La mente del lobo blanco estaba trabajando horas extras mientras corría por las calles de Wolf Creek, esquivando los coches que conducían por las calles y la gente caminando por las aceras. El miedo que se aferraba a él era casi debilitante, y si su necesidad de llegar a su compañero no fuera tan fuerte, el lobo se habría derrumbado justo en el medio de la calle.
La necesidad de llegar a su compañero comenzó como un
pequeño goteo, casi como un susurro en su mente. Se hizo más fuerte a cada
momento que el hombre se había ido hasta que el lobo no pudo ignorarlo más y
tuvo que encontrar a su compañero y protegerlo.
El lobo no sabía lo que le estaba pasando a su compañero,
pero sabía que no era bueno. Los sentimientos que fluían a través de él
hicieron que sus pelos se pusieran de punta. Le dieron ganas de gruñir, aullar
y desgarrar algo con sólo sus dientes.
Sus patas volaban sobre el pavimento mientras corría lo más
rápido que podía. Su respiración eran rápidos y superficiales jadeos mientras
corría. La necesidad de llegar junto a su compañero golpeaba en su cabeza cada
vez más y más fuerte hasta que casi estuvo cegado por el pánico.
Voló alrededor de la esquina de un edificio de ladrillo rojo
justo a tiempo para ver a un hombre golpear a su compañero en la cara. El lobo
aulló con indignación mientras veía caer a su compañero sobre una rodilla.
Cegadora y pura rabia lo llenó hasta que vio nada más que la abrumadora
necesidad de matar.
El lobo cargó contra el hombre que golpeaba a su compañero,
mordiéndolo en el brazo. El impulso de su embestida apartó al hombre lejos de
su compañero y lo llevó al suelo. El lobo gruñó y desgarró el brazo con los
dientes, jalando y tirando. El sabor amargo de la sangre cobriza le llenó la
boca al igual que los gritos agonizantes del hombre llenaban sus oídos.
Algo parecido a la euforia fluía a través del lobo por el
dolor del hombre. El hombre atacado era lo más importante en el mundo para el
lobo, su compañero. El hombre merecía morir por lo que a él respecta.
El lobo quería seguir desgarrando al hombre hasta que dejara
de respirar. Sólo el más delgado de los hilos lo detuvo antes de que el hombre
muriera. Sin embargo, le enseñó los dientes hasta que el hombre se deslizó de
nuevo para apoyarse contra la pared de ladrillo, sosteniendo lánguidamente el
brazo lesionado contra su estómago. No parecía que fuera a ir a ninguna parte.
Sabiendo que una amenaza había sido eliminada, el lobo se
volvió para encarar a los demás. Vio a un hombre de olor familiar
escabulléndose del callejón y pensó en ir tras él por dos segundos. La visión
del otro hombre golpeando con un puño la cara de su compañero parecía más
importante. Podría atrapar al hombre de olor desagradable más tarde.
El lobo corrió hacia donde su compañero estaba luchando con
el desconocido y hundió sus dientes en la pierna del hombre. El hombre tiró de
su pierna, tratando de apartar al lobo, pero se rehusó a dejarlo ir, hundiendo
más sus dientes.
Hizo una mueca cuando sintió un dolor cegador entre sus
omóplatos. El agarre que tenía en la pierna del hombre se aflojó lo suficiente
para que el hombre se librara de sus dientes. El lobo gimió cuando otro
destello cegador de dolor se sacudió a través de su costado cuando el hombre le
dio una patada en las costillas. Sintió algo romperse mientras caía al suelo.
Trató de levantar la cabeza para ver dónde estaba su
compañero, la seguridad del hombre era más importante que la agonía que llenaba
cada nervio de su cuerpo. Su compañero seguía luchando con todas sus fuerzas.
El lobo intentó ponerse de pie para ayudar a su compañero, pero en el momento
que lo hizo, su cabeza empezó a dar vueltas y su visión se puso borrosa.
El lobo gruñó, no gustándole la sensación de estar fuera de
control. La rabia todavía ardía a través de él, pero estaba siendo rápidamente
superada por el dolor que atormentaba su cuerpo. Sentía una sustancia fría y
húmeda correr por los lados del agudo dolor entre los hombros y respirar le
tomaba demasiado esfuerzo. Cada aliento era insoportable.
El lobo intentó empujar el dolor en la parte posterior de su
mente. Tenía cosas más importantes de qué preocuparse, como proteger a su compañero.
Sacudió la cabeza para librarse de la visión borrosa y luego se abalanzó y
cargó contra el individuo que iba detrás de su compañero. Él quería sangre.
—¡Yoongi!
Detente, ¡ya es suficiente!
Oyó las palabras, pero sonaban a lo lejos, casi como si alguien
le gritara a través del agua. El lobo le dio a su compañero una mirada hostil
cuando el hombre tiró de su pelaje. No entendía por qué su compañero estaba
tratando de alejarlo de aquel que estaba empeñado en dañarlos.
—Yoongi,
detente, se ha ido. Él no nos va a lastimar más.
El lobo se detuvo y se quedó mirando al hombre en el suelo.
La sangre cubría la mayor parte de sus rasgos. Heridas profundas marcaban sus
brazos y pecho donde había sido mordido. Él no se estaba moviendo. Dejó caer el
brazo en la boca y retrocedió, encorvado hacia abajo para ver si el hombre se
iba a mover de nuevo.
—Maldita
sea, Yoongi, estás sangrando por todas partes.
A pesar del dolor que se balanceaba de nuevo en su cuerpo,
el lobo sintió una alegría inmensa cuando las manos de su compañero rozaron su
piel. Se dio la vuelta sobre su costado y comenzó a jadear cuando una simple
respiración se hizo muy dificultosa. Quería sentir más del toque de su
compañero.
—¿Yoongi?
¿Bebé?
Podía oír la corriente de pánico arrastrándose en la voz de
su compañero, pero el dolor en su cuerpo comenzaba a remplazar incluso su
necesidad de proteger a su compañero. Su visión estaba empezando a hacerse
borrosa otra vez y retorcer su estómago.
Gimió y lamió la mano que se movía a lo largo de su hocico,
empujando en el toque suave. Tenía que decirle a su compañero que estaba bien,
que sólo necesitaba descansar un rato y que luego se volvería a levantar otra
vez. Sólo tenía que cerrar los ojos por unos minutos... eso era todo... sólo unos
pocos...
Tae tragó el nudo de miedo que se alojó en su garganta
cuando los profundos ojos celestes de Yoongi lentamente se cerraron. Nuevamente
pasó la mano por el hocico de Yoongi.
—¿Yoongi? Vamos, lindo bebé, abre los ojos. Vamos, mírame,
por favor, Yoongi.
Podía sentir las lágrimas reunirse en la esquina de sus ojos
cuando Yoongi no respondió a sus palabras. El pecho del lobo subía y bajaba,
por lo que Tae sabía que todavía estaba vivo, pero su respiración parecía
fatigosa. Tae recordó que uno de sus atacantes había pateado a Yoongi en el
costado. Puede que hubiese hecho más daño de lo que Tae pensaba.
El corazón de Tae dio un vuelco cuando vio el cuchillo que
sobresalía de entre los omóplatos de Yoongi. Su mano tembló mientras se
acercaba y sacaba el cuchillo. Tae lo dejó caer en el suelo y rápidamente se
sacó la camisa por la cabeza y la apretó contra la herida sangrante, tratando
de detener el flujo de sangre.
Con una mano sosteniendo su camisa sobre la herida, Tae sacó
el teléfono móvil del bolsillo y marcó a Namjoon. Necesitaba ayuda, y de una
gran forma. No sólo necesitaba llevar a Yoongi a un lugar seguro donde pudiera
recibir atención médica, había dos hombres muy lastimados en el callejón con
ellos.
—¿Namjoon?
—dijo Tae en el momento que su hermano contestó el teléfono—. Estoy en el
callejón a dos cuadras del bar, el que está entre el Coffe Time Café y la
librería. Necesito ayuda fui atacado y Yoongi vino y me salvó, pero ahora está
lesionado y hay dos tipos aquí que también están heridos y…
—Whoa,
whoa, disminuye la velocidad, hermano, y toma una respiración profunda. Voy de
camino.
El agarré de Tae en el teléfono celular se intensificó
mientras inspiraba una gran cantidad de aire. Su nariz se arrugó cuando todo lo
que podía oler era el olor cobrizo de la sangre. Aun así, le hizo sentir mejor,
más tranquilo.
—Está
bien, vi a Hoseok y dos tipos esperando en el callejón. Fui a hablar con ellos
y me atacaron.
—Espera,
pensé que habías dicho que sólo había dos tipos.
—Hoseok
escapó.
—¡Mierda!
—Te lo
estoy diciendo, Namjoon, estaba esperando por mí.
—Sí,
sospecho eso. Él está seguro que le has hecho algo a Yoongi.
Tae miró al lobo tumbado en el suelo frente a él.
— Bueno...
—Sí, sí,
entonces, dime qué más pasó. ¿Cómo es que Yoongi fue lastimado?
—Hoseok
y estos dos tipos me estaban dando una paliza y Yoongi salió de la nada. —Tae
se rio nerviosamente—. Deberías haberlo visto, Namjoon. Nunca he visto a un
lobo moverse tan rápido como lo hizo él. Sólo cargó directamente hacia estos
tipos, sin dudarlo.
—Estaba
protegiendo a su compañero.
Tae se encontró sonriendo mientras frotaba su mano libre
sobre el pelaje de Yoongi.
—Sí, supongo que así fue.
—Está
bien, estoy a la vuelta de la esquina. Ya he puesto en una llamada al doctor Jones.
Va a reunirse con nosotros en la casa. Llamé a Ben para que lleve a estos dos
tipos al hospital. Los puede mantener vigilados hasta que podamos
interrogarlos.
Tae miró a los dos hombres heridos. No le preocupaban mucho
sus lesiones. Después de todo, ellos lo habían atacado. Pero sí se preocupaba
por lo que este ataque significaría para la manada.
—¿Puedes llamar a papá también? Creo que algo de mierda
pesada está a punto de caer sobre nosotros.
Tae se encogió cuando escuchó a Namjoon suspirar. Su padre y
su hermano habían estado tratando de decirle desde que conoció a Yoongi que el
hombre era un peligro para la manada. Tae aún no lo creía. Si todo el mundo
sólo los dejaran solos, las cosas estarían bien. Eran las personas que se
entrometían en sus vidas las que eran un peligro.
—Sí, le
haré a papá una llamada.
—Yoongi
no hizo esto, Namjoon.
—Lo sé, Tae,
pero hay que admitir que las cosas se van a poner feas.
—Sí, y
lamento eso, pero me niego a renunciar a Yoongi. —Tae
volvió a mirar
al lobo y
tragó saliva cuando se sintió vencido por las emociones
que lo inundaban—. Él es mi compañero, Namjoon.
—Te
escucho, Tae.
—¿Lo
haces? —Tae quería gritar, pero sabía
que no ayudaría en nada a la situación. Simplemente no podía entender por qué
todo el mundo estaba colocando tantas barreras para que él estuviera con Yoongi.
La unión entre compañeros se suponía era una cosa sagrada, no que fuera tan
jodido—. ¿De verdad?
—Sí, Tae
—dijo Namjoon, con voz mucho más tranquilo —. Y voy a hacer todo lo que pueda para ayudarte, pero
necesito que entiendas el gran peligro en el que estamos metidos. Sé que Yoongi
es tu compañero, y espero que tengan muchos años felices juntos. Pero tienes
que ayudarme a mantener la manada a salvo.
—No voy
a renunciar a Yoongi, y si tenemos que hacerlo, nos iremos a otro lugar.
—Están
más seguros aquí.
—¿Lo
estamos? Tú y mi papá, ya han tratado de hacerme renunciar a Yoongi. ¿Cómo es
eso seguro?
—Estábamos
equivocados, Tae, ¿de acuerdo? — gritó Namjoon—. Nosotros la jodimos y no
respetamos el vínculo que tienes con Yoongi. Admitiré por completo eso. Pero tú
también tienes parte en esto, Tae. Te niegas a ver lo peligroso que es esta
situación.
Tae miró a los dos hombres ensangrentados que yacían en el
suelo a varios metros de él, luego de vuelta a su propio compañero.
—No, sé lo peligroso que es esto, Namjoon. Mi compañero está
aquí tumbado, sangrando por todo el lugar, posiblemente muriendo. No creo que
se vuelva más peligroso que eso.
Namjoon no respondió, pero Tae oyó el chirrido de un coche
que se detenía. Miró hacia la entrada del callejón y vio a Namjoon salir de su
SUV. Antes de que incluso hubiese cerrado la puerta y caminara alrededor de la
parte delantera de su vehículo, Dowoo y Ben caminaban alrededor de la esquina.
Los tres hombres se apresuraron por el callejón.
Tae vio a su padre acuclillarse junto a Yoongi y mover sus
manos sobre el pelaje ensangrentado del lobo. Su rostro era sombrío, la
comisura de sus labios estaban hacia abajó en un profundo ceño.
Tae podía sentir las vibraciones de ira venir de su padre y
tragó saliva.
—Lo
siento, papá —dijo en voz baja, apretando los dedos en la piel de Yoongi.
Dowoo levantó la vista, la sorpresa hizo levantar de golpe
sus cejas.
—Lo sé, hijo, pero no te preocupes por eso ahora. Nuestra
primera prioridad debe ser Yoongi. Nos ocuparemos de las otras cosas después de
que sepamos que él está a salvo.
Tae asintió con la cabeza. Eso resumía más o menos donde
estaban sus pensamientos.
—Si puedes bajar la escotilla, voy a ponerlo en la SUV de Namjoon.
De esa manera puedo subir con él.
—¿Puedes
levantarlo por tu cuenta o necesitas ayuda?
—Yo
puedo llevarlo. —No quería que nadie más tocara a su compañero.
Tae cuidadosamente deslizó sus manos bajo Yoongi y levantó
al lobo en sus brazos. Gruñó un poco por el peso de su pareja cuando se puso de
pie, y luego llevó a Yoongi hacia la camioneta.
—Déjame
extender una manta para él.
Tae esperó que su padre abriera la escotilla trasera y luego
de extender una manta, suavemente tumbó a Yoongi en el interior del vehículo.
Rápidamente subió junto a Yoongi y levantó la cabeza de lobo en su regazo.
Yoongi aún no se había despertado y Tae estaba empezando a
estar muy preocupado. No sabía qué iba a hacer si Yoongi había resultado gravemente
herido. Estaría perdido sin Yoongi, ahora que lo había encontrado y ni siquiera
habían completado el acoplamiento aún.
—Papá,
yo… —Tae apretó los labios y negó con la cabeza. No podía imaginar la vida sin Yoongi,
aunque sólo se conocían desde hacía un par de días. Nunca tendría otra conexión
con alguien como la tenía con Yoongi.
—Vamos a
resolver esto, Taehyung.
Tae asintió con la cabeza, pero no estaba seguro de que le
creía al hombre. Todo en el mundo parecía estar conspirando para mantenerlo a
él y a Yoongi separados, y él no entendía eso. Las parejas se suponía estaban
predestinados por el destino. Así que, ¿por
qué el destino los estaba jodiendo?
Tae se apoyó contra el costado de la camioneta y acunó el
hocico de Yoongi en su regazo. Acarició suavemente un lado de su cara mientras
esperaba a que llegaran a casa de Namjoon y el médico. No sucedía lo
suficientemente rápido para él. Dejó escapar un suspiro de alivio cuando vio
que el coche del doctor estaba en la calzada, mientras conducían.
—El Doc
está aquí, Yoongi. Él te hará mejorar. — Tae sabía que Yoongi no podía
entenderlo, tal vez ni siquiera oírlo, pero tenía que intentarlo. De alguna
manera tenía que llegar a Yoongi. Tae rehusaba darse por vencido. Yoongi era
demasiado importante.
En el momento que se abrió la escotilla, Tae se deslizó
hasta el borde y salió. Se extendió nuevamente adentro y levantó a Yoongi
cuidadosamente en sus brazos. El pecho de Yoongi seguía moviéndose así que Tae
sabía que estaba vivo, pero estaba preocupado porque el hombre no había abierto
los ojos, aún, el lobo de todos modos. Él podía lidiar con todo el asunto
hombre versus lobo después de saber que Yoongi iba a vivir.
El viaje al interior de la casa fue rápido. El Doc Jones
estaba esperando en la cocina con Jin y Jisoo. La pequeña mesa de la cocina
había sido cubierta con una manta y Tae rápidamente puso a Yoongi en ella. Dio un
paso al costado, pero se rehusó alejarse de Yoongi incluso cuando el médico
arqueó una ceja.
—Es mi
compañero. No me voy.
—Entonces
sólo quédate fuera de mi camino.
Tae asintió con la cabeza y dio un paso al final de la mesa,
cerca de las patas traseras de Yoongi. Pasó suavemente su mano sobre los
cuartos traseros de Yoongi mientras observaba al Doc Jones trabajar en su
pareja. Pareció tomar una eternidad. Había tanta sangre.
Para el momento en que el doctor había limpiado la sangre,
las lesiones de Yoongi se hicieron más visibles. Tenía varios arañazos largos
en su torso y una profunda puñalada entre sus omóplatos. Eran las lesiones que Tae
no podía ver las que lo preocupaban. Recordaba claramente a uno de los hombres
que los atacaba patear a Yoongi en el costado.
—Doc,
uno de los tipos que nos atacó pateó a Yoongi en el costado varias veces.
Doc asintió con la cabeza mientras palpaba a lo largo del
costado de Yoongi.
—Sí, creo que podría tener algunas costillas rotas o
fracturadas, no hay nada que no se cure con el tiempo. Es esta herida de arma
blanca entre sus hombros lo que más me preocupa. Es muy profunda.
Tae hizo una mueca cuando el doctor sondeó la herida con los
dedos y un montón de sangre brotó de la herida y goteaba hacia abajo a través
del pelaje blanco de Yoongi. Había una parte de él que estaba agradecido de que
Yoongi no estuviera consciente de lo que estaba sucediendo en estos momentos.
El pensamiento de su pequeña pareja con dolor era inaceptable para Tae.
—¿Va a
estar bien, Doc?
—Bueno,
eso es difícil de decir, Tae. Sería mejor si sólo cambiara. Se curaría mucho
más rápido de esta manera.
—No sé
si pueda cambiar otra vez, Doc. —Tae agitó una mano a Jin, que estaba de pie
cerca del lavaplatos—. Jin dice que el lado humano de Yoongi se ha ido.
El doctor Jones frunció el ceño e hizo una pausa para mirar
a Tae.
—¿Es eso posible?
—No lo
sé. No estoy seguro de saber nada. Jin dice que el lado humano de Yoongi se ha
ido. Si eso es verdad, yo... —Tae
negó con la cabeza—. Simplemente no creo que eso sea posible. Nunca conoció a Yoongi,
así que no sería capaz de entender lo especial que es, cuánta vida hay en él.
Simplemente no lo veo yéndose, dejándome así.
—Nunca
he oído que algo como esto sucediera, así que no podría decidirme por una u
otra forma. —El doctor Jones señaló la herida abierta en la espalda de Yoongi—.
Lo que sé es que si no cambia, podría morir desangrado. Su forma de lobo no es
lo suficientemente fuerte para curar esta lesión. Él tiene que cambiar.
Tae comenzó a temblar cuando terribles imágenes de la vida
sin Yoongi comenzaron a formarse en su mente. Simplemente no parecía posible que
acabara de encontrar a su compañero para luego perderlo, todo en cuestión de
horas. Ni siquiera había sido capaz de completar el acoplamiento. Entre Namjoon
tratando de arrestarlo, su padre interrumpiéndolos, y el viaje a la casa de Namjoon
para discutir lo del padre de Yoongi, habían habido demasiadas interrupciones y
no suficiente tiempo para completar el acoplamiento.
—No
—dijo Tae mientras negaba con la cabeza—, me niego a renunciar a Yoongi. Sé que
él está aquí en algún lugar. —Tae de pronto recordó a Roane y el caminar en
sueños. Chasqueó sus dedos—. Y creo que sé cómo hacerlo.
Tae sacó su teléfono celular del bolsillo y marcó al bar
donde trabajaba. Golpeó con los dedos ansiosamente contra la mesa mientras
esperaba a que su jefe cogiera el teléfono.
—¿Bishop?
—Sí.
—Es Tae,
¿Levi está todavía allí?
—Sí,
claro, está justo aquí.
—Necesito
hablar con él.
Tae oyó un pequeño crujido, luego el acento lento y suave de
Levi.
—Ey.
—Levi,
necesito tu ayuda. Yoongi ha sido herido y necesito llegar a él muy rápido. El
Doc dice que si no cambia, puede morir. ¿Puedes hablar con tu amigo por mí?
Creo que tengo que hacer esa cosa de caminar en los sueños de la que me
hablaste.
—¿Roane?
Sí, supongo que puedo hacer eso.
—Gracias,
eso sería genial. Puedes ponerte en contacto conmigo en este número o en la
casa de Jin. —Tae dejó escapar un suspiro de alivio—. Y Levi, el tiempo es
esencial. Yoongi está decayendo con cada minuto que pasa.
—Sí, te
entiendo, hombre. Me pondré en contacto con Roane y te responderé tan pronto
como me sea posible.
—Gracias,
Levi.
Tae cerró de golpe su teléfono y lo metió de nuevo en su
bolsillo. Se inclinó sobre el mostrador y trató de calmar su acelerado corazón.
Esperaba que esta cosa de caminar por los sueños le ayudara a llegar a su
compañero porque Tae se había quedado sin ideas.
Por fin levantó la mirada hacia los rostros que lo
observaban.
—Levi y Jin tienen a este amigo, Roane, quien sabe cómo
caminar en los sueños. Levi piensa que Roane podría ser capaz de llevarme al
lado humano de Yoongi.
Jin se golpeó en la frente.
—¡Maldición! Debería haber pensado en Roane. Eso tiene mucho
sentido. ¿Levi sabe dónde se está escondiendo Roane en estos días?
—Dice
que tiene algunas ideas, pero su preocupación principal es conseguir que Roane
nos ayude.
Jin hizo una mueca.
—Sí, esa parte puede no ser tan fácil.
—¿Qué
tan mal fueron las cosas para Roane?
—Peor
que las mías.
La boca de Tae cayó abierta. No había pensado que fuese
posible que la experiencia de alguien a manos del Profesor fuera peor que la de
Jin. El hombre había sufrido un dolor inimaginable y tormento mental. Sólo con
la ayuda de Namjoon, y abundante amor, Jin se había convertido en el hombre
alegre que era hoy.
—Roane
fue uno de los proyectos especiales del Profesor. Incluso no se le permitió
asociarse con el resto de nosotros. El Profesor lo mantuvo encerrado en
confinamiento solitario por —Jin hizo el gesto de comillas en el aire con los
dedos—, su propia protección.
Tae no se sorprendió en lo más mínimo cuando Namjoon se
acercó por detrás a Jin y envolvió sus brazos alrededor del hombre más pequeño.
Namjoon era la roca de Jin, todo el mundo lo sabía. También era ferozmente
protector de su compañero.
—Dudo
que siquiera hubiese sabido de él si no hubiera comenzado a visitarme en mis
sueños. —Jin de repente se rio entre dientes mientras miraba algo en el espacio
vacío—. En el dreamspace, como él lo llama, Roane es en realidad todo un
personaje. Tiene un gran sentido del humor.
—Jin, si
esto va a ser muy duro para Roane, tenemos que encontrar otra manera. Quiero a Yoongi
de regreso, pero no a expensas de otra persona. —Tae se agachó para agarrar un
puñado del suave pelaje de Yoongi—. Yoongi nunca me lo perdonaría.
—Voy a
ayudar.
Tae miró hacia las suaves palabras para ver a un pequeño y
delgado hombre, de pelo castaño de pie en la puerta de la cocina. Levi se puso
protectoramente detrás del hombre, la madre de Tae poco más allá de Levi.
—¿Roane?
—preguntó Tae.
El joven asintió con la cabeza y dio un paso más dentro de
la habitación. Jin dejó escapar un grito de alegría y corrió a abrazar a Roane.
Namjoon gruñó y se apresuró justo detrás de Jin. Tae se rio entre dientes cuando
Jin hizo rodar ojos y dio un paso atrás en el abrazo de Namjoon.
—Neanderthal
—dijo Jin.
—¿Y? —Namjoon
se echó a reír.
—Es
bueno verte feliz, Jin —dijo Roane.
—Es
bueno ser feliz.
—¿Cómo
puedo ayudar a tu amigo?
—Oh. —Jin
se separó de Namjoon para caminar y quedarse de pie al lado de Tae—. Este es mi
cuñado, Tae, y él es su compañero, Yoongi.
Roane asintió con la cabeza y dio un paso más cerca, pero no
demasiado cerca.
—Algo
pasó y Yoongi cambió a su forma de lobo. No ha cambiado de nuevo y el doctor
cree que tiene que cambiar para sanar adecuadamente. Pensamos que podrías ser
capaz de ayudarle a alcanzar a Yoongi.
—Puede
ser, pero no puedo prometer nada.
—Roane,
tengo que ser honesto contigo —dijo Jin—. No estoy seguro de que Yoongi aún
esté aquí.
Los dedos de Tae se apretaron en el pelaje de Yoongi.
—Él todavía está aquí —gruñó. Se sonrojó cuando Roane
palideció y miró hacia él—. Lo siento, Roane, no quiero parecer enojado. Estoy
cansado de que la gente diga que Yoongi se ha ido. No es así. Sólo está
teniendo problemas para volver a casa.
Roane parecía mirarlo fijamente durante unos momentos antes
de que finalmente asintiera con la cabeza.
—Es
bueno que creas eso. Necesitas creer en eso si esperas llegar a tu Yoongi.
—¿De
verdad crees que puedes ayudarme a encontrarlo? —Tae tenía dudas. Demonios,
tenía dudas acerca de toda esta mierda psíquica. Si no fuera por Jin, habría
creído que era una tontería.
—Sólo
puedo intentarlo. —Roane frunció el entrecejo, las comisuras de los labios
giradas hacia abajo—. ¿Cuánto tiempo ha estado él de esta manera?
—Desde
ayer.
—¿Han
sido sus respuestas las habituales respuestas de un lobo?
—Eh… —Tae
miró a Jin, luego a Namjoon. No tenía la menor idea de lo que quería decir Roane
con eso.
—¿Ha
estado actuando como lo harías si estuvieras en forma de lobo?
—Oh, sí,
en su mayor parte —dijo Tae—. Sabe que somos compañeros y él es muy protector,
pero también es protector con Jin y mi madre.
—¿Sólo
ustedes tres? ¿Es eso normal?
—Ha
habido algunos, uh, problemas, con que el resto de mi familia aceptando nuestro
acoplamiento. Jin y mi madre aceptaron inmediatamente a Yoongi. El resto de mi
familia no. Yoongi casi no quiere tener nada que ver con cualquiera que no lo
haya aceptado.
—Creo
que puedo entender eso. —Roane dio un vistazo alrededor de la habitación,
luciendo un poco ansioso cuando su mirada se posó en el médico—. Voy a
necesitar un lugar tranquilo para trabajar. ¿Es posible que Yoongi sea
trasladado a uno de los dormitorios, o eso lo lastimará mucho?
—Si
tenemos cuidado, creo que puede ser movido.
Tae no perdió el tiempo. Se inclinó y recogió a Yoongi en
sus brazos y lo llevó fuera de la cocina. Podía oír los pasos de los otros que
lo seguían. A Tae no le importaba quién lo acompañara siempre que uno de ellos
fuera Roane.
Tae llevó a Yoongi escaleras arriba y por el pasillo hasta
la habitación de huéspedes que usaba cuando se quedaba, la misma en la que él y
Yoongi habían dormido la noche anterior. La cama todavía estaba sin hacer, así
que Tae esperó mientras Jin rápidamente tiraba de las sábanas y luego
suavemente puso e Yoongi sobre ellas.
—Entonces,
¿ahora qué, Roane? —preguntó mientras miraba el pequeño hombre—. ¿Cómo hacemos
esto?
—Necesito
que una persona permanezca en la habitación para mantener un ojo sobre nosotros
en caso de…
—Yo me
quedaré —dijo Levi, entrando en la habitación. Cruzó los brazos sobre el pecho,
como si retara a alguien a discrepar con él.
Una pequeña sonrisa cruzó los labios de Roane antes de que
asintiera con la cabeza y se volviera hacia Tae.
— Es necesario que te acuestes en la cama junto a Yoongi y
tienes que tocarlo de alguna manera. Eso te ayudará a llegar a él.
Tae se quitó las botas y se metió en la cama para acostarse
al lado de su compañero. Alargó la mano y cogió un puñado del pelaje de Yoongi,
dándole un suave apretón, luego pasó la mano por la cadera de Yoongi.
—Bueno,
¿ahora qué?
—Levi,
¿puedes mover esa silla cerca de la cama? — Roane señaló una silla orejera
marrón claro
que estaba cerca de la ventana—. Tengo que ser capaz de
tocar a Tae.
Levi no parecía muy contento al respecto, pero hizo lo que
le pidió Roane. Roane inmediatamente se sentó y luego asintió con la cabeza
hacia la puerta.
—Necesito que todos se vayan a excepción de Levi.
Tae observó la habitación vacía de gente, excepto por él,
Roane, Levi, y Yoongi. Una vez que la puerta se hubo cerrado, Roane se volvió
hacia él, tendiéndole la mano. Tae la tomó, nervioso por lo que iba a suceder,
pero dispuesto a intentar cualquier cosa para traer de regreso a Yoongi.
—Cierra
los ojos y comenzaremos.
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