domingo, 1 de mayo de 2022

CAPITULO 6

 ―¿Cómo está él, señor?

 

Yoongi sonrió.

 

Está bien, Albert. Sólo necesitaba un poco más de sangre.

 

―¿Logró que bebiera?― preguntó Albert, escaneando rápidamente el cuerpo de Yoongi hasta que sus ojos se posaron en su muñeca. Hizo una mueca ante la gasa blanca que cubría la muñeca de Yoongi.

 

Está bien, Albert ―dijo Yoongi―. Logré que bebiera lo suficiente para que tenga un mejor color y ya no se ve tan demacrado. Va a estar bien.

 

―¿Sabe qué le sucedió, señor?― preguntó Albert―. ¿Alguien lo envenenó otra vez?

 

Yoongi negó con la cabeza.

 

No, no lo creo, Albert.

 

―¿Entonces por qué estaba tan enfermo?

 

Yoongi frunció el ceño, mirando hacia abajo a sus manos. De todas formas, incluso en su propia cabeza parecía un idiota. Taehyung le había explicado sobre el acoplamiento y sobre beber su sangre. Lo sabía antes de irse, que Taehyung podría estar en peligro. Y de todos modos se fue.

La condición actual de Taehyung era su culpa. No era de extrañar que el hombre no quisiera tener nada que ver con él. Él no lo querría si estuviera en la misma posición. Mentir parecía algo pequeño en comparación.

 

―¿Señor?

 

Sólo necesitaba un poco de sangre, Albert.

 

Pero traté de conseguirle un donante, señor ―dijo Albert―. Se enfadó tanto conmigo. Me echó fuera de sus aposentos y se rehusó a abrirle la puerta a quien fuera.

 

Sí, sobre eso… ―Yoongi fue evasivo. Inclinó la cabeza por un momento y luego miró a Albert, sintiéndose increíblemente incómodo―. Ahora soy el único que le puede dar sangre.

 

Pero eso quiere decir… ―Albert palideció. Sus ojos se abrieron. Luego pareció recobrar el control de sus sorprendidas emociones. Inclinó la cabeza con una ligera reverencia―. Alteza.

 

Oh infiernos, Albert ―dijo Yoongi―. Aún soy un hombre lobo.

 

Puede ser así. Sin embargo, como el compañero del Príncipe Taehyung, ahora es su consorte, y como tal debe ser tratado apropiadamente.

 

Yoongi hizo rodar sus ojos. Esto sólo se ponía mejor y mejor. Necesitaba un título tanto como necesitaba un agujero en la cabeza. Primero, no sabía nada sobre ser de la realeza. Se sentía más cómodo en una barbacoa en el jardín.

 

Por supuesto necesitamos planificar la ceremonia de compromiso y presentarlo al aquelarre. ―continuó Albert. Yoongi podía ver los engranajes moviéndose en la cabeza de Albert. Prácticamente salía humo de sus oídos―. Tal vez un cóctel.

 

Albert, detente ―dijo rápidamente Yoongi―. Nada de fiestas. Taehyung no está en condiciones de ir a fiestas con nadie.

 

Pero Alteza, tenemos que hacer una ceremonia de compromiso. ―Albert parecía como si fuera a caerse―. Simplemente es así como deben hacerse las cosas.

 

Yoongi suspiró.

 

Está bien, te diré algo. Puedes planear la ceremonia de compromiso, pero eso es todo. ¿Entendido?

 

Albert asintió rápidamente.

 

Ahora Taehyung necesita descansar ―continuó Yoongi―. Tú planéala y te haré saber cuándo Taehyung puede asistir. ¿Está bien para ti?

 

Oh, sí, Alteza. ―Albert sonrió radiante―. Usted es muy comprensivo, señor.

 

Jungkook rompió en carcajadas, apoyándose en el mostrador como si lo necesitara o podría caerse al suelo.

 

―¿Él es muy comprensivo? Espera a que vivas con él un tiempo. Esa opinión podría cambiar.

 

No fue hasta que Jungkook dijo las palabras que Yoongi se dio cuenta que estaba acoplado con un Príncipe vampiro, él dejaría a su manada para vivir en un aquelarre de chupasangres. Yoongi se estremeció. Eso podría ser interesante.

 

―¿Yoongi?― dijo Jungkook, apoyando sus manos en los brazos de Yoongi, mirándolo preocupado―. No quise decir nada con eso.

 

Yoongi sonrió, dándole palmaditas en la mano a Jungkook.

 

Lo sé, entrometido. No fue por eso. Me acabo de dar cuenta que tendré que dejar Wolf Creek. Supongo que cuando descubrí que Taehyung era mi compañero nunca consideré eso.

 

Oh ―Jungkook se mostró pensativo un momento―. ¿No hay manera de que puedas seguir viviendo aquí? ¿Tal vez Taehyung esté de acuerdo en vivir aquí con nosotros?

 

No, dulzura, él es el Príncipe de su aquelarre ―dijo Yoongi―. Lo correcto es que él esté allí con ellos. Y yo… yo necesito…

 

Y tú eres su compañero ―Jungkook terminó por él―. Necesitas estar con él.

 

Yoongi asintió.

 

Sí, eso suena bastante exacto.

 

Entonces, ¿Qué vas a hacer?

 

Yoongi se encogió de hombros.

 

―¿Las maletas?

 

―¿No crees que deberías poner a tu pareja nuevamente en pie antes de hacer planes para mudarte con él?― preguntó Jungkook, con una pálida ceja rubia arqueada a modo de pregunta.

 

Yoongi se rió fuertemente.

 

Eso probablemente sea una buena idea.

 

―¿Cómo de mal está?

 

Yoongi negó con su cabeza.

 

No tengo ni idea. Antes de Taehyung, nunca había estado cerca de un vampiro. No tengo ni idea de qué necesita o cuánta sangre necesita para estar normal, lo que sea que signifique estar normal. Normalmente es tan pálido, es difícil de decir.

 

―¿Si me permite, señor?― preguntó Albert.

 

Yoongi lo miró, asintiendo.

 

Si el Príncipe bebe sangre de hombre lobo, con unas pocas veces bastará para que vuelva a la normalidad. Dependiendo, por supuesto, de cuanto consuma en cada mordisco, Alteza.

 

Por supuesto.

 

Si usted ya lo ha alimentado una vez, señor, debe estar en camino para volver a la normalidad ―dijo Albert―, la sangre de hombre lobo es mucho más potente que la sangre humana.

 

Jungkook resopló.

 

Eso he oído. ―Yoongi hizo una mueca.

 

Albert miró hacia atrás y adelante entre Yoongi y Jungkook.

 

―¿Dije algo malo, señor?

 

No, no exactamente, Albert ―contestó Yoongi―. La hermana de Taehyung hizo un pacto con algunos miembros de nuestra antigua manada para vender sangre de hombres lobos. Ella atacó a Jimin, nuestro Alfa y a Jungkook, antes de que nos mudáramos aquí. Trató de matarlos para sacarlos del camino porque ellos se oponían a su plan. Así fue como murió.

 

Una estupidez, si me lo pregunta ―contestó Albert―. La Princesa Wendy no era más que un dolor de cabeza para el Príncipe Taehyung. Siempre se estaba metiendo en un problema u otro. Sólo me sorprende que alguien no la matara antes.

 

―¿Oh?

 

No me gusta hablar mal de los muertos, pero esa mujer era malas noticias ―dijo Albert―. Siempre pensó que su estatus la hacía mejor que todos los demás, que las leyes que gobernaban a nuestra gente no se aplicaban en ella.

 

Albert negó con su cabeza, con los labios fruncidos.

 

Ella nunca entendió que la familia real está ahí para guiar a las personas, para cuidar de nosotros. El Príncipe Taehyung entiende eso. Sabe que es su deber enseñarnos la diferencia entre el bien y el mal.

 

―¿Crees que esa podría ser la razón por la cual fue envenenado?― preguntó Yoongi―. ¿Podría alguien quererlo fuera del camino, así ellos podrían gobernar el aquelarre a su antojo?

 

Si la Princesa Wendy aún estuviera con vida, habría dicho que ella sería la candidata perfecta para eso. A ella nunca le gustó la idea de que el Príncipe Taehyung reinara en el aquelarre y no ella.

 

―¿Porque es una chica?

 

No, porque ella nació en segundo lugar ―dijo Albert―. El primero que nace siempre gobierna. Sin importar si el primogénito es hombre o mujer. Sólo importa quien llega primero.

 

Entonces, ¿Si la princesa elimina a su hermano matándolo?― preguntó Yoongi―, ¿Sería ella la siguiente en gobernar?

 

Albert asintió.

 

El aquelarre debe ser regido por un miembro de la familia real. Si el Príncipe Taehyung muriera, Wendy habría heredado el aquelarre.

 

Si Wendy está muerta y luego Taehyung es asesinado, entonces, ¿Quién queda como heredero?

 

Albert frunció el ceño.

 

No estoy seguro. Ellos son los únicos niños nacidos de su padre, y su linaje siempre fue sucedido por el noble que gobernara antes de ellos. Él gobernó por más de doscientos años antes de su muerte.

 

―¿Qué hay de su madre?

 

―¡Esperen!― gritó Jungkook―. ¿Me estás diciendo que tu gente muere de vejez? Pensé que eran inmortales o algo así.

 

Sólo en las películas de Hollywood ―respondió Albert, sonriendo ligeramente antes de borrar la sonrisa de su rostro―. No, tendemos a vivir más tiempo, pero podemos morir al igual que todos los demás. Aunque los miembros de la familia real tienden a vivir más que los miembros normales de nuestro aquelarre. El padre del Príncipe Taehyung vivió hasta los setecientos cuarenta y tres años.

 

―¿Cómo murió?― preguntó Jungkook.

 

Fue atacado y asesinado por el Príncipe de otro aquelarre. ―Albert se encogió de hombros―. Eso pasa.

 

―¿Mucho?― preguntó Yoongi―. ¿Podría ser ese el motivo por el que alguien envenenara a Taehyung?

 

Nuestro aquelarre es un aquelarre muy deseado. Taehyung tiene mucho territorio e incluso mucha influencia ―contestó Albert, palideciendo un poco―, supongo que todo es posible.

 

―¡Joder!― soltó Yoongi. Miró a Albert, con la certeza de que alguien quería sacar a Taehyung de la foto. Por lo que al traer al Príncipe a Wolf Creek podría haberle salvado la vida.

 

Envenenaron su vino, Albert ―dijo Yoongi―. Lo olí con mi propia nariz. ¿Quién podría haberlo hecho? ¿Hay alguien en el aquelarre que tenga resentimiento contra Taehyung o que piense que ellos tienen derecho a su reino?

 

La frente de Albert se arrugó mientras pensaba. Finalmente, después de unos momentos, negó con su cabeza.

 

No. Todo el mundo lo ama. Nuestro aquelarre ha prosperado bajo el reinado del Príncipe Taehyung, más de lo que lo había hecho en siglos. No puedo pensar en alguien que quiera lastimarlo.

 

―¿Qué hay de mí? Se suponía que bebería el vino junto a Taehyung. Además de todo el asunto del hombre lobo, ¿Habría otra razón para tratar de matarme?

 

Si alguien sabía que los dos estaban acoplados, sí.

 

Yoongi negó con su cabeza.

 

Nos acoplamos hasta después de eso.

 

―¿Se lo dijiste a alguien antes de acoplarse?― acotó Jungkook.

 

Está bien, ahí fue cuando sus problemas empezaron. Yoongi no tenía ni idea. Taehyung podría habérselo dicho a todo el mundo y Yoongi no lo sabía. El hombre ya había sido envenenado y se había recuperado para el momento en que se acoplaron.

 

Yo no se lo dije a nadie, pero Taehyung podría haberlo hecho ―finalmente contestó.

Albert negó con su cabeza.

 

No, yo habría sido el primero a quien se lo dijera, y nunca lo hizo.

 

Eso hizo que Yoongi se sintiera aun peor. Aparentemente Taehyung no le había dicho a nadie que ellos estaban acoplados. Ya sea porque no le importaba o porque no quería que nadie lo supiera. Yoongi no estaba seguro de qué hacer sobre eso.

 

―¿Crees que tu compañero estará ya despierto para responder algunas preguntas?― preguntó Jungkook―. Podría darnos una mejor idea de quién está detrás de él.

 

Yoongi asintió.

 

Esa probablemente sea una buena idea. Iré a ver como está y veré si está despierto.

 

Se dirigió a su dormitorio, frotando sus manos sudorosas en los jeans. No sabía qué decirle a Taehyung. Era obvio incluso para Yoongi que ellos eran físicamente compatibles. Era fuera de la cama donde parecía que tenían un problema.

 

Si pudieran superar todo esto, Yoongi sabía que ellos podrían ser una pareja formidable. El poder superarlo parecía ser el problema. Yoongi aún no confiaba en que él no mintiera, pero eso palidecía en comparación a su culpabilidad ante la condición de Taehyung.

 

Taehyung no podría vivir sin él. La transgresión de Yoongi había puesto en peligro la vida de Taehyung. El que Taehyung mintiera sólo era frustrante. ¿Qué parecía ser peor? Yoongi sabía que lo suyo. Taehyung tenía todo el derecho a no querer nada con él.  Yoongi esperaba que su compañero fuera más indulgente que él. Abriendo la puerta del dormitorio, caminó a un lado de la cama. Odiaba molestar a Taehyung. Él necesitaba descansar, pero Yoongi necesitaba respuestas y sólo Taehyung podía darlas.

 

Se inclinó para agarrar y sacudir el hombro de Taehyung, pero su mano sólo se hundió en las mantas. Yoongi frunció el ceño. Tomó el borde de la manta y tiró hacia atrás por completo para encontrar la cama vacía.

 

Su mente era una nube de confusión, Yoongi miró alrededor de la habitación. Todo estaba donde debería estar. Nada parecía estar fuera de lugar… excepto la puerta doble, que estaba abierta. Yoongi se puso de pie de un salto y corrió hacia la puerta.

 

Abriéndolas, con la esperanza de ver el apuesto rostro de Taehyung, Yoongi se sorprendió al no ver nada más que el bosque detrás de su casa. Parecía que no había señales de lucha, no habían forzado la entrada, ninguna señal de nada. Ni siquiera de Taehyung.

 

Yoongi cerró las puertas y se dirigió a la cocina donde Albert y Jungkook esperaban.

 

Taehyung se fue.

 

―¿Se fue?― preguntó Jungkook.

 

Se ha ido, perdido, lo que sea. Él no está aquí ―dijo bruscamente Yoongi―. Regresé al dormitorio y sus mantas estaban apiladas en la cama, pero él no estaba ahí. Las puertas del patio estaban abiertas, pero no había señales de él.

 

―¿Podría alguien habérselo llevado, señor?

 

No lo sé ―contestó Yoongi. Se paseaba por la cocina, empujando su mano por su cabello―. Quiero decir, supongo que alguien podría haber entrado y llevárselo, pero habríamos sentido su aroma, ¿verdad?

 

Se detuvo y miró a Jungkook y a Albert.

 

―¿Verdad?

 

Jungkook asintió rápidamente.

 

Albert simplemente se encogió de hombros.

 

No lo sé, señor. Yo no soy un hombre lobo.

 

Eso quiere decir que Taehyung se fue por su propia cuenta. ―susurró Yoongi. La conversación de antes se repetía en su mente. Taehyung quien prefería morir que estar acoplado a él. Yoongi pensó que sólo estaba enfadado. Nunca se imaginó que su compañero podría hablar en serio.

 

Debemos llamar a Jimin.

 

Yoongi miró a Jungkook y asintió, agradeciendo que alguien estuviera usando la cabeza. No podía dejar de pensar en las palabras de Taehyung. ¿Su compañero lo odiaba tanto que prefería morir a estar con él?

 

¡Espera! Él dijo que no lo odiaba, de hecho dijo justo lo contrario. Lo opuesto al odio es el amor, ¿No es así? ¿Pero si Taehyung lo amaba, por qué se iría? Yoongi frotó sus manos sobre su rostro mientras se llenaba de angustia. Sabía la respuesta.

 

Taehyung se fue porque sintió que no tenía otra opción. Yoongi hizo todo lo posible, incluso dijo abiertamente las palabras, diciéndole a Taehyung que ellos nunca tendrían una relación. El hombre no tenía ninguna razón para quedarse y era lo suficientemente orgulloso para no rogar.

Yoongi se sintió como el idiota más grande del mundo. Mientras más pensaba en ello, más sabía que toda esta situación recaía completamente en sus hombros. Necesitaba encontrar a Taehyung antes de que se metiera en más problemas de los que ya tenía.

 

Voy a buscar a Taehyung ―dijo Yoongi―, llama a Jimin, luego a Dowoo y dile a ambos qué es lo que está pasando. Llevo mi móvil conmigo. Si encuentras a mi compañero, llámame.

 

―¿Pero qué sucede, Yoongi?― gritó Jungkook mientras Yoongi se dirigía a su dormitorio―. ¿Qué debo decirles?

 

Yoongi se detuvo. Miró sobre su hombro a Jungkook.

 

Diles que mi compañero vampiro está perdido en un valle lleno de hombres lobos y sin ninguna protección.

 

Taehyung sentía frío, frío hasta en los huesos. No podía recordar haber estado así de frío, y había pasado una década en Siberia. Se sentía congelado. Envolvió sus brazos a su alrededor, pasando sus manos arriba y abajo por sus antebrazos para calentarlos. No sirvió de nada.

 

Parecía que nada ayudaba. Hacía un rato su visión empezó a ser borrosa y ahora veía grandes puntos que se movían. Si recordaba algo de lo que le habían advertido cuando era niño, era que la falta de sangre pronto podría conducirlo a la ceguera total y entonces estaría jodido.

 

También había otros efectos secundarios por la falta de sangre, como la pérdida de sus sentidos. Eventualmente se le haría difícil mover sus manos y piernas, luego estaría muy cansado, con ganas de acostarse y dormir. Aunque si se dormía, nunca despertaría.

 

Eso, por supuesto, era asumiendo que no se volviera salvaje y atacara a alguien. Desde luego, ahora sólo podía beber la sangre de Yoongi, pero de todas formas su instinto de cazador todavía le obligaría a encontrar una fuente de sangre.

 

¿Y no sería eso perfecto? Ahora que estaba acoplado con Yoongi, tomar sangre de cualquier persona excepto su compañero podría volverlo loco y tendría que ser sacrificado por la seguridad de todos los que lo rodeaban.

 

Su vida sólo se ponía más interesante a cada segundo. Estaba en medio de un valle lleno de hombres lobos y en peligro de atacar a uno de ellos. Haría un montón de amigos de esa manera.

Para colmo, estaba perdido. No sabía dónde estaba, o a donde se dirigía. Podría estar caminando hacia el límite del territorio de la manada de Wolf Creek o directo al centro de ella. De cualquier manera en que lo mirara, estaba jodido.

 

Oye ―dijo una voz detrás de él, haciendo que Taehyung saltara ―, ¿estás bien? ¿Necesitas ayuda?

 

Taehyung se dio la vuelta para ver a un hombre joven, de cabello rubio rojizo, quieto detrás de él. Retrocedió lentamente, no muy seguro de cuan peligroso podría ser. Olió el aire, pero su sentido del olfato había disminuido con el resto de sus sentidos. 

 

Mi nombre es Minho ―dijo el joven―, Choi Minho. ¿Puedo ayudarte?

 

Taehyung negó con la cabeza.

 

No te ves muy bien. ¿Quieres sentarte? ¿Necesitas un poco de agua o algo?― con cada palabra, Minho se acercaba lentamente hasta que casi estuvo en frente de Taehyung.

 

Soy un vampiro. ―Taehyung esperaba que el hombre joven se asustara o al menos se alejara de él. No lo hizo. Sonrió y le tendió la mano.

 

Eso es genial ―dijo Minho―, yo soy un hombre lobo.

 

Taehyung frunció el ceño. Minho no estaba reaccionando de la manera en que pensó que lo haría un hombre lobo. No se estaba encogiendo de miedo. Ni siquiera estaba corriendo y gritando que había un vampiro en el valle.

 

―¿Estás seguro que no quieres sentarte y tomar un poco de agua?― preguntó Minho―. Parece que estuvieras a punto de derrumbarte sobre tus pies.

 

No, no. Tengo que irme ―dijo Taehyung mientras se alejaba otra vez de Minho―. Necesito llegar a casa. ―Se dio vuelta y empezó a caminar. Necesitaba alejarse de ese chico antes de que hiciera algo verdaderamente estúpido. Sabía que estaba acabado. No quería llevarse a nadie con él.

 

Aunque Minho parecía no entenderlo. Taehyung gruñó cuando el chico dio un paso hacia él, con sus manos en los bolsillos.

 

Entonces, ¿dónde está tu casa?― preguntó Minho.

 

Muy lejos de aquí.

 

Sí, me lo imaginé ―dijo Minho―. ¿Cómo es ser un vampiro y todo eso?

 

Taehyung no pudo evitar reírse. El chico parecía ser imperturbable.

 

Yo tampoco soy de aquí ―dijo Minho―. De hecho acabo de mudarme.

 

Taehyung no dijo nada. Si se quedaba callado, tal vez el chico entendería la indirecta y se iría. Cuando ignorar a Minho no funcionó, se detuvo y se giró para mirarlo.

 

―¿Vas a dejar de seguirme?

 

Minho frunció el ceño.

 

―¿Quieres que lo haga?

 

Está bien, añadiría ser el mayor canalla del mundo a su lista de ofensas.

 

No, supongo que no. Sólo es que no estoy seguro de que andar conmigo te granjee el cariño de tus vecinos.

 

Minho bufó.

 

Como si me importara impresionar a los vecinos. Como dije, acabo de mudarme aquí. No conozco a nadie excepto a mi antiguo Alfa, Jimin, a su compañero, Jungkook y a Yoongi.

 

La respiración de Taehyung quedó atrapada en su garganta.

 

―¿Conoces a Yoongi?

 

Por supuesto, él era el beta de mi antigua manada ―dijo Minho―. Tuvimos que mudarnos aquí cuando un grupo de personas de nuestra manada fueron asesinadas. ―Se encogió de hombros―. Esto está bien, pero extraño mi hogar.

 

Minho era uno de los compañeros de la antigua manada de Yoongi. Tenía que ser. Aquella manada de la que, la hermana de Taehyung, era la responsable de que Minho tuviera que mudarse.

 

Recuerdas que soy un vampiro, ¿verdad?

 

Minho asintió.

 

―¿Y no tienes miedo de mí?

 

―¿Vas a hacerme daño?― preguntó Minho.

 

No a propósito, pero debes saber que la mujer que asesinó a la mayoría de tu manada era mi hermana. ―Taehyung miró de cerca a Minho―. ¿No te molesta?

 

Bueno ―dijo Minho―. Me imagino que si no me asesinaste en el acto, entonces no lo vas a hacer. Con respecto a que tu hermana exterminara a los miembros de mi manada, esa fue ella, no tú. Nadie debe ser responsabilizado por las acciones de otros.

 

Taehyung quedó boquiabierto.

 

―¿Siempre eres tan comprensivo?

 

Minho se encogió de hombros.

 

Claro. ¿Por qué no serlo?

 

Porque nadie piensa como tú.

 

Tal vez deberían ―respondió Minho―. Nadie debería ser responsabilizado por las acciones de otros. No podemos controlar lo que otros hacen. Sólo podemos responsabilizarnos por nuestros propios actos.

 

Taehyung sintió como si estuviera hablando con alguien mucho mayor que él. Las palabras de Minho eran las de un hombre sabio y le hicieron sentir como si tuviera tres años. También lo hizo sentir inferior a la suciedad, porque sus actos, hasta el momento estaban lejos de ser honorables.

No sólo se propuso seducir a Yoongi desde el principio, se había asegurado de que el hombre no tuviese opción.

 

¿Qué decía eso sobre él y sus acciones? Es cierto, no había forzado a Yoongi, pero se había asegurado de que estuviera de acuerdo. No había tenido en cuenta las objeciones que pudiese tener Yoongi. Simplemente no le había importado. Lo vio, lo quiso y lo tomó.

 

¡Era un imbécil!

 

De repente, unos brazos lo envolvieron y Minho lo ayudó a acercarse a un pequeño banco de madera.

 

No tienes muy buen aspecto, amigo.

 

No me siento muy bien.

 

Minho dejó caer sus manos y se recostó un poco en el banco.

 

―¿Quieres hablar de ello? ―preguntó―. Soy un gran oyente.

 

Taehyung se encogió de hombros. No estaba seguro de qué decir exactamente. Había tenido el regalo más precioso del mundo en sus manos y lo había arrojado lejos porque actuó como un idiota pomposo.

 

―¿Conoces a Yoongi?

 

Por supuesto.

 

Es mi compañero. ―A Taehyung le gustó la forma posesiva en que sintió esas palabras en sus labios. Le daba una conexión con su compañero, aunque nunca sería capaz de hacerla realidad y completar esa conexión.

 

Eso es más que genial ―dijo Minho―. Aún estoy buscando a mi compañero.

 

Lo encontrarás.

 

―¿Eso crees?― Minho sonaba esperanzado.

 

―¿Por qué no?― Taehyung se rió entre dientes―. Quien quiera que sea tu compañero, también debe estar buscándote.

 

Me gustaría pensar que así es ―contestó Minho y luego se rió―. ¡Espero que sea sexy!

 

Sólo no le mientas, Minho ―dijo Taehyung―. Te dará más problemas que Beneficios.

 

―¿Eso fue lo que pasó?― preguntó Minho―. ¿Por eso no estás con Yoongi?

 

Taehyung asintió con la cabeza, pero le costó. Podía sentir que se estaba cansando.

 

Sí, fui un estúpido. Realmente no tuve la intención de hacerlo, pero de todas formas sucedió y ahora Yoongi no quiere tener nada que ver conmigo. No puedo decir que lo culpo. ¿Quién quiere a un compañero que miente?

 

―¿Has tratado de hablar con él? Algunas veces la comunicación puede recorrer un largo camino para corregir los errores.

 

Taehyung sintió su rostro sonrojarse con un poco de color.

 

Yoongi y yo no tendemos a hablar mucho cuando estamos cerca el uno del otro.

 

Tal vez deberías intentarlo ―lo animó Minho.

 

Taehyung negó con la cabeza antes de inclinarse nuevamente contra el respaldo del banco.

 

Eso ya no importa ―susurró, seguiría luchando hasta que no quedara ni la más mínima parte, la pequeña porción que le pertenecía a Yoongi.

 

Oye, tío ―dijo Minho. Taehyung sintió que alguien abofeteaba un lado de su rostro, pero se sentía demasiado cansado para que le preocupara quién y por qué lo estaba haciendo―. Tío, vamos, despierta.

 

Sólo voy a dormir un rato, Minho ―susurró―. Dile… dile a Yoongi que lo siento.

 

Se lo puedes decir tú mismo, tío ―dijo Minho―. Vamos, puedes beber un poco de mi sangre. A los vampiros les gusta la sangre de hombre lobo, ¿no es así?― Minho se rió entre dientes―. Por supuesto que les gusta, tu hermana lo demostró. Vamos, abre la boca.

 

Taehyung sintió que Minho presionaba su muñeca contra su boca. La alejó.

 

No puedo, acoplado, ahora sólo puedo beber de Yoongi.

 

―¡Mierda!

 

Taehyung lo encontró gracioso. Comenzó a reír. Toda la situación le divertía. Había sobrevivido más que la mayoría de los vampiros sólo para ser derribado por su propia estupidez y por la única persona predestinada a ser suya. Simplemente le parecía demasiado gracioso.

 

Oh no, tío, no pierdas la cabeza ―dijo Minho, riendo sólo un poco―. El que uno de nosotros enloquezca es suficiente.

 

Taehyung movió la cabeza, Minho era demasiado adorable. Realmente esperaba que encontrara a su compañero, y sobre todo uno bueno. Minho se lo merecía.

 

Ah, tío ―susurró Minho. Taehyung apenas abrió sus ojos ante el tono preocupado en la voz de Minho―. Hay algunos tipos que se dirigen hacia aquí, y no los reconozco. No me parecen muy amigables.

 

Taehyung volvió la cabeza para ver a un grupo con una pinta horrible dirigirse hacia donde ellos estaban. Por primera vez en mucho tiempo, el miedo lo colmó. Eran vampiros, al igual que él. Podía sentirlo. Y no estaban aquí para pedir indicaciones.

 

Vete, Minho, aléjate mientras puedas.

 

No te voy a dejar aquí ―protestó Minho―. Además, puede que sólo estén perdidos o algo así. Debes dejar de ser tan suspicaz, tío.

 

Taehyung agarró la camisa de Minho y lo agitó un poco.

 

Son vampiros, Minho y no están perdidos. Están aquí por mí. Ahora, vete.

 

Taehyung reunió lo último de su menguada energía. Podía sentir que la adrenalina le daba un pequeño empujón. Necesitaba distraer a los vampiros lo suficiente para que Minho escapara. Después de eso, podían acabar con él.

 

Se puso de pie, alisó las solapas de su chaqueta y se arregló el pelo, antes de girar para encarar a los vampiros. A propósito, se colocó entre los vampiros, que sin duda estaban aquí para asesinarlo a él, y a Minho. No sería responsable de que lastimaran al dulce joven.

 

―¿Encontraste una mascota peluda, Taehyung?― gruñó el primer vampiro. Taehyung lo tomó por el líder del grupo de cinco hombres.

 

No recuerdo haberte dado permiso para dirigirte a mí como tal ―Taehyung contestó con voz altiva―. Soy el Príncipe Taehyung para ti.

 

No para el momento en que hayamos terminado contigo ―contestó el hombre. El grupo se rió.

 

―¿Eres un Príncipe?― preguntó Minho, claramente sorprendido―. ¡Tío!

 

Minho, vete, ¡ahora!

 

Oh no. Deja que la pequeña bola de pelos se quede.

 

Taehyung miró al vampiro.

 

No lo tocarás. Minho está bajo mi protección.

 

El hombre levantó sus manos y las agitó.

 

Oh, estoy tan asustado. ¿El grande y malo Príncipe vampiro va a morderme?

 

Puede que él no ―gruñó una profunda voz detrás de Taehyung. Lo que hizo que el vello de su nuca se erizase y que su corazón latiera con alegría―. Pero yo podría.

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