Yoongi pudo ver a Taehyung de pie en la puerta, cuando él y Jimin
aparcaron frente a la casa un par de horas después. Yoongi pensó que parecía un
poco ansioso.
Taehyung saltaba de un pie al otro mientras esperaba que Yoongi
entrara con las maletas, le dio un rápido beso antes de agarrarlas y dirigirse
hacia el interior.
—Dame veinte minutos y estaré de vuelta para el almuerzo.
Puedes empezar a sacar las cosas. Todo está en el refrigerador en contenedores.
Taehyung corrió por las escaleras, deteniéndose en el piso
de arriba para mirar hacia abajo a la cara divertida de Yoongi.
—Y no te olvides de poner la mesa.
—Oye espera, ¿No quieres las bandejas para hacer bizcochos, Taehyung?
— Yoongi le gritó.
—Ponlas en la cocina. Tengo que meterme en mi propia ropa
—le gritó mientras corría a la habitación.
Yoongi estaba un poco decepcionado de que al parecer Taehyung
estaba muy determinado a ponerse su propia ropa. Le hacía sentir cálido y
confuso saber que algo suyo lo cubría. Tal vez Taehyung no se sentía del mismo
modo. Supongo que debería hablar de eso con él. Hablar parecía más fácil que ignorar
el problema esperando lo mejor, siempre y cuando recuerde no gritar. Taehyung
no reaccionaba bien ante sus gritos, lo que parecía ser un problema.
Yoongi tendía a gritar mucho.
Yoongi se encogió de hombros y regresó al coche por el resto
de las cosas que había comprado en la ciudad, las cuales eran tantas bandejas
para hornear bizcochos como pudo encontrar, una gran botella de lubricante, y
un ramo de rosas con velo de novia y un bonito jarrón de cristal. La dama de la
floristería le dijo que estaba segura de que a Taehyung le iba a gustar. Yoongi
sin duda esperaba que fuera así.
Dejando las bandejas para hornear sobre el mostrador, llenó
el jarrón con agua y puso las rosas en él, colocándolo en el centro de la mesa.
Agarró la pequeña tarjeta que venía con las flores y la sacó de su pequeño
sobre para leerla.
Eres adorable… Min
Parecía ser lo correcto en ese momento, pero ahora se sentía
estúpido. Tal vez, ¿Debería darle las flores y no la nota? Lo sentía como algo
emocional, un poco sentimental ahora que estaba esperando en la cocina. Tal
vez, no debería entregarle las flores.
—Ni
siquiera lo pienses, Yoongi.
Yoongi saltó y giró para ver a Jimin en la puerta.
—¿Sobre
qué?
—No
puedes engañarme. Min Yoongi. Estás pensando en no entregarle las flores ni la
nota a Taehyung. No lo hagas. Tienes una oportunidad aquí, Yoongi. Dale las
flores y la nota. Espera a ver lo que tiene que decir. Creo que podría
sorprenderte.
Yoongi sintió subir el calor por su rostro mientras ponía la
nota de regreso en su pequeño sobre, colocándola en el centro de las flores.
—Será
mejor que tengas razón sobre esto. Si se burla de mí, eres hombre muerto.
—Incluso
si no le gustan las flores, Taehyung no parecer ser el tipo de persona que se
burlaría de ti —dijo Jimin mientras se alejaba de la habitación.—De todos modos, ¿Dónde está?
—Agarró
sus maletas y corrió por las escaleras para cambiarse. Al parecer sentía que
necesitaba cambiarse —Yoongi respondió secamente, con los ojos extraviados en
la puerta de la cocina.
—No te
fijes mucho en eso, Yoongi. Puede que no tenga nada en contra de usar tus
cosas. Él está en un lugar nuevo y apenas si conoce a alguien. Quizás sólo está
buscando la comodidad que le dan sus propias cosas.
Yoongi pensó en eso un momento para luego asentir con la
cabeza. Jimin probablemente tenía razón. Taehyung estaba en un lugar
desconocido. Si usar su propia ropa le hacía sentir mejor, Yoongi debía verlo
por lo que era y no que Taehyung no quisiera usar su camisa.
—Vamos, Taehyung
nos dijo que pusiéramos la mesa y que sacáramos la comida para el almuerzo.
Dijo que todo estaba en el refrigerador en contenedores. Será mejor que lo
tengamos sobre la mesa antes de que vuelva aquí o va usar una de esas bandejas
para hornear bizcochos sobre nosotros otra vez.
Jimin miró la pila de bandejas para hornear bizcochos,
negando con la cabeza.
—¿Tenías
que comprar tantas? En serio, tío, aquí son como armas de destrucción masiva
—resopló mientras contaba las bandejas para hornear. Miró a Yoongi sorprendido
—¿Trece? ¿Le trajiste trece bandejas para hornear bizcochos? ¿Estás loco?
Yoongi se encogió de hombros ante la mirada asombrada de Jimin.
—Él dijo
que me perdonaría si le traía más de una bandeja para hornear bizcochos. No
quería correr ningún riesgo. Le compré cada una de las malditas cosas que
encontré. Si hubiese encontrado más, también se las habría comprado.
—Tío,
estás loco. Ese hombre es una amenaza con una bandeja para hornear. Odiaría ver
que podría hacer con algo realmente letal. —Jimin alcanzó una pila de platos.
—Sólo mantenlo alejado de los cuchillos de cocina.
—¿En
verdad piensas que habrá menos peligro, con una bandeja para hornear que con un
cuchillo de cocina? Creo que lo mejor sería no hacer que se enfade.
Yoongi repentinamente paró de moverse y se rió, haciendo que
Jimin lo mirara confundido.
—¿Qué?
—¡Míranos!
Soy el Alfa de mi propia manada. Tú eres el Beta. Estamos sentados aquí
hablando sobre no enfadar a un humano de ciento cincuenta y dos centímetros de
alto y sesenta y cinco kilos de peso. Somos tan jodidamente patéticos
—¿Eso
significa que no te preocupa enfadarlo?
—¿Te
parezco estúpido? —Se rió Yoongi.
—No,
pero… ¡dulce infierno! —exclamó Jimin, mirando más allá de Yoongi.
Yoongi se giró rápidamente para ver lo que Jimin estaba
mirando.
—¡Joder!
—susurró cuando vio al hombre de pie en la puerta. Taehyung era todos los
sueños húmedos que había tenido reunidos en un pequeño y sexy paquete.
Taehyung se había puesto un par de vaqueros ajustados de
tiro bajo hasta la cadera. Aún vestía la camisa de Yoongi, pero atada con un
nudo que llegaba justo sobre su ombligo, en el que lucía un anillo de oro.
Taehyung lucía totalmente digno de babear, pero fue el
esmalte de color camión de bombero rojo en los dedos de sus manos y las uñas de
los pies descalzos lo que realmente capturó la atención de Yoongi. El
delineador negro y el cabello rubio miel despeinado como recién salido de la
cama sólo destacaban más sus delicados rasgos.
—Taehyung
—Yoongi siseó suavemente, tratando de recuperar el aliento que repentinamente
había dejado sus pulmones. Su polla latía tan dura en sus vaqueros que casi
podía oírla. Cada pensamiento que pasaba por su mente se centraba en lanzar a Taehyung
al suelo y joderlo hasta que ninguno de los dos pudiese caminar.
—Ooh,
rosas —dijo Taehyung —¿Para mí? —preguntó, mirando hacia Yoongi con la emoción
apenas contenida.
Yoongi sólo asintió con la cabeza, estaba demasiado
estupefacto como para decir algo. Trató de evitar que su lengua colgara fuera
mientras veía a Taehyung rebotar hacia la mesa e inclinarse para olfatear un
brote de rosa.
¡Oh Maldición! Estaba doblado tan lejos sobre
la mesa que su culo sobresalía justo ahí, justo en frente
de Yoongi. Comenzó a estirarse para acariciar el apretado culo que estaba
frente a él cuando notó que Taehyung alcanzaba la tarjeta que estaba entre las
flores. Contuvo el aliento mientras esperaba su reacción.
Los ojos de Yoongi se abrieron en estado de shock cuando Taehyung
chilló y repentinamente se encontró con un montón de besos y abrazos de Taehyung.
Yoongi envolvió sus bazos alrededor de él, sonriendo hacia Jimin.
—Supongo
que le gustan las flores.
Jimin sonrió, asintiendo con la cabeza mientras se sentaba a
la mesa.
—¿Ahora
podemos comer?
Yoongi miró a Taehyung, sonriéndole.
—¿Tienes
hambre, bebé?
—Oh,
estoy hambriento, no he comido desde ayer por la tarde — respondió Taehyung.
—Bueno,
entonces vamos a sentarnos y comer —dijo Yoongi mientras tomaba una silla y la
sostenía para Taehyung. Una vez que se sentó, Yoongi tomó otra silla, tirando
de ella para aproximarse a Taehyung y se sentó.
No tomó mucho tiempo para que los tres hombres atacaran y
comenzar a comer. Por un rato hubo silencio, todos disfrutaban la comida que Taehyung
había preparado. Finalmente, Jimin acarició su estómago y miró a Taehyung con
interés.
—Entonces,
Taehyung, ¿Qué pasa con el esmalte de uñas?
—¿No te
gusta? —preguntó Taehyung, levantando su mano y extendiendo su brazo,
inclinándola atrás hacia la luz. —Tengo otros colores… rojo oscuro, rosa e
incluso púrpura.
—No, no,
es bonito. Muy apropiado —respondió Jimin.
—Gracias.
A mí me gusta. —Taehyung sonrió y luego miró a Yoongi —¿Qué piensas? ¿Te gusta?
Yoongi no estaba seguro de cómo responderle a Taehyung.
Extrañamente, le gustaba el esmalte de uñas. Simplemente parecía que se
ajustaba a la personalidad de Taehyung. Lo que él tenía, era un momento confuso
por el hecho de que Taehyung, un hombre, vistiera eso… y que eso lo encendiera.
—Taehyung…
—comenzó Yoongi, tratando
de encontrar las
palabras y decirle a Taehyung que
le gustaba, pero que no estaba seguro de que debería gustarle. Los hombres
supuestamente no deberían estar en este tipo de cosas.
—¿No te
gusta? —Taehyung preguntó en voz baja, bajando su mano de regreso a su regazo
mientras miraba su plato vacío.
—Yoongi,
dile la verdad —sugirió Jimin mientras se levantaba y salía de la habitación,
dejando a los dos hombres solos.
Yoongi miró la cabeza gacha de Taehyung, sintiéndose todo un
tonto. Taehyung había estado tan emocionado cuando había entrado en la cocina y
la simple falta de comentarios de Yoongi había drenado todo su maravilloso
entusiasmo. Yoongi era un idiota.
Decidiendo que sin importar el costo, prefería que Taehyung
estuviera feliz en vez de triste, Yoongi se acercó y tomó a Taehyung
acomodándolo en su regazo. Alargó el brazo y con su mano levantó la barbilla de
Taehyung, forzándolo a que lo mirara.
—Me
gusta el esmalte de uñas, tal vez demasiado. Todo en lo que he sido capaz de
pensar desde que entraste en la habitación es en tirarte sobre una superficie
plana y joderte hasta que ninguno de los dos pudiese caminar.
—¿Por
qué es demasiado? Si te gusta, ¿Cuál es el problema?
—Oh,
bebé, no es tanto eso. —Yoongi negó con la cabeza. —Tienes que recordar que soy
nuevo con este tipo de cosas. Y supongo que siendo quien soy, siempre pensé que
había una forma en la que los hombres deberían actuar y una para las mujeres.
Tú no encajas en ese molde.
—¿Y eso
es algo malo? ¿Quieres que actúe más como tú? Yo puedo, si es eso lo que
quieres. No tengo que usar el esmalte de uñas y el delineador de ojos y esas
cosas. Yo solo… —Taehyung dijo rápidamente.
—No,
bebé, no. Me gusta la forma en que te ves. —Yoongi acarició con sus manos la
espalda de Taehyung tratando de calmarlo. —Tan sólo no estoy acostumbrado a
eso. Tienes que recordar, soy el Alfa de mi manada. Mantengo mi posición por mi
poder y fuerza, por ser un hombre. No tengo ninguna experiencia con alguien
como tú.
—Tú… yo…
necesito pensar sobre esto —dijo Taehyung mientras se alejaba de Yoongi y se
ponía de pie. —Voy a subir por un rato.
—Maldita sea, Taehyung, no me estás escuchando —gritó Yoongi
mientras se levantaba. —Me gusta la forma en que te ves. Esos jodidos vaqueros
ajustados, el hecho de que estás usando mi camisa, el anillo en el ombligo, el
esmalte de uñas, todo eso. No había visto nada tan sexy en mi vida. Y
simplemente no sé si debería gustarme.
Las cejas de Taehyung se elevaron por la sorpresa al ver la
roja cara de Yoongi.
—¿Por
qué no debería gustarte? —preguntó desconcertado.
Yoongi pasó sus manos por su pelo, todo su ser lleno de
frustración.
—Joder,
esto es difícil.
—¿Qué es
tan difícil sobre esto? O te gusta la forma en que me veo o no.
—Oh, me
gusta la forma en que te ves… Ese no es el problema —dijo Yoongi, sus ojos
recorrian el cuerpo de Taehyung con gran interés.
—¿Entonces
qué? ¡No lo entiendo! —gritó Taehyung, con lágrimas empezando a formarse en sus
ojos.
—Sé que
no lo entiendes Taehyung —dijo Yoongi mientras lo acercaba nuevamente a sus
brazos. —Desearía poder explicártelo, pero estoy teniendo dificultades para
entenderme a mí mismo. Eso es lo que es tan difícil acerca de todo esto. No
quiero herir tus sentimientos diciendo algo estúpido.
Taehyung levantó su cabeza para mirar a Yoongi.
—Entonces
sólo dímelo.
Yoongi respiró hondo y lo dejó salir.
—Está
bien, ten paciencia conmigo. Me encanta la forma en la que te ves.
Especialmente me gusta el hecho de que estés usando mi camisa. El saber que
algo mío está cubriendo tu cuerpo hace que mi polla duela.
Taehyung sonrió.
—Puedo
notarlo —dijo él mientras presionaba su abdomen contra la cresta en los
pantalones de Yoongi.
—Siempre
he tendido a creer que sólo las mujeres se visten como tú lo haces.
—¿Piensas
que soy menos hombre porque me visto de esta forma? — Taehyung preguntó
vacilante.
—No, y
por eso es tan confuso para mí. Eres en gran medida un hombre, pero siempre me
han enseñado que los hombres deben ser duros, poderosos y sin emociones. Tú no eres
así —exclamó Yoongi. —Tú eres suave y tierno.
—Haces
que suene como un perrito.
—No. —Yoongi
se rió. —Pero tienes que admitir, que no encajas con el estereotipo ideal de lo
que es un hombre.
—Bueno,
¡du! —replicó Taehyung. —Fui criado en una comunidad. Todos vestían lo mismo,
comían lo mismo, se comportaban igual. Una vez que salí de allí, quería
experimentar todo, especialmente los colores. Adoro los colores.
—¿Colores?
¿Comunidad? ¿De qué demonios estás hablando? —Yoongi casi gritó mientras miraba
a Taehyung.
Taehyung rodó sus ojos.
—Cuando
era pequeño, un hombre vino y me alejó de mis padres. Él estaba con un grupo de
personas del gobierno y les dijo a mis padres que estaría mejor con ellos
porque yo puedo… bueno, sé cosas.
—¿Sabes
cosas? —preguntó Yoongi con confusión. —¿Qué tipo de cosas?
—Algunas
veces simplemente sé cosas, cosas como cuándo suena el teléfono, sé quién está
llamando. Cuando alguien golpea la puerta, sé quién es. ¿El bar en dónde te
conocí? Sólo supe que debía detenerme tan pronto vi la señal. —Taehyung agitaba
su mano en un gesto desdeñoso. —No tengo idea por qué debía detenerme. Me
imaginé que debía ir al cuarto de baño.
—Bien,
así que sabes cosas. ¿Qué tiene que ver eso con la comunidad?
—Ahí es
donde crecí. Había muchas otras personas como yo. Algunos podían leer la mente,
algunos podían decir si alguien estaba mintiendo, algunas sabían cosas como yo.
Básicamente, todos teníamos algún tipo de habilidad psíquica. Y todos fuimos
mantenidos prisioneros por un hombre llamado…
—¡El
profesor! ¿Estás hablando del profesor, verdad? —dijo intranquilo Yoongi.
—Sí,
¿cómo lo supiste? —preguntó Taehyung mientras miraba a Yoongi confundido.
—¿Los
ejecutores de mi manda, Namjon y Jin? Los envié a la manada de Wolf Creek para
ayudar a proteger a un hombre llamado Jungkook. Él es tú amigo, ¿Verdad? —Yoongi
preguntó maravillado.
Taehyung asintió con la cabeza.
—Sí,
sobre él te estaba hablando. ¿Tú eres el Alfa que envío a Namjon y Jin a
ayudarnos? Ellos nos salvaron, ¿Sabes? El profesor nos mantenía en un almacén
mientras iba a buscar a Jungkook. Namjon y sus amigos vinieron a liberarnos.
Yoongi asintió, sosteniendo a Taehyung más cerca de él al
darse cuenta de lo cerca que estuvo de nunca llegar a tener a su compañero en
su vida. Una simple decisión había cambiado completamente el curso de su vida,
la vida de tantos.
De pronto, Yoongi comenzó a reír, haciendo que Taehyung lo
mirara hacia arriba.
—Me
acabo de dar cuenta de por qué estás aquí, bebé. —Yoongi explicó ante la mirada
confundida en la cara de Taehyung. —Como Alfa de mi manada, tomé la decisión de
que Namjon y Jin ayudaran, en contra de los deseos de muchas personas en mi
manada. A su juicio no deberíamos involucrarnos, pero yo no estuve de acuerdo y
los envié de todos modos.
—¿Por
qué?
—Somos
hombres lobos, bebé, sin importar a qué manada pertenecemos. Oh, entiendo la
cosa territorial, pero esto no tiene nada que ver con eso. Si vamos a
sobrevivir como especie, tenemos que ayudarnos unos a otros.
—Entonces,
¿qué tiene que ver con que yo esté aquí?
—Tomé
esa decisión en contra de los deseos de muchos miembros de mi manada, una
decisión que no me dio nada más que el saber que estaba ayudando a alguien. Tú
eres mi recompensa. —Yoongi explicó.
—¿Yo soy
tu recompensa? ¿Pero que hay con la forma en que visto? ¿El esmalte de uñas y
las otras cosas? —preguntó con cautela Taehyung.
—Eso es
perfecto. Creo que tu estilo es más caliente que el infierno. Y ahora que
estamos acoplados, el resto de mi manada simplemente va a tener que lidiar con
ello. Vas a escandalizarlos hasta los dedos de los pies.
—¿Y eso
es algo bueno? —Taehyung preguntó dubitativo.
—Oh,
joder, sí. He estado intentando, desde que me hice cargo de la posición de
Alfa, de llevar a esta manada al nuevo siglo, pero un cierto grupo selecto de
personas han hecho todo lo que han podido para quebrantarme y mantener a
nuestra manada en los viejos tiempos. Creo que al estar su Alfa acoplado a un
hombre que se ve tan sexy como tú te ves, cambiará un montón de mentes.
—¿Y cómo
has llegado a esa conclusión? —preguntó Taehyung, pareciendo poco convencido.
—Realmente
es simple, bebé —dijo Yoongi mientras besaba a Taehyung en la frente. —Quiero
que seas tan escandaloso como sea posible. Si quieres usar esmalte de uñas y
delineador de ojos, úsalos. Si quieres desfilar por la casa con nada más que mi
camisa, hazlo. Quiero que hagas lo que te haga sentir cómodo y ¿A quién le
importa lo que piensen los demás?
—¿En
serio? —Taehyung preguntó sorprendido.
—En
serio. Y nunca permitas que nadie te diga que no puedes ser quien quieres ser.
Si alguien te molesta pasa sobre ellos —Yoongi señaló la pila de bandejas de
hornear bizcochos que le había comprado a Taehyung —golpéalos con una de esas.
Taehyung miró hacia la pila de bandejas para hornear,
asombrado, viéndolas por primera vez. Comenzó a reírse ante el gran número.
—No
puedo creer que de verdad salieras y me compraras un montón de bandejas para
hornear bizcochos después de que te golpeé con una.
—Dijiste
que sería la única forma de que me perdonarías —le recordó Yoongi.
—Bueno,
sí, pero no hablaba en serio. Te habría perdonado de todos modos. Sólo quería
que te retorcieras un poco —respondió.
—Prefiero
verte retorcerte a ti, preferiblemente en mi regazo —dijo Yoongi, con su voz
cada vez más baja y seductora.
Taehyung miró a Yoongi para ver si hablaba en serio. La
amplia sonrisa en los labios de Yoongi le dijo a Taehyung que sí hablaba en
serio.
—Dame
diez minutos, luego encuéntrate conmigo en el piso de arriba — Taehyung se rió,
saltando del regazo de Yoongi y salió corriendo de la habitación.
Yoongi se quedó sentado por un momento, sorprendido por la
ansiosa invitación de Taehyung. Considerando lo que había visto cuando bajó las
escaleras, todo lo que Yoongi podía darle, sin correr detrás de él, eran esos
diez minutos.
Observó el reloj,
mirando como el segundero lentamente avanzaba. Sabía, que lógicamente, no se
estaba moviendo más lento de lo normal, pero estaba seguro que así lo sentía.
El tiempo parecía arrastrarse. Poniéndose de pie, Yoongi empezó a limpiar la
mesa, cualquier cosa que lo mantuviera ocupado por unos pocos minutos.
—¿Yoongi?
Estoy listo.
Yoongi bajó los platos al mostrador y subió corriendo al
segundo piso, en el instante que escuchó a Taehyung gritarle. Se detuvo en la
puerta de la habitación y antes de abrirla respiró hondo, de inmediato perdió
todo el aire de sus pulmones ante la vista que encontraron sus ojos.
Taehyung estaba acostado en el medio de la cama vistiendo
nada más que una boa de plumas rojas alrededor de su cuello. La cual, se
arrastraba por su pecho y descansaba entre sus piernas. Todo lo que quedaba era
la sonrisa seductora de Taehyung. Él estaba recostado contra las almohadas, con
las piernas dobladas en las rodillas y ligeramente separadas mientras
acariciaba su dura polla en su mano.
—Santo
dios —Yoongi susurró —estás tratando de matarme.
Taehyung se rió, levantando su mano y doblando su dedo,
llamado a Yoongi para que fuera a la cama.
—¿Vas a
reunirte conmigo, Min?
Yoongi se sacó la camisa por la cabeza tan rápido que apenas
la notó pasar por encima de su cabeza. La lanzó al suelo, luego se quitó sus
vaqueros con la misma rapidez. No le podría importar menos el que estuviera
dejando un desastre en el suelo. Toda su atención estaba centrada en el
glorioso cuerpo que estaba esperando por él en la cama.
Empezando en la parte inferior de la cama, lentamente empezó
a subir por el colchón hasta que yacía entre las piernas de Taehyung, con la
polla enfrente de su cara. Yoongi la miró, lamiéndose los labios.
—¿Vas a
chupar mi polla, Min? —Taehyung canturreó suavemente, dejando caer su mano y
separando sus piernas tanto como pudo.
Yoongi le lanzó una miraba de preocupación.
—Nunca
he hecho esto antes, Taehyung. No sé si será bueno para ti.
—No te preocupes, Min. No tengo dudas de que te las
arreglaras — contestó gentilmente Taehyung. —Aprendiste como prepararme con
bastante facilidad.
—Sí,
pero…
Taehyung se sentó para ahuecar con sus manos la cara de Yoongi.
—Cariño,
si no quieres hacer esto, no lo haremos. Nunca te pediría que hicieras algo con
lo que no estás cómodo. Simplemente nos podemos mover a algo más.
—Quiero
hacer esto. —Yoongi miró hacia abajo, a la polla que tenía frente a él. Se
lamió los labios, luego miró nuevamente a Taehyung. —Sólo tengo miedo de no ser
bueno en esto. No quiero decepcionarte.
—Tú
nunca me decepcionaras. Estar contigo es suficiente para mí. No necesito esto.
—Taehyung respondió gentilmente.
Los ojos de Yoongi regresaron a la empalmada polla bajo su
barbilla.
—¿Me
dirás si estoy haciendo algo que no te gusta?
—Por
supuesto, pero ¿Estás seguro de que quieres hacerlo?
Yoongi asintió.
Estoy seguro —respondió, luego miró a Taehyung —quiero
probar todo contigo.
Taehyung sonrió, luego se recostó contra las almohadas.
—Entonces,
soy todo tuyo, grandote.
Yoongi se echó a reír.
—Eres
tan fácil.
—No
tienes ni idea —rió entre dientes Taehyung, gimiendo un momento más tarde
cuando Yoongi se inclinó hacia adelante y lamió la punta de su polla.
Yoongi se inclinó y lamió una gota de líquido que
rápidamente había apareció en la parte superior de la polla de Taehyung. Había
pensado que sería amargo, pero en realidad no era malo, sabía un poco picante,
pero también dulce.
Escuchó a Taehyung gemir mientras recorría con su lengua
hacia abajo a lo largo de su congestionada polla. Recordando lo que le gustaba
a él, se movió hacia abajo y
lamió las pelotas
libre de pelos
de Taehyung, preguntándose brevemente por qué Taehyung no
tenía pelos. Tenía que recordar preguntarle sobre eso.
Ahora, sin embargo, quería saber que era la cosa de goma
roja que Taehyung tenía en su culo. Se consideraba a sí mismo muy experimentado
sexualmente pero nunca había visto nada como el objeto de goma en el culo de Taehyung.
Se agachó y tiró de él con sus dedos, casi saltó cuando Taehyung
tembló.
—¿Taehyung?
¿Qué es esto? —preguntó mientras tiraba de él otra vez, viendo como volvía
adentro.
—Un
tapón anal. Me estira, así tú no tienes que hacerlo —Taehyung dijo sin aliento.
Yoongi lo miró sorprendido.
—Pensé
que te gustaba que yo te preparara.
—Así es,
pero algunas veces simplemente hay que llegar a la parte buena, el tapón me
mantiene estirado así puedes joderme cada vez que quieras —susurró Taehyung.
—¿No te
duele?
—No.
—¿Se
siente bien?
—Cuando
juegas con él, sí.
—¿Te
gusta? —Yoongi preguntó mientras gentilmente lo empujaba, dejando que la punta
regresara a su lugar.
—¡Infiernos,
Sí! —Taehyung gimió otra vez. Apretando sus manos en las sábanas a su lado.
—Entonces,
si hago esto, ¿Podría estar realmente bien? —preguntó Yoongi mientras tomaba la
polla de Taehyung en su boca y la chupaba mientras jugaba con el tapón con sus
dedos.
—¡Min! —Taehyung
gritó, moviendo su cabeza de un lado al otro de la almohada.
Yoongi sonrió alrededor de la polla en su boca. Supongo que
eso respondía a su pregunta. Taehyung prácticamente había perdido el control. Yoongi se esforzó más en su trabajo, lamiendo la
polla de Taehyung con su lengua mientras lo chupaba. Tiró y empujó el dildo
anal, torciéndolo hacia adelante y atrás, los gritos y gemidos de Taehyung lo
estimulaban.
No tenía ni idea de si lo estaba haciendo de forma correcta,
pero al parecer Taehyung no tenía quejas. De hecho, parecía que estaba en el
cielo, que era justo en donde Yoongi lo quería.
—Min —Taehyung
gritó mientras agarraba el pelo de Yoongi —tienes que detenerte. Me voy a
correr si no te detienes.
—Entonces,
hazlo ya —dijo Yoongi mientras levantaba sus ojos para mirar los desesperados
ojos de Taehyung.
Apenas puso nuevamente su boca sobre la polla de Taehyung
antes de que él hiciera erupción, llenando la boca de Yoongi. Mientras tragaba,
escuchó a Taehyung gritar. Estaba tan excitado que todo lo que Yoongi pudo
hacer fue sacar el tapón del culo de Taehyung. Apenas tenía el tiempo
suficiente para penetrarlo antes de explotar. La sensación del cuerpo de Taehyung
apretando alrededor de él, era tan grandiosa que Yoongi continuó bombeando
dentro de él hasta que el nudo se arraigó y lo encerró dentro de Taehyung.
Colapsando sobre él, Yoongi enterró su cara en el cuello de Taehyung, descansando
el cuerpo sobre sus brazos. Su cuerpo continuó contrayéndose mientras el aire
en sus pulmones entraba y salía con rapidez. Finalmente, cuando sintió que de
nuevo podía respirar de forma normal, Yoongi levantó la cabeza y miró a su
compañero.
Los ojos de Taehyung estaban cerrados, su pecho se movía tan
rápido como el de Yoongi. Pero tenía una sonrisa muy satisfecha en sus hermosos
labios.
—¿Estuvo
bien? —preguntó Yoongi.
Él miró divertido mientras Taehyung abría ampliamente sus
ojos.
—¿Hablas
en serio? Eso fue fantástico, aunque creo que intentabas matarme.
Yoongi sonrió mientras bajaba la cabeza para darle un rápido
beso a Taehyung.
—Quizás
la próxima vez podríamos intentarlo al revés, ¿Hmmm?
—¿Te
pondrías un tapón anal? —preguntó sorprendido Taehyung.
—¿Por
qué no? Tú lo hiciste.
—Bueno, sí, pero…
—Sin
peros, bebé. Esta es una relación con igualdad de oportunidades. Si tú puedes
hacerlo, yo también puedo. Además —dijo Yoongi mientras sonreía — ¿Por qué
deberías tener toda la diversión?
Taehyung levantó una ceja.
—¿Quién
dijo que cuando tú uses un tapón, no sería divertido para mí también?
Yoongi pasó los nudillos por un lado de la cara de Taehyung.
—Te iba
a preguntar algo antes, pero estaba un poco ocupado chupándote.
—Entonces
pregunta ahora.
—¿Por
qué no tienes pelo ahí abajo? —asintió hacia la desnuda ingle de Taehyung.
—Me
afeito.
—¿Por
qué? —preguntó Yoongi, confundido. Pensaba que sólo las mujeres se afeitaban la
entrepierna.
—Se
siente mejor, más íntimo. Además, la estimulación es mejor. — Taehyung inclinó
su cabeza hacia un lado. —¿Por qué? ¿Te molesta?
—No, me
gusta. Supongo que es otra de aquellas cosas a las que no estoy acostumbrado.
Creo que ambos tenemos que estar preparados para que eso suceda mucho. Pero no
quiero que pienses que no me gusta algo simplemente porque pregunte sobre ello.
Sólo tengo curiosidad.
—Está
bien. ¿Algo más que quieras saber?
—Sí,
¿Puedes usar un tapón con esos ajustados vaqueros tuyos?
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