Yoongi sabía que algo andaba mal antes de que abriera los ojos y mirara a su alrededor. Jungkook se acurrucaba junto a él en un lado. Taehyung debería haber estado acurrucado contra el otro, pero el lugar estaba vacío.
El pánico se estrelló contra él al instante. Se dio la
vuelta hacia el lado de la cama con tanto cuidado como pudo para no
despertar a Jungkook
a menos que
lo necesitara. Yoongi agarró el
pantalón del pijama del suelo y tiró de él por sus piernas, poniéndose de pie.
Levantando la nariz al aire, inhaló para captar el olor
único de Taehyung.
Consiguió encontrar la dulce fragancia casi de inmediato.
Nadie olía como Taehyung. Por el momento, estaba eternamente
agradecido por ello. Yoongi siguió a su olfato por la planta baja hacia el
comedor. Se detuvo en la puerta, su
ritmo cardíaco volviendo a la normalidad cuando se encontró a Taehyung sentado
en una silla, inclinándose sobre algo en sus manos. Parecía concentrado en lo
que estaba haciendo, tarareando en voz
baja. Yoongi pudo
ver el destello
del acero moviéndose entre las manos de Taehyung. Pensó que debía estar
trabajando con algún tipo de cuchillo, por lo que se movió con cuidado cuando
se acercó a la mesa manteniendo la visión en él.
—¿Qué tienes ahí, Taehyung? —le preguntó sentándose junto a él. Incluso hablando suavemente, aun así Taehyung saltó, cortándose en el dedo pulgar con el cuchillo.
—¡Mierda! —exclamó Taehyung antes de llevarse el dedo a la
boca. Yoongi agarró la muñeca de Taehyung antes de que pudiera lamer la sangre,
acercando el dedo herido a su propia boca. La sangre dulce y caliente, corrió
por su lengua.
Miró a Taehyung a través de sus pestañas. El hombre parecía
hipnotizado por la vista de su dedo en la boca de Yoongi. Se lamía los labios
mientras miraba fijamente a Yoongi lamer la sangre.
—Delicioso —murmuró Yoongi.
Los ojos de color verde pálido de Taehyung parpadearon para
encontrarse con Yoongi. Su labio
inferior atrapado entre los dientes. Yoongi estaba seguro de
que jamás había visto nada tan sexy. Taehyung se veía hermoso, delicado,
al igual que Jungkook, pero tenía una cosa que Jungkook
no tenía... inocencia.
Yoongi no tenía ninguna duda, después de haber estado
acoplado con él las últimas dos semanas, que Taehyung no era inocente, pero
había un aire de ingenuidad en él que lo hacía adorable e irresistible
totalmente.
Yoongi quería envolverlo en algodón y protegerlo de todo el
mundo. Quería ser su héroe. También quería joderlo contra la pared y sacudir su
pequeño y puro mundo. La necesidad de corromperle era casi abrumadora.
Empezó a tirar de Taehyung hacia él cuando se dio cuenta de la pequeña pieza de
madera en la mano
de su pareja. Frunció el ceño, sus cejas casi se tocaron al mirar al
objeto. —¿Qué es esto, cariño?
La cara de Taehyung se puso roja. De inmediato trató de
alejar la pieza madera, escondiéndola detrás de su espalda.
—Nada —susurró Taehyung.
Yoongi se limitó a tender la mano lentamente hasta que Taehyung
volvió a sacar el objeto que tenía oculto tras la espalda y lo puso en la palma
abierta de Yoongi. Yoongi le dio la vuelta una y otra vez, maravillado por la
artesanía de la talla en madera.
Era exquisita.
Tallado en una sola pieza de madera era un molde perfecto de
Yoongi sujetando a Jungkook y
a Taehyung en sus
brazos, todos ellos desnudos. Arrodillado en el suelo, Jungkook a caballo en
uno de sus muslos y Taehyung en el otro. Su cabeza se arqueaba hacia atrás, una
mirada de pura felicidad en su rostro mientras Jungkook y Taehyung bebían de su
cuello.
—Taehyung —susurró—. Esto es... esto es... —Miró cautelosa
expresión de Taehyung—. Esto es lo más hermoso que he visto nunca. ¿Lo hiciste
tú?
Taehyung asintió con la cabeza, una pequeña sonrisa
empezando a cruzar sus labios.
—Quería hacerte algo —le susurró Taehyung. Bajó la mirada
hacia la mesa, retorciéndose los dedos nerviosamente—. Jungkook hace muchas
cosas. Cocina y limpia y te ayuda a prepararte para el trabajo. — Taehyung se
encogió de hombros—. Sólo quería hacer algo para demostrarte… no puedo hacer
esas cosas y… —Taehyung se sonrojó de nuevo y bajó la mirada aún más, fija en
su regazo—. Sé que es algo estúpido, pero…
Yoongi colocó la talla sobre la mesa y se inclinó para
levantar a Taehyung en
su regazo. Apartó
el cabello rubio platino de la
cara de Taehyung
y le levantó la cabeza.
—Mírame, bebé.
Taehyung tardó en levantar los ojos. Cuando lo hizo, Yoongi
aspiró profundamente por la incertidumbre que ardía entre ellos. Uno de estos
días, cuando Taehyung se sintiera más cómodo en su relación, quería saber las
cosas horribles que le habían sucedido antes de que estuvieran juntos. Alguien
había abusado tanto de él que dudaba de su propia valía.
Necesitaba poner fin a eso. Necesitaba hacer saber a Taehyung
cuánto lo quería, necesitaba, cuánto
era amado. Yoongi metió la cabeza
de Taehyung bajo su barbilla y lo envolvió con sus brazos.
—Quiero que me
escuches con mucha
atención, Taehyung, ¿de acuerdo?
Taehyung asintió con la cabeza después de un momento.
Yoongi hizo una mueca ante su vacilación. Contuvo la ira por lo que le habían hecho a Taehyung,
prometiéndose a sí mismo que le daría tanto amor y
tantos cuidados como pudiera soportar.
—No sé mucho sobre el amor —comenzó—. Nunca aprendí. Desde
que llegué a la pubertad
sabía que iba a ser un soldado en nuestra manada. Para eso es
para lo que estoy hecho. Por eso no hice muchos
amigos. Nunca quise tener que pelear con alguien que me
importara.
—No quiero que luches en absoluto.
—No me gusta pelear, Taehyung, pero alguien tiene que
hacerlo. Soy un tipo grande, y la mayor parte de nuestra manada no lo es.
También soy muy bueno en lo que hago. He entrenado mucho para eso.
Taehyung inclinó la cabeza hacia atrás y trazó cuidadosamente la larga cicatriz que iba
desde la esquina del ojo derecho de Yoongi por su mejilla a la parte inferior
de su mandíbula.0
—Pero has pagado un
precio muy alto por ello — susurró—. Y nunca tuviste a nadie para cuidar de ti,
que te amara. No es así como debe ser.
El corazón de Taehyung era tan grande que los ojos de Yoongi
casi se humedecieron. Tuvo que parpadear varias veces para evitarlo.
—Pero ahora te tengo a ti y a Jungkook, y eso hace que todo lo que he hecho en el
pasado, todo lo que hago ahora, valga la pena.
Las cejas de Taehyung se juntaron en una expresión de
angustia.
—¿De verdad crees eso?
—Lo creo, Taehyung —dijo Yoongi—. Me dan más de lo que jamás
hubiera imaginado tener en mi vida.
—¿Incluso yo? —preguntó Taehyung—. Quiero decir, entiendo lo
de Jungkook. Él es maravilloso. Es agradable a la vista y muestra su cariño en
todo lo que hace. Pero yo no puedo ni cocinar.
—Taehyung, nunca te pedí que cocinaras —dijo Yoongi. Cogió
la talla de madera y la tendió frente a Taehyung—. Por otra parte, Jungkook no
puede tallar algo como esto. Yo tampoco, de nosotros tres, solo tú puedes crear
algo tan hermoso.
—¿Crees que es hermoso?
—Sí, pero no tanto como
tú —dijo Yoongi mientras le apartaba un mechón suelto
de cabello de su mejilla—. Creo que has creado algo maravilloso y me encanta,
pero no se puede comparar a ti.
—¿A mí? —Los dedos de Taehyung temblaron contra su cuello.
Yoongi se echó a reír.
—Sí, Taehyung. A ti.
—Pero ¿qué pasa con Jungkook?
—¿Qué pasa con él?
—No te… no es él… él es tan…
Inclinándose, Yoongi lentamente curvó su mano en el pelo de Taehyung
y tiró de su cabeza hacia atrás. Quería ver el color verde pálido de los ojos
de su compañero cuando hablaba. Quería que Taehyung viera la verdad en sus
ojos.
—Jungkook lo es todo para mí
—comenzó a Yoongi—. Él me amó a pesar de mi aspecto, a pesar de
la bestia que soy. Vio algo en mí que yo ni siquiera sabía que tenía. Sin
embargo, eso no descarta lo que me has dado, Taehyung.
—¿Yo? —preguntó Taehyung de nuevo, su voz casi un chillido.
—Tú eres un rayo de sol en
mi oscuridad, Taehyung — dijo
Yoongi—. Jungkook me mostró
la luz que
había en el mundo. Tú lo iluminas
para que pueda
ver toda la belleza que me
rodeaba. No creo que
pudiera sobrevivir sin alguno de
los dos.
—Bueno, sí. Somos tus compañeros.
—Sí, tú y Jungkook son mis compañeros, pero es más que eso, Taehyung
—dijo Yoongi. Buscaba una manera más fácil de explicar los sentimientos que
tenía tanto para Taehyung como para Jungkook, pero nunca había sido muy bueno
con las explicaciones. Nunca le había hablado a Jungkook de su amor, porque no
sabía cómo expresar sus sentimientos con palabras. Enseguida se dio cuenta de
que mientras que Jungkook podría entender su vacilación, Taehyung realmente
necesitaba oír las palabras para creer—. Estar acoplados no significa que tengamos
que cuidarnos mutuamente. He conocido
a compañeros que
no podían soportarse
unos a otros. El acoplamiento
solo nos une. El resto depende de nosotros.
—¿Qué significa eso? —Taehyung frunció el ceño.
Yoongi hizo que Taehyung se levantara y lo giró para hacer
que se sentara a horcajadas sobre
sus muslos, frente
a él. Tomó la cara de Taehyung entre sus manos.
—Esto significa que a pesar de que no es necesario para
acoplarse, yo los necesito más que el aire que respiro. No puedo vivir sin
ninguno de los dos.
Yoongi vio más que oyó el suave tirón en la respiración de Taehyung.
Sus ojos se abrieron, sus delgadas manos inconscientemente se apretaron.
—¿Me quieres? —susurró Taehyung en voz tan baja que si Yoongi
no hubiera estado observando su cara con tanta atención, no se habría dado
cuenta de que había hablado.
—Sí, Taehyung. Te quiero.
Los ojos de Taehyung se humedecieron, una pequeña lágrima
cayó por sus mejillas del color de la porcelana.
— Nadie me ha querido nunca.
—Creo que Jungkook siempre te ha querido —dijo Yoongi—. Creo
que él no reconoció lo que era debido a la situación en la que ambos vivían.
Ahora que los dos están aquí, que por fin han
sido liberados, puede
amarte de la
forma en la que siempre ha querido.
—¿Y eso no te molesta?
—¿Por qué? —preguntó Yoongi—. El hecho de que
Jungkook te quiera, no quiere decir que no pueda quererme a mí. De
hecho, creo que le da aún más razones
para amarnos a los dos. Los dos
traen algo diferente a nuestra relación.
Yoongi sonrió a la cara de confusión de Taehyung y tomó la
estatua de madera tallada del hombre.
—Tú hiciste esto porque querías darme algo
que me demostrara
lo mucho que te preocupabas por
mí, ¿verdad?
Taehyung se sonrojó, pero asintió con la cabeza.
—Jungkook no puede tallar una manzana para salvar su vida,
pero sabe hacer
un pastel de
manzana fabuloso. Ambas cosas
demuestran cariño, pero
ambas son diferentes. Al igual que tú y Jungkook. Sé que te importo.
Acabas de demostrármelo de una manera diferente.
—Tú sabes que yo… que…
—Tú me demuestras que te importo cada vez que me dejas coger
tu mano, Taehyung, cada vez que me dejas tocar tu cara —dijo Yoongi mientras
acariciaba un lado del rostro de Taehyung. Puso la talla en la mesa y cogió a Taehyung,
acercándolo hasta que sus narices casi se tocaban—. Me demuestras que te
importo cada vez que me dejas amarte.
Yoongi se inclinó lo suficiente para sentir el aliento de Taehyung
golpear en su rostro, dejando
que su lengua acariciara sus exuberantes labios.
Podía sentir el apretón nervioso de las manos
de Taehyung abriéndose
y cerrándose en sus hombros desnudos.
Su mano se deslizó por las caderas de Taehyung y apretó su trasero.
Levantó al hombre
más pequeño contra
él, presionando sus cuerpos juntos.
La polla dura atrapada en el pijama no dejaba
duda de lo que Yoongi sentía por Taehyung, lo mucho que lo excitaba.
Yoongi gimió cuando las manos de Taehyung se movieron de sus
hombros hasta sujetarle el pelo,
tirando de la boca de Yoongi más cerca y machacando sus
labios.
Le levantó la camiseta hasta las axilas, y luego deslizó
sus manos bajo
la cintura de
los pantalones de su
pijama, catando el pequeño culo perfecto en sus manos.
Yoongi lo aprobó absolutamente cuando Taehyung rompió su
beso y se echó hacia atrás para quitarse la camiseta por la cabeza, tirándola
por encima del hombro. Estaba de vuelta al instante, presionando sus labios
contra los de Yoongi otra vez. Yoongi sentía el esbelto pecho lampiño de Taehyung,
moviéndose contra él haciendo que se le doblaran los dedos.
—Más —gimió Taehyung contra su oído.
Yoongi estaba más que
feliz de cumplir
con la demanda de Taehyung. Lo levantó con una mano y le
arrancó el pantalón del pijama con la
otra. Luego empujó el pantalón
de su pijama hasta los pies,
pateándolo hasta sacárselo. Sintió a Taehyung temblar cuando volvió a sentarlo
sobre su regazo.
Esperaba que fuera un temblor bueno.
Por los pequeños gemidos
provenientes de Taehyung y la forma en la que se empujaba hacia abajo contra el
duro pene de Yoongi, estaba
bastante seguro de
que Taehyung se
divertía. Quería más que diversión para él, quería que se volviera loco.
—Necesitamos algún tipo de lubricante, cariño —le recordó Yoongi.
Taehyung no levantó la cabeza, ni dejó de dar besos a lo
largo de la línea de la mandíbula de Yoongi. Señaló hacia la cocina. Yoongi se
echó a reír y se puso de pie,
rodeando con sus manos debajo del
trasero de Taehyung mientras lo levantaba en sus brazos y entraba en la cocina.
Cuando Yoongi movió la cabeza alejándola de Taehyung para buscar en los estantes de la
despensa, Taehyung se limitó a engancharse a su cuello. Mordisqueó y chupó,
raspando sus colmillos contra la piel de Yoongi. Era un simple jugueteo porque
nunca llegó a romper la piel, sino que envió escalofríos de placer por el
cuerpo de Yoongi.
Yoongi tuvo que dejar de buscar en varias ocasiones, cuando
la sensación de ardor a través de su cuerpo fue demasiado para soportar. Quería
ser él el que llevara a Taehyung a la locura y estaba a punto de correrse
directamente donde se encontraba. A pesar de lo que él pensara, Taehyung era
muy bueno en lo que hacía. Y lo que hacía estaba llevando a Yoongi a la locura.
Rápidamente buscó en el resto de los armarios hasta que
encontró una botella de aceite de cocina. Hizo una mueca y luego decidió que
estaba en un apuro cuando sintió las caderas de Taehyung empezar a ondular
contra las suyas.
Desenroscando la tapa, echó un poco en sus manos, y luego
dejó la botella sobre el
mostrador. Levantando a Taehyung con una sola mano, Yoongi separó
las nalgas de Taehyung con la otra, en busca del estrecho
pequeño agujero que sabía que lo estaba esperaba.
El apasionado gemido
de Taehyung cuando
empujó un dedo dentro de él resonó en sus oídos y lo hizo sentirse como
si hubiera ganado la lotería. Lo excitaba tanto que su visión se
nubló, y el aliento se
le quedó atrapado
en la garganta.
Yoongi metió rápidamente otro dedo en
el agujero estrecho de Taehyung,
tenía que estirarlo con rapidez antes de
que se avergonzara a sí mismo por eyacular por todo el suelo como un
adolescente inexperto. Estaba a punto de acabar.
Yoongi lo tumbó sobre la mesa y empujó un tercer dedo dentro
de él. Los ojos verdes que lo miraban otra vez con una mirada aturdida, eran el
más potente afrodisíaco que recordaba
haber experimentado nunca. Pero no era nada en comparación con el deseo que se
desató en él cuando Taehyung sonrió y dejó que sus piernas se separan,
dejándolo todo al descubierto para los ojos hambrientos de Yoongi.
—Maldita sea, Taehyung —gruñó Yoongi—, eres tan jodidamente
perfecto.
Taehyung levantó los brazos hacia arriba, alcanzando a Yoongi.
—Te necesito.
Yoongi liberó los dedos y agarró la botella de aceite.
Rápidamente puso más en su
pene, derramando unas gotas en el
suelo con las prisas. Dejando la botella sobre la mesa, agarró su pene y lo
empujó contra el orificio arrugado de Taehyung, viendo cómo lentamente se
hundió en la férrea sujeción del hombre.
—Madre mía, Taehyung —gimió. El cuerpo de su compañero
parecía absorberlo directamente hasta las bolas, profundamente dentro de él. La
sensación era increíble. Su pene estaba rodeado por todas partes por la seda
húmeda y caliente que parecía masajearlo incluso cuando no se movía.
Yoongi observó mientras lentamente empuja su polla dura en
el cuerpo de Taehyung, luego la sacó muy lentamente. Era un espectáculo
erótico, embriagador. No importaba cómo se
moviera, ya fuera lento
o rápido, ¡el resultado
era la misma jodida intensidad!
Yoongi agarró los tobillos de Taehyung sosteniéndolos en el
aire, extendiéndole las piernas a
medida que avanzaba. Dobló un poco las rodillas y cambió
el ángulo aumentando sus estocadas. Supo que golpeó su punto dulce cuando Taehyung
gritó.
Continuó manteniendo el control sobre Taehyung, más fuerte y
más rápido hasta que el cuerpo entero se estremeció y el esperma blanco de Taehyung
salió disparado de su pene, cubriendo su pecho y abdomen. Los músculos internos
de Taehyung se cerraron sobre Yoongi, apretándole con fuerza.
Yoongi gimió, con
la cabeza cayendo
sobre sus hombros. Se quedó
inmóvil, su cuerpo suspendido por un
breve momento cuando el éxtasis onduló a través de él.
El aire salió de sus pulmones cuando rugió, llenando el
cuerpo acogedor de Taehyung con su liberación.
Yoongi cayó hacia delante, apoyando los brazos a ambos lados
del cuerpo sudoroso de Taehyung. Dejó caer la cabeza hacia adelante para
apoyarse contra él cuando sintió que el nudo se extendía. Sabía que iba a
estar allí durante
un rato. No se le ocurría ninguna otra parte en la que quisiera estar.
—Maldita sea —gimió Taehyung—.
Esto mejora cada vez más.
Yoongi sonrió y
movió sus caderas
hasta que Taehyung gimió. Sabía que el nudo se había
unido a la próstata de Taehyung. Cada movimiento que hacía estimulaba la
glándula en forma de nuez. Unas pocas embestidas rápidas tenían a Taehyung
lloriqueando en unos instantes.
Yoongi se vanagloriaba de la mirada aturdida de los ojos
color verde pálido de Taehyung. Parecía tan sorprendido por el placer que
corría por su cuerpo, como si nunca lo hubiera experimentado antes. Le hacía
sentirse como el hombre más poderoso de la tierra.
Los ojos de Yoongi se movieron hacia
el pulso que latía con fuerza en la garganta de Taehyung.
Se lamió los labios, ansiaba el sabor de
su compañero.
—¿Taehyung? —le preguntó con voz ronca—. Quiero reclamarte
una vez más.
Taehyung no dijo nada,
sólo inclinó la cabeza hacia
un lado con una invitación. Yoongi gimió y hundió sus colmillos
profundamente en la garganta de
Taehyung. El sabor que explotó en
su lengua cuando la sangre le llenó la boca fue embriagador.
Aumentó por el fuerte clamor que venía de Taehyung y el
calor húmedo que se disparó entre
ellos. Yoongi retiró los dientes
y pasó la lengua por la marca de la mordedura en el hombro de Taehyung antes de
levantar la cabeza para mirar hacia su compañero.
Taehyung parecía estar sin aliento, el rubor en su rostro,
el pelo desordenado. Yoongi pensó que el jovencito nunca
se había visto mejor. Se inclinó y colocó un pequeño beso en los labios
de Taehyung. Taehyung sonrió. Podía sentir el
movimiento de su boca contra los labios.
Levantó la cabeza y le frunció el ceño.
—¿Qué?
Taehyung señaló por encima de su hombro. Yoongi se volvió
para ver a Jungkook de pie en la puerta de la cocina, con una sonrisa en la
cara y los brazos cruzados sobre
el pecho. Jungkook señaló hacia
las manchas de
aceite en el suelo.
—No me importa si la cocina es mi dominio. De ninguna
endemoniada manera voy a limpiar este desorden.
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