sábado, 14 de mayo de 2022

CAPITULO 6

 Yoongi sonrió cuando derramó un huevo en la sartén. Miró a Taehyung andar arrastrando los pies al cruzar la cocina en sus muletas y apoyarse contra el mostrador. La mañana iba mejor de lo que nunca podría haberse imaginado.

 

Sabía que Taehyung tenía dudas acerca de dejar que se quedase. Estaba asustado. Sabía que Taehyung tenía muchas razones para tener miedo. No sólo había sido el responsable de sus lesiones, sino de negar su apareamiento y abandonarlo.

 

No se sorprendería si Taehyung cambiaba de parecer en cualquier momento y lo sacaba de una patada a la calle. No lo culparía, tampoco.

 

Sólo esperaba que en el tiempo que Taehyung le diera fuera capaz de mostrarle a su compañero que había algo por lo que valía la pena luchar. Haría todo lo posible para demostrárselo.

 

―¿Duros o blandos?

 

―¿Eh? ―preguntó Taehyung confuso.

 

Yoongi rio entre dientes y una pequeña mueca se dibujó en el rostro de Taehyung.

 

Tus huevos, dulzura, ¿te gusta la yema dura o blanda?

 

―Oh ―Taehyung sonrió―. Término medio.

 

―Un poco blanda, entonces.

 

 Taehyung apoyó sus muletas contra el mostrador y cogió una barra de pan. La abrió y sacó un par de rebanadas antes de lanzar una mirada curiosa a Yoongi.

 

―¿Trigo o blanca?

 

De masa fermentada, si puedo elegir, si no blanco ―dijo Yoongi.

 

De masa fermentada no es malo, pero ¿sabes lo malo que es el pan blanco para ti? ―preguntó Taehyung, su cara arrugada, con disgusto―. Es terrible para el cuerpo, solo engorda.

 

Yoongi se rio entre dientes. Taehyung prácticamente se estremeció con repugnancia.

 

Supongo que no soy de dieta equilibrada. Vas a tener que mantenerme en forma.

 

Taehyung señaló con el cuchillo hacia la mantequilla en la mano a Yoongi.

 

―No más comida chatarra para usted, señor. Espera a que te consiga una dieta adecuada. Verás que es mucho mejor para ti y lo bien que te sentirás.

 

Yoongi no podía evitarlo. Sujetó a Taehyung por la cintura y lo levantó para sentarlo en el mostrador de la cocina. Se colocó entre la estrecha abertura entre sus piernas y luego se inclinó para acariciarle el cuello con los labios.

 

―¿Qué me darás a cambio? ―murmuró Yoongi.

 

Taehyung se estremeció en ese momento, pero Yoongi dudaba que lo hiciera por disgusto. Su cabeza cayó hacia atrás, permitiéndole acceso sin obstáculos a la piel sedosa de su cuello. La polla de Taehyung se animó, lista para salir a jugar.

 

Cualquier cosa que quieras, siempre y cuando me prometas no dejar de hacer eso ―exclamó Taehyung. Los brazos de Taehyung se enrollaron alrededor del cuello de Yoongi. Él pasó sus colmillos a través de la marca de acoplamiento en el cuello de Taehyung. Las manos de Taehyung se apretaron en su pelo, tirando de él para acercarlo más.

 

 Yoongi gimió. Joder, Taehyung estaba caliente. Él era tan condenadamente caliente. Tan condenadamente sensible a su tacto. Sólo necesitaba tocar a Taehyung y el hombre parecía arder en llamas. Si eso no encendía a un hombre, Yoongi no sabía qué lo haría.

 

―¿Sabes qué tan sexy eres, dulzura? ―susurró Yoongi contra la piel sedosa de Taehyung―. ¿Cuánto me enciendes? ―Yoongi agarró una de las manos de Taehyung y la colocó contra su dura polla. Un gruñido profundo salió de su garganta cuando Taehyung le dio un fuerte apretón.

 

Cada maldita vez que te miro, quiero arrancar toda tu ropa y joderte hasta que no se te olvide a quién perteneces ―dijo Yoongi. Podía ver el efecto de sus palabras en Taehyung, en el oscurecimiento de sus ojos azules. También fue evidente en la dureza que presionaba contra su abdomen.

 

Yoongi ―jadeó Taehyung.

 

―¿Sí, dulzura? ―preguntó Yoongi contra su cuello…

 

Yoongi, necesito… necesito… necesito algo ―balbuceó Taehyung. Su pecho subía y bajaba con su respiración agitada. Sus manos se abrían y cerraban en el pelo de Yoongi. Su cuerpo se estremecía. Yoongi sabía exactamente lo que necesitaba.

 

Se agachó y abrió rápidamente la cremallera de los jeans de Taehyung, apartando la tela hasta que la polla de Taehyung rebotó libre. Le sonrió.

 

―Y es por esto que irás de comando a partir de ahora ―dijo justo antes de inclinarse y tragar la polla de Taehyung hasta la raíz.

 

―¡Ahhh, joder, Yoongi! ―exclamó Taehyung en un grito. Yoongi se detuvo por un momento para asegurarse de que no le había hecho daño a su compañero. Nunca se perdonaría si lo lastimaba otra vez.

 

―¡Dejas de hacer eso ahora y eres hombre muerto! ―le advirtió Taehyung duramente mientras daba un tirón al pelo de Yoongi.

 

 Yoongi sonrió abiertamente empezando a moverse, con los labios alrededor de la polla de Taehyung, incluso cuando su lengua lamió los lados fuertemente nervados. Pasó la lengua por los lados hasta llegar a la gran cabeza hinchada. Una gota de líquido pre-seminal se derramó por sus labios, lo que le hizo gemir.

 

Le encantaba el sabor de Taehyung en su boca. No habiendo dado muchas felaciones en su vida, le sorprendió. Pensó que sentiría repulsión por el sabor. No fue así. Todo lo contrario, de hecho. Quería más, mucho más, y sabía que solo había una manera de conseguirlo.

 

Yoongi cogió el ritmo de sus movimientos, lamiendo rápido y más fuerte.

 

Prestó especial atención a la pequeña abertura en la parte superior de la polla de Taehyung, de la que caía más líquido con cada golpe que daba con la lengua.

 

Yoongi ―Taehyung gritó―. No puedo…no puedo… ―El resto de las palabras de Taehyung se cortaron por su largo gemido. Yoongi sintió que los músculos de las piernas de Taehyung se tensaban. Se estremeció cuando las manos de Taehyung tiraron de su pelo.

 

Cuando el cuerpo de Taehyung empezó a temblar, Yoongi sabía que estaba cerca. Aumentó sus esfuerzos, lamiendo más, chupando más fuerte. Taehyung gritó por encima de él, y luego un líquido caliente llenó su boca. Lo tragó, recogiendo tanta de la dulce esencia de Taehyung como pudo.

 

Taehyung gimió. Yoongi soltó la polla de Taehyung para sujetar a su compañero antes de que se cayera. Taehyung se acurrucó en su pecho, dejando la cabeza sobre su hombro y él frotó suavemente la espalda de su compañero.

 

Yoongi ―susurró Taehyung.

 

 Yoongi frotó su mejilla contra la parte superior de la cabeza de Taehyung. Se sentía tranquilo... Su polla latía detrás de la cremallera de sus jeans, tanto que pensó que sus pantalones podrían estallar en cualquier momento, pero se sentía extrañamente tranquilo, en calma, como si todo estuviera bien en el mundo.

 

Eso le recordó la tierna mirada que había visto en la cara de Namjoon cuando él abrazaba íntimamente a su compañero. Yoongi se imaginó que tenía esa expresión en su rostro en ese momento. Algo en abrazar tan fuerte a su compañero le provocaba el sentimiento más sereno del mundo.

 

A eso se le llama encontrar a tu pareja y estar completo, Yoongi.

 

Yoongi saltó y giró en redondo, poniendo su cuerpo entre Taehyung y la voz que venía desde el otro lado de la cocina. Dejó escapar un suspiro de alivio cuando vio a Jin apoyado en el marco de la puerta de la cocina.

 

Hey, Jin ―dijo Yoongi. Sintió que su cara se ruborizaba un poco al recordar que Taehyung estaba detrás de él con su pene colgando de sus pantalones. Rápidamente se dio la vuelta y se agachó para meter de vuelta a Taehyung en sus pantalones, cerrando la cremallera.

 

La cara de Taehyung ardía de color rojo brillante. Yoongi acarició el costado de su mejilla, inclinando la cabeza hacia atrás antes de acercarse para darle un pequeño beso. Levantó la cabeza un instante después, miró a los ojos azules de Taehyung.

 

Gracias, dulzura.

 

Los ojos de Taehyung se agrandaron.

 

―¿Me estás dando las gracias?

 

Yoongi sonrió.

 

―A nadie más, dulzura.

 

Pero, yo no lo hice…yo no hice… ―Taehyung se humedeció los labios y le echó un vistazo a la entrepierna de Yoongi―. Tú nunca…

 

 No lo necesito, tampoco ―dijo Yoongi―. Tenerte fue suficiente para mí.

 

En todo caso, la cara de Taehyung se hizo aún más roja. A Yoongi le pareció que estaba absolutamente adorable. Yoongi inclinó la cara de Taehyung hacia atrás.

 

―Tú, dulce, eres maravilloso, y te estaré siempre agradecido de que me permitieras volver a tu vida.

 

Bien dicho, Yoongi.

 

Yoongi se volvió para sonreír a Namjoon, notando que el compañero del joven, una vez más estaba apretándose todo lo cerca que podía estar de él. Cada vez que se encontraban en la misma habitación era la forma en que parecían estar. Yoongi decidió que le gustaba la idea.

 

Giró y levantó a Taehyung sobre sus pies, luego se metió entre él y el mostrador. Envolviendo sus brazos alrededor de la cintura de Taehyung, le apretó contra él. El cuerpo de Taehyung se tensó por un momento antes de inclinarse contra el suyo.

 

Así que, háblame de ese rancho que encontraste para nosotros, Jin ―dijo Yoongi.

 

―¿Tiene espacio para un perrito?

 

Dos o tres, incluso ―dijo Jin―. Está a un par de kilómetros de aquí, por el lago. Te va a encantar, cincuenta hectáreas, un granero y establo. La casa en sí fue construida en 1856, pero los propietarios anteriores la modernizaron tanto como pudieron.

 

―¿Por qué está a la venta?

 

Jin miró a Namjoon, parecía un poco culpable.

 

Los últimos propietarios fueron miembros de nuestra manada. Su hijo, un hombre llamado Roger Drummond, traicionó a Jin con aquel hombre del que te hablé. Jin casi muere. Roger fue asesinado por ese mismo hombre. Sus padres decidieron alejarse a un lugar más cálido.

 

 No fueron expulsados de la manada, ¿verdad? ―Taehyung le preguntó.

 

Sus palabras le dijeron silenciosamente a Yoongi que su compañero tenía un gran corazón. A la mayoría de la gente no le habría importado. Yoongi estaría siempre agradecido por ese gran corazón. Eso hizo a Taehyung retroceder y darle una segunda oportunidad. Sólo esperaba que tuviera la oportunidad de ganarse aquel corazón por sí mismo.

 

No ―dijo Jin―. Eran más que bienvenidos a quedarse. Creo que era demasiado difícil para ellos sabiendo lo que había hecho su hijo. Por supuesto que ellos no hicieron nada, y tratamos de convencerles para que se quedasen, pero sólo querían escapar de los malos recuerdos.

 

Taehyung bufó.

 

―Puedo entenderlo.

 

Yoongi se puso rígido. ¿Taehyung estaría hablando de ellos?

 

No, Yoongi, no ―dijo Jin en voz baja.

 

Taehyung echó la cabeza hacia atrás para mirarle inquisitivamente. Yoongi hizo una mueca. Le llevaría algo de tiempo el acostumbrarse a tener cerca a Jin.

 

―¿No qué? ―preguntó Taehyung.

 

Yoongi se encogió de hombros, sintiéndose completamente estúpido.

 

―Me preguntaba si estarías hablando de nosotros y de lo que pasó.

 

―¡Dios, no! ―exclamó Taehyung―. Estaba hablando de mi manada de nacimiento.

 

―¿Manada de nacimiento? ―preguntó Yoongi, arrugando la frente confundido―. ¿No has nacido aquí?

 

 No, vivo en Wolf Creek desde hace unos meses. Mi manada completa se mudó aquí ―Taehyung frunció el ceño―, bueno, lo que quedaba de mi manada, de todos modos. No quedábamos muchos de nosotros cuando nos mudamos aquí. La mayoría murieron.

 

―¡Muertos! ―exclamó Yoongi, apretando los brazos alrededor de la cintura de Taehyung―. ¿Quieres decir, asesinados? ¿Todavía estás en peligro? ¿Y quién trató de matarte?

 

Es una larga historia, pero la versión corta es que varios miembros de nuestra manada llegaron a un acuerdo con una princesa vampiro para cambiar sangre de lobo por dinero y territorio. Nuestro Alfa los descubrió y mató a los vampiros. Luego nos mudamos aquí para unirnos a la manada de Wolf Creek.

 

―¡Joder! ―exclamó Yoongi, horrorizado por lo cerca que estuvo de perder a su compañero incluso antes de poder encontrarlo.

 

Taehyung asintió con la cabeza.

 

―No es tan malo. Perdimos a muchos miembros de nuestra manada, pero nos mudamos aquí y este lugar es mucho más agradable. Nuestro viejo Alfa, Jungkook, se convirtió en un ejecutor de Dowoo. Creo que es mucho más feliz aquí.

 

Lo es ―dijo Jin―. No estaba contento siendo Alfa, pero hizo lo que tenía que hacer. Le gusta poder volver a casa con su compañero todas las noches en lugar de tener que dirigir una manada.

 

Y deberías conocer al príncipe Zacarius ―dijo Taehyung―. Su hermana era la princesa vampiro que trató de matarnos, pero él no estuvo involucrado en eso. Es un tipo realmente agradable.

 

―¿El príncipe Zacarius? ( Zacarius es Taehyung el de príncipe de sangre )―preguntó Yoongi.

 

Está acoplado con Devlin, el ejecutor de mi vieja manada ( Devlin es Yoongi de príncipe de sangre )―dijo Taehyung―. Lo conocí hace unas semanas, cuando vino a buscar a Devlin.

 

 ―¿Y su hermana trató de matarte?

 

Taehyung asintió con la cabeza.

 

―Él no estaba involucrado en eso, sin embargo. Sé que el príncipe Zacarius la habría detenido si lo hubiera sabido. Él quiere la paz entre los hombres lobo y los vampiros. No estaba de acuerdo con todos los asesinatos que su hermana y los miembros de mi manada provocaron.

 

Parece que algunos de los miembros de tu manada y de la mía deberían unirse y hacer una fiesta ―dijo Yoongi―. Todos parecen pensar que dañar a los demás es la manera de conseguir lo que quieren. Estoy seguro de que congeniarían a las mil maravillas.

 

―¿En serio? ―preguntó Taehyung―. ¿Tu manada es tan mala?

 

Ya te dije lo que me hizo mi hermano sólo para ascender de posición ―explicó Yoongi―. Le creo muy capaz, y a mi padre, de hacer cualquier cosa para conseguir lo que quieren.

 

No van a venir tras de ti, ¿verdad? ―preguntó Taehyung.

 

Yoongi podía oír la preocupación en la voz de Taehyung, la ansiedad. No estaba muy seguro de cómo contestare. Estaba bastante seguro de que su padre y su hermano se habían lavado las manos con respecto a él, pero siempre existía esa posibilidad.

 

No lo creo, Taehyung ―finalmente dijo―. Quemé mis puentes con ellos cuando me fui, pero no puedo prometerte que no van a intentar nada. Puedo, sin embargo, prometerte que no voy a volver, nunca. Mi lugar está aquí, contigo.

 

Taehyung parecía fundirse en los brazos de Yoongi. Se recostó contra Yoongi y hundió el rostro en su cuello. Eso era suficiente para Yoongi.

 

 Es justo aquí un poco más a la izquierda ―dijo Jin, señalando la ventana del frente―. El camino de entrada con la valla blanca. El señor Drummond sustituyó el cercado hace unos tres años, al mismo tiempo que arregló el techo del granero.

 

Yoongi se inclinó hacia adelante para ver hacia donde señalaba Jin. Podía ver el camino por delante, y como había dicho Jin, vallas blancas nuevas bordeaban la propiedad. Había un montón de árboles rodeando el camino, pero más allá de los cercados, los campos pedían que los ocuparan.

 

Mira eso, Yoongi ―murmuró Taehyung, su voz llena de asombro, cuando ellos giraron por el camino―. ¿Alguna vez viste algo tan perfecto?

 

Yoongi miró a la cara animada de Taehyung. Sin ni siquiera ver más de la propiedad sabía, sólo por la mirada emocionada en la cara de su compañero, que comprarían el lugar. Su pequeño compañero parecía hipnotizado.

 

Yoongi no podía culparle. El lugar parecía espectacular. Namjoon los llevó por un largo camino, campos cercados a ambos lados. Había unos cuantos árboles aquí y allá en el campo, pero aparte de eso, ellos estaban desnudos a excepción de la intensa hierba verde.

 

Llegaron a un gran espacio abierto en el extremo del camino. Una blanca, casa antigua de dos pisos asentada directamente en frente de ellos. Parecía ser una típica casa de granja a la moda antigua, pero eso era todo lo que era típico de ello.

 

 Ventanas del estilo de puertas francesas enmarcadas por verdes postigos. Una puerta en medio de un porche de madera que corría a lo largo de la parte delantera de la casa. Un pequeño arriate se alineaba en la tierra delante de la terraza a excepción de la zona de dos pasos que conducía hasta el porche. Y un brasero hecho de piedras de río, se podía ver a un lado de la casa.

 

A la izquierda de la casa había un granero enorme y la zona del establo. Yoongi podía imaginarse poniendo sus dos caballos allí y añadiendo más con el paso de los años. En unos pocos años, podía conseguir una manada de caballos importante.

 

Mira este lugar, Yoongi ―dijo Taehyung, rompiendo la fascinación de Yoongi con la zona del establo―. ¿Puedes imaginarte a cualquiera queriendo marcharse de aquí?

 

Yoongi sonrió, acariciando la pierna de Taehyung.

 

―No, dulzura, no puedo.

 

Namjoon detuvo la camioneta y se bajó. Tiró el asiento hacia adelante.

 

―¿Vamos? —Salió sujetándole las muletas a Taehyung. Las apoyó en el lado del camión y dio la vuelta para ayudarle a bajar del vehículo. Estabilizó a Taehyung en sus pies y luego hizo una pausa.

 

Podría llevarte, ¿sabes? ―susurró Yoongi al oído de Taehyung.

 

―¿Tal vez más tarde? ―Taehyung respondió, con un pequeño brillo en sus ojos.

 

Yoongi sonrió y lo puso de pie. Le dio las muletas y esperó a que las tomara antes de pasar hacia la casa. Mantuvo la mano en la espalda de Taehyung todo el tiempo.

 

El lugar se está vendiendo por un sueño de precio ―dijo Jin desde la parte superior de la escalera―. Si necesitas financiación, estoy seguro de que podemos pensar en algo. El señor y la señora Drummond sólo quieren deshacerse del lugar. Creo que están tratando de comprar un condominio en Florida.

 

 Yoongi miró hacia arriba, esperando a Taehyung para subir por las escaleras.

 

―¿Cuánto hace que los Drummond vivían aquí?

 

Los Drummond han estado aquí desde siempre ―dijo Namjoon―. No sé exactamente cuánto tiempo, pero han estado aquí desde que nací, sé que mucho. El abuelo del Sr. Drummond nació aquí, así que imagino que esta porpiedad ha sido de su familia desde hace varios años.

 

―¿Y ellos simplemente se marcharon? ―preguntó Taehyung.

 

Yoongi frunció el ceño. Podía oír a Taehyung respirando con dificultad. No le gustaba la cantidad de energía que le había llevado el subir las escaleras. Cuando se mudaran a la casa, si tenían que ir de arriba abajo por la escalera, llevaría a Taehyung.

 

Oh ―susurró Taehyung, haciendo un alto mientras miraba alrededor de la gran área abierta dentro de la casa.

 

Yoongi se sentía un poco aturdido. El exterior de la casa tenía una apariencia de tipo de casa de campo. El interior había sido totalmente rediseñado y redecorado. Los colores parecían simples, paredes simples, blancas, pisos de madera dura de roble.

 

Todo lo demás se había cambiado. A Yoongi le pareció que lo que habían sido varios cuartos diferentes, fueron convertidos en una gran sala abierta. La sala de estar se situaba a un lado de la gran sala, la cocina y el comedor en el otro.

 

Más allá de la sala había unas cuantas puertas. Una chimenea de piedra de río grande se asentaba en el medio. El techo de la sala parecía que se hubiera levantado y abovedado. Yoongi se imaginó que cualquier sala de estar que hubiera habido por encima de él ya no existía.

 

 Un conjunto de escaleras se ubicaban contra una pared del comedor. A Yoongi no le gustaba la idea de que Taehyung tuviera que usar las escaleras para ir y venir. Estaría agotado después de sólo unos cuantos viajes. Por mucho que le gustaba el lugar, y así era, no podría llegar a ser el lugar adecuado para ellos.

 

Vamos ―dijo Jin, con la emoción en su voz―. Hay algo muy especial aquí que quiero enseñarles.

 

Yoongi y Taehyung siguieron a Jin por la sala a una de las puertas en el lado opuesto. Jin prácticamente rebotó donde se encontraba.

 

Te va a encantar esto.

 

Jin abrió la puerta y los condujo a una gran habitación. Yoongi vio cómo un conjunto de puertas dobles de cristal cubrían una pared, dos ventanales franceses en otro. En la tercera pared había una puerta de madera sólida, y en la cuarta pared la puerta en la que ellos estaban.

 

Esto es muy agradable, Jin ―dijo Yoongi.

 

Esa no es la mejor parte. La llamaron “la habitación de la suegra” ―dijo Jin mientras corría hacia la puerta del otro lado del cuarto―. La señora Drummond madre se quedaba en este cuarto. No era cambiaformas. Los Drummonds remodelaron el cuarto de baño para ella y su andador.

 

La boca de Yoongi se abrió. El baño había sido remodelado con barras de metal al lado del inodoro, de la bañera muy grande y en el interior de la cabina de ducha independiente. Parecía un baño de ensueño para cualquier persona que pudiera tener alguna discapacidad. Era perfecto.

 

Hay una oficina fuera de la cocina ―continuó Jin―. No es tan grande como esta sala, pero creo que te resultará más que suficiente para tus necesidades, Yoongi. También hay dos dormitorios más y un baño arriba, sólo en caso de tener compañía.

 

 Mientras que volvían de regreso a la habitación principal y exploraban el resto de la primera planta, Yoongi no podía dejar de preguntarse cómo había sido tan enormemente afortunado. Jin dijo que conocía el lugar perfecto para ellos, pero Yoongi no tenía idea de que sería tan perfecto.

 

El interior de la casa estaba abierto y bien equipado para Taehyung. Él sería capaz de moverse sin ningún problema, incluso si Yoongi no estaba allí para llevarlo a todas partes. Entre la habitación especialmente equipada y un baño para Taehyung, la oficina de Yoongi, y los acres de tierra para los caballos, era más de lo que Yoongi nunca soñó que tendría.

 

Yoongi envolvió sus brazos alrededor de Taehyung cuando salió al porche delantero. Desde donde estaban, la mayor parte de los campos cercados podían verse a ambos lados del camino. Por supuesto, había más árboles alrededor de la casa, algunos de ellos bloqueando su vista, pero Yoongi imaginó que ellos darían buena sombra a la casa en el verano.

 

―¿Qué te parece, dulzura? ―preguntó Yoongi―. ¿Crees que tu perro puede ser feliz aquí?

 

―¿Mi perro?

 

Mencionaste que querías un perro, ¿recuerdas? ―le recordó Yoongi―. Y no creo que realmente puedas tener una finca sin uno.

 

Miró a Namjoon, guiñando un ojo.

 

―¿No es verdad, Namjoon? ¿No hay alguna ley o algo que indique que tienes que tener un perro si eres dueño de una granja?

 

Sin pestañear, contestó Namjoon.

 

―Oh, sí, está en las Leyes del Condado. Cada dueño de una finca debe tener un perro. Ayuda a reducir la población de ratas y todo.

 

―¿Ratas?

 

 Del tipo de dos piernas ―Namjoon sonrió―. Incluso puede ser que desees pensar en tener un segundo perro por si acaso.

 

Yoongi vio a Taehyung fruncir el ceño.

 

―Tú no tienes perro. ―señaló Taehyung.

 

No, pero yo no necesito perro ―respondió Namjoon con una sonrisa―. Tengo a Jin.

 

Bueno, dulzura ―preguntó de nuevo Yoongi―. ¿Deberíamos quedárnosla y darle a tu perro un lugar para correr y jugar?

 

―¿Nos podemos permitir esto Yoongi? ―susurró Taehyung―. No tengo mucho dinero, la mayoría de mis ahorros se fueron en mis gastos médicos.

 

No quiero que te preocupes por el dinero, Taehyung ―dijo Yoongi, un resquicio de ira se disparó a través de él con la idea de que Taehyung había agotado su dinero duramente ganado para pagar sus facturas médicas―. Tengo suficiente para cuidar de nosotros dos.

 

Yoongi agarró la barbilla de Taehyung y ladeó la cabeza hacia la suya.

 

Sólo necesito saber si puedes ser feliz aquí conmigo.

 

Y mi perro.

 

Yoongi sonrió. Una chispa brillaba en los ojos de Taehyung otra vez.

 

―Y tu perro.

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CAPITULO 8

Amanecía. Jin y Namjoon se despedían de Taehyung Y Yoongi.   El destino los separaba una vez más.   Yoongi y Taehyung se quedaron en...