Taehyung se retorció debajo del cuerpo más grande de Yoongi mientras el hombre comenzaba a lamerlo. Estaba sorprendido hasta de que Yoongi estuviera allí, que los labios que gentilmente chupaban sus pezones pertenecieran al hombre que había creído que nunca volvería a ver, y mucho menos a intimar con él.
Simplemente no podía creer que hacía una hora había pensado
que estaría solo por el resto de su vida. Ahora, Yoongi estaba aquí, amándolo,
diciéndole que podrían estar juntos como pareja. Aún no estaba seguro de
creerlo. Habían pasado demasiadas cosas.
Pero la alternativa, el estar sin Yoongi por el resto de su
vida, simplemente no parecía ni digna de ser considerada. Yoongi era todo lo
que siempre había querido en un compañero. Taehyung necesitaba creer que era
real. Si no lo era, podría volverse loco para siempre. No estaba muy seguro de
que no hubiese empezado a estarlo ya.
Taehyung gimió mientras Yoongi tiraba gentilmente de uno de
sus pezones antes de moverse al otro, tratándolo del mismo modo. Recordaba lo
agradable que había sido la primera vez con Yoongi. También recordaba que
Yoongi se había ido para cuando se despertó.
―¿Dulzura?
¿Qué sucede? ―preguntó Yoongi mientras levantaba la cabeza―. ¿No lo estás
disfrutando?
Taehyung frunció el ceño.
―¿Qué quieres decir?
Yoongi levantó su cuerpo hacia arriba y apuntó al pene
semiduro de Taehyung el cual había estado como una roca hacía unos momentos.
―¿Te estoy lastimando?
Taehyung sintió que
su cara se sonrojaba. Negó con la cabeza.
Yoongi se arrastró hacia arriba por la cama para tenderse al
lado de él, apoyándose en un codo. Taehyung cerró sus ojos, lleno de vergüenza.
Sólo sabía que iba a joder las cosas, Yoongi podría irse y no volver a verlo
otra vez. Taehyung giró la cara para ocultar las lágrimas que repentinamente picaban
en sus ojos.
―¿Taehyung?
―susurró Yoongi cerca de su oído―. ¿Quieres que me vaya? Me iré si eso es lo
que quieres. No quiero hacer nada que te haga daño, no otra vez.
Taehyung sacudió su cabeza con rapidez. No, no quería que se
fuera. Ese parecía ser el problema. Quería que Yoongi se quedara para siempre.
Lo único que quería era que Yoongi también quisiera eso mismo, y sentía un
miedo terrible de despertar por la mañana y que Yoongi se hubiese ido de nuevo.
Taehyung sintió que los dedos de Yoongi acariciaban un lado
de su rostro.
―Por favor dime qué
sucede, Taehyung. No puedo arreglarlo si no sé qué está pasando.
Taehyung se secó los ojos y luego se giró para mirar a
Yoongi.
―¿Estarás aquí cuando despierte?
―¿Es de
eso de lo que se trata todo? ―preguntó Yoongi mirándolo indudablemente
confundido―. Taehyung, te dije que estoy aquí para siempre. Dejé mi manada para
estar aquí contigo. No me voy a ninguna parte.
Taehyung negó con su cabeza.
―No, no lo hiciste.
―Sí, lo
hi…
Taehyung contuvo el aliento mientras una mirada perpleja
apareció en el rostro de Yoongi. ¿Lo dejaría ahora? ¿Decidiría que Taehyung
estaba demasiado necesitado y se iría? El corazón de Taehyung golpeó en su pecho
mientras Yoongi repentinamente saltó de la cama y agarró sus jeans. Eso era
todo. Yoongi se iba. Taehyung no sabía si podría soportarlo.
Contuvo el aliento para no llorar mientras veía cómo Yoongi
se ponía los pantalones. Rezó para que pudiese mantener su pena encerrada,
segura detrás de sus labios hasta que Yoongi se fuera. Quería un poco de
dignidad. No quería que los últimos recuerdos de Yoongi fueran de miseria.
―Vuelvo
enseguida ―dijo Yoongi, apuntando con un dedo a Taehyung―. No te muevas de ahí.
―Qué…
Vio a Yoongi salir corriendo de la habitación, con sus jeans
apenas abotonados. Se incorporó más arriba en la cama y tiró de las mantas para
cubrir su cuerpo desnudo. No entendía lo que estaba haciendo Yoongi.
Antes de que pudiera continuar con sus pensamientos, la
puerta del dormitorio se abrió y Yoongi volvió a entrar. Taehyung se dio la
vuelta para mirarlo sacarse los jeans y subirse a la cama.
―Dame la
mano ―ordenó Yoongi.
Taehyung le tendió la mano sintiéndose incluso más
confundido y tal vez sólo un poco temeroso, cuando Yoongi cerró de un tirón
unas esposas en su muñeca. Luego cerró el otro extremo en su propia muñeca.
Miró a Taehyung, con una gran sonrisa en su rostro.
―Ahora
ya sabes que no voy a ningún lugar sin ti. Namjoon tiene la única llave, y no
vendrá a rescatarnos hasta la mañana.
Taehyung levantó la muñeca esposada, arqueando la ceja. Miró
hacia Yoongi.
―Un poco pervertido, ¿verdad?
―No
―dijo Yoongi, negando con la cabeza―. Ahora no puedo irme a ninguna parte lejos
de ti, ¿cierto? ―Yoongi sacudió ambas muñecas esposadas―. ¿Lo ves por el lado
pervertido? Nunca antes pensé en ello, pero estoy dispuesto a darle una
oportunidad. ¿Qué dices, dulzura? ¿Deberíamos comprarnos un par para nosotros?
Taehyung casi se atragantó. Miró a Yoongi asombrado.
―¿Quieres tener esposas?
―Podría
ser divertido. ―Yoongi se rio y luego se puso serio―. ¿Me puedo quedar,
Taehyung?
―¿Me lo
estás pidiendo?
―Eres el
único que importa.
Taehyung miró el rostro de Yoongi mientras trataba de
considerar su respuesta. Yoongi parecía estar dejando la decisión en sus manos,
¿pero qué pasaría a la luz del día? ¿Qué sucedería cuando retirara las esposas?
―Yoongi,
tú sabes que nunca seré normal, ¿verdad? ―preguntó Taehyung―. Nunca cambiaré,
nunca seré capaz de correr contigo. Siempre necesitaré un poco de ayuda extra.
Demonios, probablemente tenga que usar esas malditas muletas por el resto de mi
vida.
Taehyung vio oscurecerse los ojos de Yoongi con el dolor.
―Lo sé, y no puedo decirte cuánto lo lamento, Taehyung. Juro
que nunca quise lastimarte.
―No quiero
estar contigo si sólo estás aquí porque te sientas equivocadamente culpable ― declaró
Taehyung con vehemencia―. Prefiero estar solo por el resto de mi vida a que sea
por la maldita compasión.
Taehyung no creía que fuera posible, pero los ojos de Yoongi
se oscurecieron incluso más, pero esta vez se oscurecieron con ira.
―¿Recuerdas que regresé aquí para estar contigo incluso
antes de saber que te habías lastimado, verdad?
Taehyung tragó para pasar el nudo en su garganta y luego
asintió.
―Regresé porque quería estar contigo.
Renuncié a todo, mi hogar, mi estatus en mi manada, incluso a mi manada, para
estar contigo. Sólo porque las cosas ahora son un poco diferentes no significa
que me vaya a ir, Taehyung.
―Pero…
―Yoongi cubrió sus labios con un dedo.
―Sin
peros, Taehyung. Eres mi compañero, para bien o para mal. La única manera de
conseguir que me vaya es que me digas que no me quieres. ―Las cejas de Yoongi
se fruncieron―. ¿Es eso, Taehyung? ¿No me quieres?
La boca de Taehyung cayó abierta por el shock.
―No puedes hablar en serio.
―Estoy
hablando completamente en serio. Si no me quieres, dímelo ahora y me iré. No
volveré a molestarte.
―Yoongi,
te busqué. Te busqué cada maldito día. ―Agitó su mano, recordó que estaban
esposados cuando Yoongi gruñó―. Busqué por todos lados, el hospital, los
hoteles, los bares. Demonios, incluso revisé en los malditos canales
buscándote. ―Dejó que sus manos encadenadas cayeran nuevamente a la cama―. Tú
eres mi pareja, la única persona que he esperado toda mi vida ―dijo suavemente,
casi susurrando―. La manera en que me hiciste sentir esa noche… yo… yo…
―¿Qué,
dulzura? ―murmuró Yoongi―. Sólo tienes que decirlo.
―Me
hiciste sentir especial, como si te importara.
―Tú me
importas, Taehyung ―dijo Yoongi. ―¿Por qué crees que estamos esposados juntos?
Taehyung sonrió.
―¿Porque eres raro?
Yoongi se echó a reír de nuevo.
―Eso tal vez sea verdad, estamos esposados juntos, así que
sabes que no iré a ninguna parte sin ti. Ahora dulzura, mientras vivamos, sólo
estaremos tú y yo. ―Los ojos de Yoongi bajaron―. A menos que no me quieras y
prefieras que me vaya.
Taehyung miró a Yoongi, dándose cuenta que su pareja se
sentía tan inseguro sobre lo suyo como él se sentía. Levantó su mano libre y
acunó un lado de la cara de Yoongi.
―Te quiero. Te he deseado desde la primera noche que te vi.
―¿Y si
no fuera tu pareja? ―preguntó Yoongi, levantando sus ojos para encontrar los de
Taehyung.
―Aun así
te quiero.
Yoongi aparentemente dejó escapar un suspiro de alivio y
luego le sonrió a Taehyung.
―¿Entonces, podemos seguir con este show? Mis nueces están a
punto de caerse.
―Por
favor, por todos los medios, continuemos con el show. No me gustaría ser la
causa de que tus nueces se caigan ―dijo Taehyung. Se deslizó por la cama tan
rápido como su lesión en la espalda se lo permitió―. Soy todo tuyo.
―Puedes
apostar tu dulce culo a que lo eres ―Yoongi gruñó ferozmente mientras se movía
para cubrir el cuerpo de Taehyung con el suyo. La forma en que Yoongi lo miraba
desde arriba hizo sentir a Taehyung como la presa de un cazador. Era salvaje,
agresivo, poderoso. Hizo que se le curvaran los dedos de los pies.
―Yoongi
―gimió Taehyung. Yoongi sonrió y luego se inclinó para deslizar su lengua por
pezón de Taehyung, luego el otro. Taehyung se retorció, la ardiente pasión lo
abrumaba, pero las manos de Yoongi lo sostenían firmemente.
Taehyung separó sus piernas cuando Yoongi lamió y mordisqueó
hacia abajo por su cuerpo. Su piel dolía en todos los lugares en los que Yoongi
lo tocaba. Ardía. Quería ser consumido. Quería que Yoongi lo follara hasta que
no pudiese caminar. Bueno, al menos hasta que no pudiera caminar sin sentirlo.
Taehyung enredó sus
dedos en el cabello de Yoongi y tiró. Los juegos preliminares estaban bien,
pero realmente quería llegar a lo bueno.
―Yoongi ―suplicó Taehyung―, te necesito.
―Me
tendrás, dulzura.
Taehyung entendió exactamente lo que Yoongi quería decir
cuando su dura polla fue envuelta por el húmedo calor de su boca. Taehyung
corcoveó contra la boca de Yoongi. Su mente daba vueltas con las sensaciones
que se disparaban a través de su cuerpo, sensaciones que nunca había sentido
antes.
Su mundo giró fuera de control cuando sintió dos dedos
lubricados empujando dentro de su culo. Entre la boca alrededor de su polla y
los dedos en su culo, Taehyung se sentía tan estimulado que sabía que podía
volar hasta la luna.
―¡Yoongi!
―grito Taehyung―, no puedo… no puedo… ¡Ahhhh! ―Los dedos empujaron una vez más
y se curvaron hacia adentro, tocando el escondido botón en su interior.
Taehyung vio chispas de flashes de luz ante sus ojos mientras su semilla
entraba en erupción en la boca de Yoongi. Luego el mundo se oscureció.
Yoongi tragó toda la descarga de Taehyung, luego lo limpió
con su lengua. Una vez hecho esto, lentamente lamió su camino de regreso
subiendo por el cuerpo de Taehyung, sus dedos aún se movían dentro del culo de
Taehyung. Se había corrido. Ahora era su turno.
Retiró los dedos del culo de Taehyung y roció un poco más de
lubricante en su polla. Quería hacer las cosas lo más fáciles posible para
Taehyung. Sin dolor, solo placer. Se deslizó hacia arriba entre las piernas de
Taehyung y empujó la cabeza de su pene contra el agujero de Taehyung. Luego miró
hacia arriba.
La boca de Yoongi se abrió por la sorpresa. Taehyung estaba
inconsciente. Por un momento, a Yoongi le preocupó que en alguna forma hubiese
lastimado a Taehyung. Su corazón golpeaba mientras se inclinaba sobre Taehyung
y trataba de despertarlo, olvidando su dura polla.
―¿Taehyung?
¿Cariño? ―dijo en voz baja―. ¿Taehyung? Vamos, despierta.
Los ojos de Taehyung se agitaron.
―Eso es,
vamos, dulzura, abre esos preciosos ojos azules para mí.
Los ojos de Taehyung se agitaron otra vez, luego se
abrieron, con una mirada aturdida.
―¿Qué sucedió? ―preguntó Taehyung, mirando alrededor
confundido. Mientras miraba hacia abajo, su rostro repentinamente se inundó de
color―. Oh, Dios, me desmayé otra vez ―se quejó Taehyung―. Tengo que dejar de
hacer eso.
―¿Estás
bien? ―preguntó Yoongi, aún preocupado―. ¿No te lastimé?
Si fuera posible, el rostro de Taehyung se sonrojó aún más
mientras negaba con la cabeza.
―No, no me lastimaste. Si hay algo que… bueno, no me
lastimaste.
Yoongi miró a Taehyung por un momento y luego se rio.
―Vamos a tener que trabajar en tu resistencia.
Asegurándose de que Taehyung estaba bien, el cuerpo de
Yoongi comenzó a notar al sexy hombre tumbado en la cama. La polla de Yoongi se
recuperó endureciéndose, deseando su turno. Yoongi agarró su pene con la mano
libre y la empujó contra Taehyung otra vez.
―¿Estás
listo para mí?
Taehyung sonrió. Esa fue toda la invitación que Yoongi
necesitó. Lentamente se abrió paso, observando el rostro de Taehyung buscando
cualquier signo de malestar. Cuando no vio ninguno, Yoongi se empujó el resto
del camino hasta estar arraigado hasta la raíz.
Oh, estaba en el cielo. El agarre de Taehyung alrededor de
su dolorida polla era mejor que cualquier cosa que alguna vez hubiere sentido.
Empezó a moverse lentamente. Cada suave empuje lo llevó más alto. Sabía que
estaban destinados a estar juntos. El cuerpo de Taehyung se ajustaba al suyo
perfectamente.
Yoongi agarró la pierna de Taehyung con su mano libre y la
levantó para colocarla sobre su hombro cuando repentinamente Taehyung gritó. No
sonaba como un grito de placer. Yoongi se congeló y miró hacia abajo a su
pareja.
―¿Qué?
―preguntó rápidamente―. ¿Qué sucede?
Los ojos de Taehyung, llenos de lágrimas, miraron a Yoongi.
―No puedo… yo ya no puedo doblarme así.
―¿Quieres
que me detenga? ―preguntó Yoongi.
Taehyung negó con la cabeza.
―No, pero cómo… ―Taehyung se detuvo, su rostro estaba
ardiendo.
Yoongi sonrió.
―No te preocupes, dulzura, tengo una idea. ―Rápidamente se
deslizó fuera del cuerpo de Taehyung y giró al hombre de lado. Palmeó la mano
de Taehyung mientras se acurrucaba detrás de él. Agarrando una almohada la
colocó entre las piernas de Taehyung, luego se acomodó nuevamente.
Yoongi apretó la mano esposada hacia él y envolvió el cuerpo
de Taehyung, la cabeza de Taehyung descansaba en su brazo. Usó su mano libre
para agarrar la cadera de Taehyung, luego lentamente empujó su polla dentro del
caliente agarre de Taehyung.
―Hay
muchas formas diferentes en que podemos hacerlo, dulzura ―Yoongi susurró en el
oído de Taehyung―. La mitad de la diversión será descubrir cuáles nos van
mejor.
Taehyung giró la cabeza para mirar a Yoongi.
―¿No estás molesto?
―Nunca.
Esta posición es tan buena como cualquier otra, tal vez incluso mejor ―contestó
Yoongi―. De esta forma tengo algo a qué aferrarme mientras te follo. ―Para
respaldar sus palabras, Yoongi se estiró para agarrar la polla de Taehyung con
su mano libre. Comenzó a bombear mientras penetraba a Taehyung desde atrás.
Yoongi sintió la mano de Taehyung apretarse alrededor de la
suya.
―¿Estás bien, Taehyung? ¿No te está doliendo?
―No,
estoy bien. ―Sonaba sin aliento―. Yo… oh, oh justo ahí, Yoongi.
Yoongi sonrió. Acarició a Taehyung más rápido. Se empujó más
rápido. Los pequeños gemidos de placer de Taehyung enviaron a Yoongi hacia el
cielo. Sabía que su polla podía explotar en cualquier momento. Un cosquilleo de
advertencia comenzó a hormiguear en su columna vertebral.
―Taehyung,
quiero reclamarte otra vez.
Yoongi retuvo el aliento mientras esperaba la respuesta de
Taehyung. No lo culparía en lo más mínimo si Taehyung decía que no o que
prefería esperar. El aire en sus pulmones salió en un enorme sollozo mientras
Taehyung inclinaba su cabeza a un lado, desnudando su cuello a Yoongi.
―Taehyung
―susurró justo antes de inclinarse hacia adelante y hundir sus dientes en la
suave piel entre el hombro y el cuello de Taehyung. Una explosión de dulce y
picante sabor se disparó dentro de su boca mientras reclamaba nuevamente a
Taehyung. Fue directamente a su polla, enviado a Yoongi al borde del éxtasis.
No podía creer que alguna vez hubiera podido olvidar el
sabor de reclamar a su pareja. No había nada parecido en la tierra. Era mejor
que correr libre por el bosque, mejor que oler el aire fresco en calma. Era
casi mejor que el sexo. Había sido tan tonto por haber considerado alguna vez
en renunciar a esto.
Yoongi sintió extenderse el nudo en la punta de su polla y
arraigarse en el interior de Taehyung. Escuchó a lo lejos, gritar a Taehyung y
sintió la caliente semilla derramarse en su mano. No tenía la fuerza para hacer
más que retirar sus dientes y lamer la pequeña mordedura para cerrarla antes de
acurrucarse alrededor de Taehyung y aun estando conectado a su compañero, cayó
en un profundo sueño.
La conciencia llegó a Taehyung en un instante. En un momento
se durmió, al siguiente, estaba despierto. Abrió los ojos, como hacía todas las
mañanas, preguntándose brevemente dónde estaba. Aún no estaba acostumbrado a
dormir en la casa de Namjoon y Jin. Dudaba que alguna vez lo hiciera. Sin
embargo, le llevó un momento recordar.
Luego los eventos de la noche anterior fluyeron a la cabeza
de Taehyung cuando su cuerpo sintió unos cuantos achaques. Miró hacia atrás
sobre el hombro para encontrarse a Yoongi mirándolo.
―Aún
estoy aquí, dulzura.
Taehyung recordó las esposas y se preguntó si eso explicaba
el que Yoongi aún estuviera allí. Volvió a mirar su brazo, sorprendiéndose de
encontrar que ya no estaba esposado a Yoongi. Volviéndose hacia él, Taehyung
levantó su ceja a modo de pregunta.
Yoongi se rio entre dientes.
―Namjoon vino temprano y nos liberó. ―Se estiró hacía atrás
y tomó algo de la mesita de noche. Volviéndose hacia Taehyung, dejó las esposas
plateadas colgando de sus dedos.
―Dijo
que si queríamos podíamos quedarnos con estas.
Taehyung sintió enrojecer su cara. Desvió sus ojos de la
intensa mirada de Yoongi y giró la cara lejos de él. Estaba un poco aturdido
porque Yoongi se quedara aquí. Esperaba que se hubiese ido, con esposas o no.
El hecho de que Yoongi aún estuviera aquí confundía a Taehyung tanto como lo emocionaba.
―Entonces,
¿qué te parece si desayunamos y luego vamos a ver el lugar del que me habló Jin?
―preguntó Yoongi.
―Yoongi,
¿estás seguro de que quieres hacer esto? ―preguntó vacilante Taehyung.
―¿Desayunar
o ver el rancho?
―Yoongi.
Taehyung sintió a Yoongi acunar su rostro, volviendo su
cabeza para que lo mirara. Su dedo rozó hacia abajo por el lado de la cara de
Taehyung, sobre el puente de su nariz, luego cruzando sus labios. Yoongi se
inclinó hacia abajo y le dio un pequeño beso a Taehyung.
―Sí,
estoy seguro de que quiero hacer esto, Taehyung.
Taehyung respiró hondo y soltó lentamente el aire mientras
contemplaba a Yoongi durante varios minutos. Finalmente asintió con la cabeza.
―Está bien, entonces. Dame mis muletas. Necesito visitar la
habitación del pequeñito.
Yoongi sonrió. Se
abalanzó para otro beso antes de rodar hacia un lado de la cama. Taehyung
chilló cuando Yoongi se dio la vuelta, lo tomó por la espalda, y lo levantó
antes de llevarlo al baño.
―Yoongi,
no me puedes llevar a todas partes ―insistió Taehyung cuando Yoongi lo puso de
pie.
―¿Quién
lo dice? ―preguntó Yoongi cuando salía del baño y cerraba la puerta detrás de
él.
Taehyung hizo rodar sus ojos y se giró para hacer lo que
necesitaba hacer en el baño. Después de tirar la cadena. Taehyung agarró la
barra de metal de mano que Namjoon había instalado y se movió hasta el
lavamanos. Se lavó las manos y los dientes. Mirándose al espejo, Taehyung se
preguntó en qué se estaba metiendo.
¿Realmente
iba a permitirle quedarse? Taehyung quería que se quedara. No había soñado con
nada más durante meses, ¿pero podía confiar en que Yoongi se quedaría? La vida
de Taehyung había cambiado mucho en las últimas semanas.
Había días en que Taehyung sentía tanto dolor que ni
siquiera podía salir de la cama. Y hacer algo como dar una caminata o trabajo
físico estaba fuera de cuestión. Eso era parte del pasado de Taehyung.
¿Podría
Yoongi hartarse e irse cuando las cosas se pusieran difíciles? Taehyung ni
siquiera estaba cerca de ser un hombre lobo normal. Nunca cambiaría o correría
por el bosque. Nunca sería capaz de unirse a la manada en la cacería de luna
llena. Ni siquiera sabía si sería capaz de participar en el acoplamiento de
luna llena como otras parejas de lobos lo hacían.
Básicamente, Taehyung no tenía nada que ofrecerle a Yoongi.
Negó con la cabeza, lleno de desesperación. Si realmente se preocupaba por
Yoongi, lo mejor que podía hacer por él era darle su libertad. Yoongi
necesitaba encontrar a alguien más para acoplarse, alguien normal.
Taehyung usó las
barras de metal y se trasladó al inodoro, sentándose en el asiento cuando la
fuerza parecía dejar su cuerpo. Anoche Yoongi le había reclamado otra vez. Una
vez que un compañero ha sido reclamado, ese vínculo sólo podía ser roto por la
muerte de uno de los compañeros. Eso sólo significaba una cosa. Taehyung estaba
en problemas.
Taehyung saltó cuando alguien llamó a la puerta del baño.
―¿Estás a punto de terminar ahí, dulzura?
«¡Dulzura!»
Taehyung tragó para pasar el nudo en su garganta.
―Sí, saldré enseguida. ―Respiró profundamente, se puso de
pie y se acercó al lavamanos. Rápidamente mojó una toalla y limpió su rostro.
Pasó un cepillo por su cabello y respiró profundo.
Aferrándose a la barra, con cuidado se movió a la puerta.
Puso en su rostro una mirada serena y abrió. Yoongi estaba sentado a un lado de
la cama esperando por él. Taehyung señaló sus muletas.
―Necesito eso.
―Me
necesitas a mí ―respondió Yoongi mientras se ponía de pie y cruzaba la
habitación. Taehyung dejó escapar un gran suspiro mientras Yoongi lo levantaba
y lo llevaba hasta la cama. Cuando Yoongi se sentó, Taehyung lo miró.
―Yoongi,
no puedes seguir haciendo esto ―dijo Taehyung―. Tengo que acostumbrarme a usar
las muletas.
Yoongi se puso de cuclillas delante de él y acunó con sus
manos la cara de Taehyung.
―Taehyung, odio el hecho de que tengas que usar esas
malditas cosas, pero yo…
Taehyung retiró las manos de Yoongi de su rostro.
―Yoongi, te dije cómo sería. Así es mi vida ahora ―gesticuló
hacia las muletas―. Están en mi vida ahora. Eso no va a cambiar solo porque no
te guste.
Yoongi abrió la boca para decir algo y luego la cerró de
golpe. Se estiró para tocar las manos de Taehyung y las agarró.
―Lo sé, Taehyung. ¿Crees
que no lo sé? Pero eso no quiere decir que tenga que gustarme.
―Yoongi,
tú…
―No
―dijo Yoongi, negando con la cabeza―, escúchame a mí esta vez. Entiendo que probablemente
tengas que usar esas malditas muletas por el resto de tu vida, pero eso no
quiere decir que no tenga el derecho de hacer que las cosas sean lo más fácil
posible para ti.
―No
quiero que te sientas como que…
―No
tengo que hacer nada, Taehyung. Quiero hacerlo. Eres mi compañero. Si llevarte
en brazos a todos lados hace que las cosas sean más fáciles para ti y me da una
excusa para abrazarte, ¿qué tiene de malo?
Taehyung no tenía un solo argumento ante eso. ¿Qué podía
decir? ¿No me abraces, cuando era lo que él quería más que nada? ¿Alejarse,
cuando eso era lo que más lo asustaba? Taehyung sabía que quería estar con
Yoongi. Simplemente no sabía si él sería suficiente.
―¿Me
prometes que me dirás si llega a ser demasiado para ti? No lo escondas de mí
porque te sientas culpable y pienses que tienes que quedarte conmigo. No quiero
que estés aquí por lastima, Yoongi.
Yoongi se quedó en silencio por un momento, pero luego
asintió.
―No te tengo lastima, Taehyung. Sí, me siento responsable
por lo que te sucedió. Nada en este mundo va a cambiar eso. Yo te hice esto.
Tengo que vivir con ello. Pero estoy aquí porque quiero estar aquí, nada más.
―¿Y?
Yoongi se rio entre dientes.
―Y te diré si llega a ser demasiado para mí. ―Yoongi levantó
su mano―. Lo prometo.
Taehyung se echó a reír.
―Ahora ―dijo Yoongi―, quiero que me
prometas algo.
Taehyung asintió.
―Prométeme
que nos darás una oportunidad. Deja de pensar que estoy aquí por un equivocado
sentimiento de culpa. Acepta el hecho que estoy aquí porque quiero estar aquí.
―Yoongi le dio una palmadita a la pierna de Taehyung―. ¿Esto? Es solo una parte
de lo que eres, una pequeña parte. Quiero llegar a conocer el resto de ti, lo
que piensas, lo que te gusta, incluso lo que no te gusta.
―Oh,
Yoongi, Yo… ―la voz de Taehyung se desvaneció bajo la intensa y poderosa mirada
de Yoongi. Se sentía como un idiota cuando las lágrimas pincharon la esquina de
sus ojos. Parecía llorar demasiado alrededor de Yoongi.
―Lo
quiero todo, Taehyung. Quiero estar ahí contigo cuando pases por la
rehabilitación. Quiero aprender a cuidar de ti en casa. Quiero hacer que tu
vida sea más fácil, y eso poco tiene que ver con lo que te sucedió. Lo quiero
porque eres mi compañero. Habría querido estas cosas incluso si no te hubieses
lesionado.
―Está
bien ―dijo Taehyung. Realmente no había ninguna otra forma en la pudiese
responder. Yoongi parecía quererlo a pesar de todo. Taehyung sabía que sería
estúpido desperdiciar todo esto por sus temores. Sólo tenía que lidiar con ello
un día a la vez y esperaba que Yoongi no lo dejara entre tanto.
Yoongi se estiró hacia arriba y le dio un beso a Taehyung.
Se puso de pie y agarró las muletas y se las tendió.
―Entonces, ¿qué dices de que nos vistamos y luego vayamos
por algo de comer y veamos el rancho del que Jin me habló?
La voz de Taehyung tembló cuando dejó escapar una risita.
―Entonces, ¿por qué no me consigues algo qué vestir de la
cómoda? También necesito mis píldoras que están en la parte superior de la cómoda.
Si quieres aprender este tipo de cosas, bien podrías empezar ahora.
―Puedo
hacer eso ―dijo Yoongi mientras caminaba hacia la cómoda―. Sólo tengo una
pregunta.
Taehyung levantó una ceja cuando el ardiente rubor cubrió el
rostro de Yoongi.
―¿Qué? ―preguntó con cautela.
―¿Qué te
parece eso de ir de comando?
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