sábado, 9 de julio de 2022

CAPITULO 3

Jungkook caminaba de un lado a otro delante de la puerta trasera de la casa de Namjoon, retorciéndose las manos y luego agitándolas cuando empezaban a sufrir calambres. Taehyung se había ido. Taehyung se había ido. Taehyung se había condenadamente ido.

 

Él se acababa de ir. Ni una palabra. Ninguna nota. Ni un mensaje. Ninguna llamada telefónica. Taehyung sencillamente había preparado una pequeña bolsa, dijo que iba a hacer unos recados, y nunca había regresado. Y Jungkook se iba a volver loco.

 

Había pasado la mayor parte de los últimos tres años asegurándose de que Taehyung estuviera a salvo, y ahora ni siquiera podía hacer eso porque el hombre se había ido. Esto era casi peor que cuando el Profesor los tenía. Por lo menos entonces, Jungkook se aseguraba que Taehyung continuaba recibiendo sus medicamentos siempre y cuando Jungkook jugara a la pelota con el Profesor.

 

Con Taehyung fuera en el mundo por su cuenta, Jungkook no podía estar seguro de nada. No sabía si Taehyung estaba tomando sus medicinas, cuándo iba a necesitar más, si estaba comiendo bien, o incluso si tenía un lugar caliente para dormir.

 

Él no tenía ni idea.

 

 Y Jungkook estaba en agonía. No podía creer que Taehyung simplemente lo hubiera dejado así. Había pensado que tenían algo especial. Ahora, estaba empezando a preguntarse si todo había estado en su cabeza.

 

Tal vez Taehyung no lo quería ahora que tenía la oportunidad de la libertad sin alguien como Jungkook. Jungkook había hecho cosas, cosas malas, y él lo sabía. Pero las había hecho para mantener a Taehyung a salvo. Seguramente Taehyung vio eso, ¿no es así?

 

Justo ahora Jungkook no estaba seguro de nada. Dudas que nunca había tenido antes, comenzaron a introducirse en su mente. Las inseguridades estaban surgiendo. ¿Por qué Taehyung simplemente se levantó y lo dejó? ¿Taehyung no atesoraba la relación que compartían tanto como lo hacía Jungkook?

 

El sonido de un vehículo entrando en el camino de entrada llamó la atención de Jungkook. Con el corazón latiendo en su pecho, Jungkook corrió hasta el borde del patio, esperando que Taehyung estuviera regresando a él.

 

Era Yoongi.

 

Jungkook no tenía ni idea de lo que se apoderó súbitamente de él, pero estaba tan enojado, y sencillamente sabía que toda esta situación era culpa de Yoongi. Si Yoongi sólo los hubiese aceptado a él y a Jungkook, entonces nada de esta miseria estaría pasando.

 

Jungkook sintió la necesidad de lastimar a Yoongi tanto como él lo había hecho. Corrió por el camino de entrada cuando Yoongi aminoró la marcha de su camioneta hasta detenerla. Tenía la puerta abierta antes de que el motor incluso se apagara. Comenzó a golpear a Yoongi, a gritarle.

 

 —¡Tú hiciste esto! —Jungkook gritaba mientras golpeaba con los puños el ancho pecho de Yoongi, apenas notando que Yoongi no trataba de detenerlo—. Taehyung todavía estaría aquí si no hubieras sido un hijo de puta.

 

Jungkook…

 

—¡Tráelo de regreso! ¡Quiero a Taehyung de vuelta!

 

Jungkook…

 

—¡Te odio! —Los gritos de Jungkook lentamente se convirtieron en sollozos cuando dejó de golpear a Yoongi y se desplomó contra él—. Te odio —gritó—. Hiciste que Taehyung se fuera.

 

Sshhh, bebé —susurró Yoongi mientras envolvía sus brazos alrededor de Jungkook—. Encontraré a Taehyung, y lo traeré nuevamente a ti. Lo prometo.

 

Él... él me necesita. No tiene a nadie que se asegure que tome su medicación o que se asegure de que coma bien. Se olvida de estas cosas. Se olvida de comer.

 

Lo sé, bebé.

 

Profundos sollozos atormentaron el cuerpo de Jungkook. Su pecho se sentía como si un peso enorme se hubiera sentado sobre él. No parecía capaz de arrastrar suficiente aire. Ni siquiera la sensación de las manos de Yoongi acariciando arriba y abajo su espalda hizo a Jungkook sentirse mejor, y lo había querido durante semanas.

 

Cálmate, Jungkook —dijo Yoongi—. Respira hondo, bebé.

 

Jungkook dio un puñetazo en el pecho de Yoongi de nuevo, enojado por las sencillas palabras de cariño del hombre cuando le llevó perder a Taehyung oírlas, pero entonces su mano se cerró en la tela de la camisa de Yoongi y giró su rostro en el pecho de Yoongi.

 

Está ahí completamente solo, Yoongi. Taehyung no puede estar solo. No hay nadie que cuide de él. —Sólo decir las palabras trajo nuevas lágrimas a los ojos de Jungkook. Taehyung era su mundo. Había estado listo para hacer de Yoongi su mundo también, pero sabía que el hombre no quería eso.

 

Yoongi no los quería.

 

Ese pensamiento golpeó en la cabeza de Jungkook. Entonces se apartó de Yoongi y se secó las lágrimas de sus mejillas. Yoongi podía ser capaz de decir las palabras adecuadas, pero ambos sabían cómo se sentía realmente el hombre. Taehyung, también lo hizo, y Jungkook no tenía ninguna duda de que era por eso que su amante se había ido.

 

Taehyung había insinuado irse. Jungkook no pensaba que iba en serio. Había querido darle a Yoongi sólo una oportunidad más. Quería lo que pensaba que el poderoso hombre podía ofrecerle a él y a Taehyung. Quería compartir algo de su carga con alguien más. No quería tener que ser el fuerte todo el tiempo.

 

Pero eso no iba a suceder.

 

Que así sea.

 

Jungkook podría hacer esto sin Yoongi. Taehyung no podría haber llegado tan lejos. Ni siquiera tomó el coche. O iba a pie o había viajado con alguien. Nadie podía perderse el cabello rojo brillante de Taehyung. Jungkook podía encontrarlo. Y no necesitaba a Yoongi para hacerlo.

 

—¿Por qué estás aquí? —Jungkook preguntó mientras salía de los brazos de Yoongi.

 

 Namjoon me llamó.

 

Taehyung se ha ido, y es tu culpa. —Jungkook movió su dedo a Yoongi, tan enojado con el hombre por rechazarlo a él que puntos bailaban ante sus ojos—. ¿Hay algo más que necesites saber, Yoongi?

 

La cara de Yoongi se ensombreció mientras fruncía el ceño.

 

—Jungkook, no…

 

—¿No qué? —gritó Jungkook—. ¿Que no te culpe? ¿Por qué no? Es tu culpa que Taehyung se haya ido. Taehyung te quería tanto, y tú sólo tenías que rechazarlo, ¿verdad? ¿Qué? ¿No era lo suficientemente bueno para el lobo feroz? ¿Es porque está enfermo? ¿Es eso?

 

La expresión de Yoongi pasó por una metamorfosis de emociones antes de decidirse por la ira. Sus ojos se estrecharon y sus labios se adelgazaron, pero a Jungkook no le importaba. No le importaba lo que Yoongi sentía en este momento.

 

Lo único que le importaba era tener a Taehyung de regreso.

 

No tienes derecho a culparme. Estoy haciendo esto por… —Yoongi apretó los labios cerrándolos, pero sus ojos todavía tenían el fuego que ardía como un horno. Jungkook dio un puñetazo en el pecho de Yoongi y luego retrocedió.

 

Vete a la mierda, Yoongi. No necesito tu ayuda. Has hecho suficiente. —Giró sobre sus talones, dirigiéndose a la casa. Iba a encontrar a Taehyung aunque fuera lo último que hiciera. Dependía de Jungkook encontrar a su amante. Tenía que ser el fuerte en todo esto. Todo lo que Yoongi estaba haciendo era darle excusas.

 

Jungkook no quería excusas.

 

 Él quería a Taehyung.

 

También quería a Yoongi, pero el hombre había demostrado una y otra vez que no quería a Jungkook, ni a Taehyung.

 

Jungkook había tratado de llegar con su vínculo telepático para encontrar a Taehyung, pero el hombre lo estaba dejando afuera. No quería responderle a Jungkook. Y eso es lo que le preocupaba más. Taehyung nunca antes se había cerrado a Jungkook. Algo tenía que estar mal si Taehyung no le respondía.

 

Taehyung siempre le contestaba.

 

—¡Jungkook, espera!

 

Jungkook miró por encima del hombro para ver a Yoongi alcanzarlo. Apresuró sus pasos. No quería a Yoongi aquí porque el lobo sentía pena por cualquiera de ellos. Eso no era aceptable. Quería que Yoongi los quisiera, no que los compadeciera.

 

Vete, Yoongi. —Jungkook llegó a la puerta, dispuesto a azotarla en la cara de Yoongi cuando el lobo cogió la puerta, evitando que se cerrara.

 

No —prácticamente gruñó—. Ayudaré, ya sea que lo quieras o no.

 

No quiero —dijo Jungkook mientras trataba de luchar contra la puerta para liberarla, pero el control de Yoongi era sólido e inflexible—. ¿Soltarás la maldita puerta?

 

No sólo Yoongi soltó su agarre, sino que se abrió paso entre Jungkook y entró. Jungkook se quedó inmóvil por un momento, sin saber qué hacer. Yoongi era demasiado jodidamente grande para agarrarlo y tirarlo.

 

 Te dije ayer que estaba actuando extraño. ¿Sabes dónde podría haber ido?

 

Oh —Jungkook comenzó, con una hiriente mordacidad en su voz—, ¿entonces estás tratando de culparme de esto? ¡Fuera de aquí, Yoongi!

 

Jungkook estaba a punto de llorar, y no iba a llorar delante de Yoongi de nuevo. El hombre no tenía derecho a saber qué tan angustiado estaba Jungkook por la ausencia de Taehyung. No merecía que lo dejaran en ese pequeño círculo privado.

 

Al hombre no le había importado lo suficiente para reclamarlos. Así que, ¿por qué Jungkook debería reconfortar la culpa de Yoongi? Él no iba a hacerlo. Estaba tan condenadamente asustado porque Taehyung se fuera que ni siquiera quería considerar resarcirse con Yoongi lo suficiente como para conseguir la ayuda del hombre.

 

Yoongi podría coger su ayuda y metérsela por el culo.

 

Mira, Jungkook, podemos discutir sobre esto más adelante. Encontremos a Taehyung primero.

 

—¿Por qué te importa? —espetó Jungkook—. Creo que esto hace que las cosas sean mucho más fáciles para ti. Taehyung no está aquí para molestarte más o preguntarte por qué no nos reclamas. —Jungkook dio a Yoongi su mirada más mordaz. Sintió el impulso de escupir los pies del hombre, pero Jin lo mataría por escupir en el suelo de su cocina—. Deberías estar muy feliz.

 

—¡Jungkook!

 

Yoongi parecía sorprendido por las palabras de Jungkook, pero a Jungkook no le importaba. Culpaba de todo este lío al alto hombre. Si Yoongi sólo los hubiera aceptado a él y a Taehyung, nada de esto habría pasado nunca. Jungkook habría sido feliz si Yoongi sólo aceptara a Taehyung.

 

Entendía que tenía un pasado colorido y que repugnaba a un montón de gente. Habría aceptado que Yoongi sólo reclamara a Taehyung, si mantenía al pequeño hombre seguro. Pero Yoongi los rechazó a los dos, y eso era algo que Jungkook nunca podría perdonar.

 

O entender.

 

Taehyung era el hombre más dulce que honró alguna vez la tierra. Jungkook a veces pensaba que Taehyung fue enviado a la tierra por los propios ángeles. Él era dulce y amable, nunca tuvo una mala palabra contra nadie, y se preocupaba por todo el mundo, a veces demasiado. Nunca le daría la espalda a un amigo o un desconocido.

 

Y aquellos que tuvieron la suerte de ser amados por Taehyung eran capaces de tocar un pedacito de cielo.

 

De repente la ira dentro de Jungkook se desvaneció al pensar en no tener a Taehyung en su vida de nuevo. Jungkook sinceramente no sabía si podría sobrevivir, no después de haber experimentado el amor del hermoso hombre.

 

Él preferiría estar muerto.

 

Jungkook envolvió sus brazos alrededor de su estómago para protegerse del frío que se abría paso a través de su cuerpo. Negó con la cabeza lentamente mientras contemplaba a Yoongi. El hombre no tenía ni idea.

 

—Nunca vas a entender a lo que renunciaste cuando rechazaste a Taehyung, y eso me hace sentir muy mal por ti.

 

Jungkook comenzó a salir de la cocina sólo para ser detenido cuando sintió la mano de Yoongi en su brazo. Él se quedó mirando hacia abajo por un momento y luego levantó sus ojos para encontrar los de Yoongi.

 

No entiendes, Jungkook.

 

No necesito entender. —Jungkook trató de empujar a Yoongi para pasarlo, pero el hombre no se estaba moviendo. Tampoco soltaba el brazo de Jungkook. Estaba enfermo y cansado de Yoongi diciéndole que él no entendía. Si el hombre acabara de explicar las cosas, entonces Jungkook sabría por qué Yoongi los rechazaba. Pero el lobo nunca les daría una razón. Si él no se preocupaba lo suficiente por ellos, para al menos explicar las cosas. Así que Jungkook no quería tener nada que ver con el hombre.

 

Maldita sea, Jungkook —espetó Yoongi mientras giraba en torno a Jungkook—. ¿Te detendrás de una puta vez y me escucharás por un momento?

 

No.

 

Jungkook, lo juro por Dios...

 

—¿Qué? —Jungkook se acercó a Yoongi cuando la ira lo embargó. Por lo menos el hombre era capaz de ahuyentar su miseria lejos, aunque fuera sustituida por la ira—. ¿Qué es lo que vas a hacer, gran hombre? ¿Golpearme?

 

Las cejas de Yoongi se alzaron sobre la frente y de repente cayeron en picada mientras se arrugaban juntas sobre sus ojos color ámbar dorado.

 

—Yo nunca te golpearía —espetó el hombre—. Nunca.

 

Jungkook no podía dejar a Yoongi saber lo mucho que le afectaba la mera presencia del hombre. Quería arrojarse a los brazos de Yoongi y lamentarse por el mundo, para tener el consuelo de Yoongi y decirle que todo iba a estar bien. Quería que Yoongi fuera el fuerte para que así él pudiera desmoronarse.

 

Pero sabía que no podía. Ceder a las tumultuosas emociones que corrían a través de él no era una opción que tuviera. Taehyung todavía estaba por ahí en algún lugar, y necesitaba que lo rescataran. Jungkook no podría descansar hasta que encontrara a su amante y lo llevara a casa.

 

No puedo reclamarlos. Ni a ti ni a Taehyung, Jungkook. Es demasiado peligroso.

 

Jungkook no sabía qué decir a eso. Yoongi nunca había compartido nada de su vida con él o Taehyung. No sabían nada del cambiaforma, excepto que él era su pareja. Y de repente, Jungkook no estaba seguro de querer saberlo.

 

Bien, no puedes reclamarnos. —Jungkook arrancó su brazo del agarre de Yoongi y retrocedió—. Mensaje recibido fuerte y claro.

 

Jungkook escuchó el fuerte suspiro de Yoongi y trató de no dejar que le afectara. Él no tenía emociones extra para gastar en Yoongi, no cuando Taehyung estaba perdido. Todo su mundo giraba en torno a encontrar al hombre que amaba.

 

Yoongi estaba por su cuenta.

 

Tenemos que hablar de esto, Jungkook.

 

No, no tenemos que hacerlo. —Jungkook no tenía ninguna intención de escuchar cualquier cosa que Yoongi tuviera que decir, nunca más. Ayer, si Yoongi hubiese empezado a hablar, Jungkook habría sido todo oído. Pero eso fue ayer, antes de que el mundo de Jungkook se desmoronara.

 

Ahora, a él no le importaba.

 

 Jungkook pasó la mano por su cara mientras sollozaba. Está bien, a él le importaba, pero no quería que le importara. Cada vez que miraba a Yoongi, o incluso pensaba en él, recordaba el enorme temor que sintió cuando Taehyung no volvió a casa.

 

Hubo muy pocas veces en su vida en las que casi se había paralizado por el miedo. Cuando el Profesor había descubierto que él y Taehyung eran amantes e hizo sus demandas. Cuando el Profesor había enfrentado a Jin y Jungkook había apuñalado al hombre en la espalda, Y, cuando se sentó en la cama toda la noche y esperó a que Taehyung volviera a casa, sólo para darse cuenta de que no lo haría.

 

Jungkook no quería volver a experimentar ese tipo de miedo otra vez. Era agonizante, como si todo su mundo dependiera de un pequeño hombre. Taehyung lo amaba. Jungkook lo sabía. Pero pensaba que Taehyung no entendía cuánto lo necesitaba realmente Jungkook. El mundo entero de Jungkook era Taehyung. El vacío en el interior de su pecho se sentía como un enorme agujero que se había abierto. Quería a Taehyung de regreso. Jungkook sentía como si no pudiera respirar sin el pequeño hombre a su lado. Quería su mundo de vuelta.

 

Había pensado por un momento que Yoongi pudiera ser traído a ese mundo, pero ahora sabía que no era así. Cualquiera que fuera el inconveniente que Yoongi tenía, era suficiente para evitar que el hombre reclamara a Jungkook o a Taehyung.

 

Bien.

 

Yoongi no los necesitaba.

 

Jungkook aprendería a vivir con eso si tenía que hacerlo.

 

No podía aprender a vivir sin su ángel.

 

—¿Has encontrado algo? —Jungkook preguntó mientras entraba en la oficina de Namjoon. El sheriff estaba al teléfono, colocando su esfuerzo en poner todos los boletines apuntando a Taehyung y pidiendo favores por todo el estado para tratar de localizar a Taehyung.

 

Los ojos de Jin estaban llenos de tristeza cuando se volvió para mirar a Jungkook, moviendo lentamente la cabeza.

 

—No, lo siento, Jungkook. No se ha sabido nada.

 

Los hombros de Jungkook se hundieron. Estaba empezando a pensar que nunca encontraría a Taehyung, y entonces, ¿qué pasaría con él? No tenía nada sin Taehyung — ningún propósito en la vida, no tenía felicidad, y ninguna posibilidad de tocar alguna vez el cielo de nuevo.

 

Gracias —susurró Jungkook.

 

Sabía que sus amigos estaban haciendo todo lo que podían para encontrar a Taehyung. Jin, por lo menos, comprendía las cosas que Jungkook había hecho para mantener vivo a Taehyung, y él había perdonado a Jungkook. No todo el mundo lo había hecho.

 

Todavía había gente que lo evitaba o salía de la habitación cuando Jungkook entraba. Trataba de no demostrar lo mucho que lo lastimaba cuando la gente lo ignoraba o fingía que no estaba allí, pero Jin sabía. Jin siempre lo supo. Esa era su habilidad.

 

Lo encontraremos, Jungkook.

 

—¿Y si no lo hacemos? —Jungkook preguntó en voz baja—. ¿Entonces, qué?

 

Jungkook estaba bastante seguro que encontraría el acantilado más cercano y con gratitud se tiraría directamente desde el borde. Sin Taehyung, él realmente no tenía nada. Nadie a quien cuidar, ninguna razón para seguir viviendo. Sería una cáscara vacía sin el amor de Taehyung llenándolo.

 

Necesito saber exactamente qué pasó —dijo Yoongi, recordándole a Jungkook que el hombre lo había seguido a la habitación.

 

Jungkook se volvió hacia la ventana, contemplando la luz del amanecer.

 

—Vete, Yoongi.

 

Gritó cuando súbitamente fue agarrado y dado vuelta, Yoongi se inclinó hacia abajo directo sobre su cara.

 

Ahora escúchame, Jeon Jungkook , y escucha bien. Yo no te reclamé o a Taehyung, porque no sería seguro para ninguno de ustedes si lo hiciera. Nunca tuvo nada que ver con lo mucho que los quiero a los dos. Pero ese mismo peligro puede ser la clave para encontrar a Taehyung. Necesito saber todo lo que sabes para que pueda traerlo a casa.

 

Los dientes de Jungkook repiquetearon cuando Yoongi lo sacudió, el rostro del hombre era la más aterradora cosa que alguna vez Jungkook había visto. Tampoco era algo que quisiera volver a ver. Y aterrorizaba a Jungkook el que estuviera dirigido en su dirección.

 

—¿Me entiendes?

 

Jungkook asintió lentamente.

 

—¿Qué peligro?

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CAPITULO 8

Amanecía. Jin y Namjoon se despedían de Taehyung Y Yoongi.   El destino los separaba una vez más.   Yoongi y Taehyung se quedaron en...