aquí. Su padre nos puede causar un montón de problemas. Él no va a cruzarse de brazos y dejar que tengas a su hijo.
—Después de lo que has atravesado con Jin, ¿cómo puedes siquiera pedirme eso? —Tae le preguntó en voz baja. Pensó que de todos los miembros de su familia Namjoon lo entendería más. Lo que él había atravesado cuando había reclamado a su compañero, Jin, todavía le daba a Tae escalofríos.
Namjoon casi pierde a su compañero antes de que realmente lo tuviera debido a un hombre psicótico llamado El Profesor. Él había secuestrado a Jin a una edad muy temprana y utilizado las inusuales habilidades del hombre para su beneficio. Cuando Jin escapó, El Profesor le dio caza. Jin apenas escapó con vida. El Profesor no tuvo tanta suerte.
—Mira, Namjoon. Vete a casa con Jin y piensa en cómo te sentirías si no se te permitiera conservarlo. Entonces puedes venir a hablar conmigo. Hasta entonces, aunque me arrestes o no, no tienes nada que decir sobre a quién tengo en mi vida.
Tae tiró de Yoongi de regreso a la casa y azotó la puerta. Dejó caer los brazos de alrededor de los hombros de Yoongi y se dirigió al otro lado de la habitación a los gabinetes de la cocina, tiró de uno para abrirlo y de allí agarró una botella. Empezó a servirse un trago cuando escuchó a Yoongi entrar en la cocina y se volvió para mirar al hombre.
—¿Quieres que me vaya?, porque lo haré si eso es lo que realmente quieres. No quiero causarte ningún problema y sé cómo puede ser mi padre, tu hermano tiene razón sobre eso. A mi padre no le gustará que me involucre contigo. Él preferiría que me involucrara con alguien de su elección y cuando se entere de que estuve contigo, realmente se va a enojar y…
Yoongi estaba retorciendo los dedos e inclinándose de un pie al otro. Sus ojos recorrían la habitación, fijándolos en la cara de Tae por un momento y luego de vuelta por la habitación como si Yoongi no pudiera mirar directamente a Tae.
—Ssshh, lindo bebé —dijo Tae mientras se inclinaba y presionaba sus dedos contra los labios de Yoongi— . No le tengo miedo a tu padre y no quiero que te vayas. Ahora eres mío, ¿recuerdas?
Yoongi parpadeó. No dijo ni una palabra, lo que inquietó a Tae ya que por lo general el hombre no se podía callar. Sólo miró a Tae, luciendo un poco confundido y completamente aturdido. Había incluso una pequeña arruga en su frente.
—¿Yoongi? —Tae se acercó a Yoongi y acunó un lado de su cara—. ¿Sucede algo malo?
—¿Quisiste decir eso? —La voz de Yoongi era tan baja que Tae tuvo que inclinarse más cerca para escucharlo—. Porque yo lo entendería si sólo me quieres aquí por una noche. No mucha gente me quiere cerca durante largos periodos de tiempo, porque a veces tiendo a hablar demasiado y puedo entender eso porque hablo demasiado, pero parece que ni yo mismo puedo evitarlo. Sólo abro mi boca y todas estas cosas comienzan a salir.
Tae inclinó la cabeza de Yoongi hacia atrás y miró a los ojos celestes del hombre. Podía ver el asombro en ellos, teñido con un poco de incertidumbre. Acarició con el pulgar a lo largo de la curva del pómulo de Yoongi y se maravilló que su compañero estuviera en sus brazos.
—Quise decir cada palabra que dije, lindo bebé. No lo habría dicho si no lo quisiera. —Tae sonrió mientras golpeaba el dedo contra los labios llenos de Yoongi—. Y da la casualidad, que me gusta cuando parloteas.
Yoongi echó la cabeza hacia atrás un poco, con las cejas hacia arriba.
—¿En serio? ¿No te molesta? Porque puedo parar si lo hace. No va a ser fácil, pero creo que haría casi cualquier cosa para que tú me sigas queriendo. Lo intentaré de todos modos.
—Creo que siempre te querré —dijo Tae—, sin importar lo que pase.
—¿Ahora? —preguntó Yoongi mientras se apretó contra Tae—. ¿Me quieres ahora?
Tae sonrió ante la pequeña subida de tono que escuchó en la voz de Yoongi. Podía sentir la dura longitud de Yoongi presionándose contra su pierna mientras el hombre se movía de lado a lado, luego de arriba abajo, casi como si Yoongi estuviera pegándose a él. A Tae le gustaba eso.
—Ahora está bien, lindo bebé.
Tae envolvió sus brazos alrededor de la cintura de Yoongi y lo levantó en el mostrador. Dio un paso entre las piernas de Yoongi y presionó juntas sus mutuas pollas duras. Tae casi gimió cuando Yoongi se estremeció. Amaba las respuestas que recibía de Yoongi. Sólo tenía que tocar a Yoongi y luego el hombre estaba excitado y cachondo. Tae nunca había visto nada igual.
Cuando Tae inclinó su boca sobre la de Yoongi y metió la lengua dentro de la boca del hombre, Yoongi simplemente pareció derretirse contra él. Tae sintió los brazos de Yoongi envolver su cuello, su cuerpo más pequeño se presionaba más cerca. Tae pensó que Yoongi podría escalar su piel si pudiera.
Tae metió las manos por los lados de la curva de las caderas de Yoongi. Tomó el borde de los pantalones de chándal con sus dedos y empezó lentamente a bajarlos por el cuerpo de Yoongi. Conseguir al hombre desnudo era lo más importante en su mente. Yoongi ya estaba sobre una superficie plana, aunque no era la pared que había soñado. Aun así funcionaría.
Cuando no pudo empujar más abajo los pantalones deportivos, Tae pasó un brazo alrededor de la cintura de Yoongi y lo levantó lo suficiente como para que con la otra mano pudiera empujar hacia abajo los pantalones. Dejó caer el chándal al suelo y luego extendió la mano para sacar la camisa de Yoongi de sus hombros. Tae quería al hombre hermoso desnudo desde la cabeza a los pies.
Sus labios ni una sola vez rompieron el contacto con la boca de Yoongi. Se limitó a seguir
saqueando los suaves y exuberantes labios hasta que oyó gemir a Yoongi. Tae a regañadientes apartó su boca de la de Yoongi y se quedó mirando su cara enrojecida.
—¿Estás bien, lindo bebé?
—Necesito… Tae, lo necesito tanto. —Yoongi tragó con tanta fuerza que Tae lo oyó—. Pero no te has corrido todavía y ya me he venido tres veces y... Tae, si sólo me follas contra la pared sé que ambos nos correremos y eso sería realmente grandioso, porque se siente muy bien y… y, bueno, incluso podrías follarme aquí en este mostrador. No me quejaré, lo juro.
Tae se echó a reír y se inclinó para tomar los labios de Yoongi otra vez. Yoongi gimió y se dejó caer nuevamente en el beso. Tae estaba empezando a tener la idea de que a Yoongi realmente le gustaba besar. Tendría que recordar eso. No sólo silenciaba al hombre cuando estaba hablando mucho sino que parecía encender a Yoongi con el simple toque de los labios de Tae sobre los suyos.
Tae respiró hondo, apartándose rápidamente de Yoongi cuando sintió la mano del hombre tentando la bragueta de sus jeans. Arqueó una ceja cuando el rostro de Yoongi se puso rojo y luego se echó hacia atrás para permitirle un acceso más fácil.
El sonido de la cremallera de Tae bajando lentamente parecía llenar la habitación sólo para ser eclipsado por el fuerte jadeo que salió de los labios de Yoongi, cuando dio el primer vistazo real a la dura polla de Tae.
—Te dije que tendrías que ser estirado un poco más de lo normal. —Tae se estremeció y se sacudió cuando sintió las suaves manos de Yoongi envolverse alrededor de su polla acariciándolo suavemente. Él lo necesitaba casi tanto como lo hacía Yoongi—. Maldita sea, lindo bebé, eso se siente muy bien.
—Va a sentirse mucho mejor cuando estés profundamente enterrado hasta las bolas en mi culo.
Tae no podía estar más de acuerdo. También pensó que las palabras de Yoongi eran de las mejores que el hombre había dicho alguna vez. Y esas palabras necesitaban ser recompensadas por su veracidad y su sencillez.
Tae agarró las caderas de Yoongi y deslizó su trasero hasta el borde del mostrador. Alargó la mano hacia su polla, riéndose entre dientes cuando encontró las manos de Yoongi todavía envueltas alrededor de él.
—Tienes que darme eso si quieres que lo use, lindo bebé.
Tae no estaba seguro de que alguna vez hubiese estado más sorprendido cuando el exuberante labio inferior de Yoongi se deslizó hacia fuera y el hombre hizo un mohín mientras soltaba su férreo control. El espectáculo que hizo Yoongi era uno de los más adorables que Tae había visto.
—Bien —murmuró Yoongi—, pero no me tiene que gustar.
—Puedes jugar con mi polla más tarde.
—¿En serio?
—Sí, todo lo que quieras, pero justo ahora quiero jugar contigo. Ahora recuéstate, hermoso bebé, y tira de tus piernas arriba hacia tú pecho. —Tae casi se rio de la ansiedad con la que Yoongi se recostó en la encimera. Agarró las piernas de Yoongi y las empujó hacia el pecho y luego casi se tragó la lengua ante la imagen que presentaba Yoongi.
—Hermoso —susurró Tae mientras miraba al pequeño, fruncido y rosa agujero que esperaba por él.
Yoongi era casi perfecto. Tae sostuvo la pierna de Yoongi con una mano y agarró la polla con la otra. Se acercó más, encajando la cabeza de su polla contra la apretada entrada de Yoongi.
Sólo acariciar la cabeza contra la piel caliente de Yoongi era suficiente para que las rodillas de Tae se debilitasen. Empezó lentamente a empujar dentro cuando Yoongi hizo una mueca de dolor. Tae podría haberse abofeteado cuando se dio cuenta de que había olvidado usar lubricante. Miró frenéticamente a través de la habitación, sintiéndose desesperado.
—¿Dónde está el lubricante, Yoongi?
—Con mis pantalones.
—¿Dónde están tus pantalones, lindo bebé?
—En el coche.
—Joder, ¿me estás tomando el pelo?
—No. —Yoongi parecía como si fuera a llorar.
Tae cerró los ojos por un momento, rezando por fortaleza mientras agarraba firmemente la base de su polla con la mano. Quería correrse pero quería correrse dentro de Yoongi, no sobre todo su estómago, que era una posibilidad muy real teniendo en cuenta lo cerca del borde que estaba Tae en estos momentos.
Está bien, tenía que haber algo en la cocina que se asemejara al lubricante. Tae abrió los ojos y miró alrededor de la cocina. Al no encontrar nada, abrió las puertas del armario encima de él.
Tae exhaló un suspiro emocionado y metió la mano en el armario por la botella de aceite de oliva que estaba justo detrás del contenedor de la sal. Sería un desastre y tanto él como Yoongi necesitarían una ducha después, pero maldita sea, funcionaría. Además, siempre podían bañarse juntos y Tae sabía que tenía una botella de lubricante en la ducha.
—Esto debería funcionar, lindo bebé —dijo Tae mientras desenroscaba la tapa y vertía una generosa cantidad en la palma de su mano. Su miembro palpitaba mientras lo revestía con el aceite. Tae casi estrelló la botella sobre el mostrador y tomó nuevamente las piernas de Yoongi.
—¿Estás listo, lindo bebé?
—Oh, Dios, sí, he estado listo desde que te vi en el bar. He estado listo desde que me besaste por primera vez. He estado listo desde la primera vez que me tocaste. He estado listo por siempre, Tae. Si consigo estar más listo, me voy a desmayar.
Está bien.
Tae alineó otra vez su polla en la apretada entrada de Yoongi. Se mordió el labio inferior cuando un gruñido amenazaba con escapar. La vista de su polla presionando contra el cuerpo de Yoongi casi lo desarmó.
Se maravilló ante la hermosa visión a pesar de que la había visto sólo momentos antes. Esto era todo. Este era el momento en que reclamaría a su compañero. Tae comenzó a empujar, sorprendido por la forma en que el cuerpo de Yoongi se extendía para adaptarse alrededor de él como si fueran dos mitades de un mismo molde. Era impresionante. Era emocionante.
¡Era alguien golpeando la puerta del frente!
—¡Oh, jódeme! —Tae gruñó mientras dejaba caer la cabeza hacia delante contra el armario.
—¡No, jódeme a mí! —jadeó Yoongi—. ¡Por favor!
—Hay alguien en la puerta, Yoongi.
—¡No me importa!
—Yoongi…
—¡Taehyung! —El golpeteo se repitió, sacudiendo la puerta principal.
Tae se encogió y cerró los ojos cuando la voz que gritaba anuló la suya, incluso desde fuera de la casa.
—Y ese alguien sería mi padre.
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